Hasta el día 30, puede verse el restaurado Cristo Yacente del retablo mayor de la parroquia del Sagrario de la Catedral
Arte Sacro. En las fotos puede contemplarse el magnífico estado en el que ha quedado el Cristo Yacente que preside en el retablo mayor de la parroquia del Sagrario de la Catedral, realizado por Pedro Roldán, una vez finalizadas las labores de restauración a las que ha sido sometido.
La talla estará expuesta durante hasta el domingo, 30 de junio, se podrá ver en vivo visitando este templo, siendo el horario de apertura de 11:00 a 13:00 y de 18:00 a 21:00 horas, a excepción del tiempo de las misas que comienzan a las 12:30 y 20:00 h., y los domingos además de las mencionadas, a las 11:30 y 19:00 h. Los horarios igualmente pueden verse alterados sin previo aviso por necesidades parroquiales.
Si bien durante las obras de restauración de la parroquia del Sagrario el retablo fue sometido a una limpieza superficial, quedó a la espera de su restauración integral, que cuenta con el permiso de la Comisión de Patrimonio, dependiente de la Junta de Andalucía. El retablo presenta un estado de conservación deficiente. En líneas generales se encuentra estabilizado, pero la falta de mantenimiento y los diferentes desmontajes y transformaciones que ha sufrido a lo largo de su historia han hecho mella en su aspecto actual, decadente y con multitud de alteraciones y patologías.
El deterioro más llamativo consiste en la alteración del color de los relieves escultóricos, que se debe a una degradación natural y propia del uso y pérdida de materiales, siendo otro de los agentes de deterioro más significativos la humedad y los cambios bruscos de temperatura.
La intervención pretende asegurar la estructura del retablo para devolverlo a un estado óptimo.
Bajo la dirección del capitular y delegado diocesano de Patrimonio, Antonio Rodríguez Babío, la intervención del Cristo ha corrido a cargo de un equipo multidisciplinar, que continuará con la restauración del resto de imágenes del retablo, formado por profesionales de la conservación y restauración, historiadores del Arte, carpintero-ebanista, fotógrafo, y la ayuda del equipo del CNA (Centro Nacional de Aceleradores de partículas), que ha ayudado a la investigación material y compositiva de la obra. La restauración se está llevando a cabo en la propia parroquia.
Se está trabajando para que las obras de restauración del retablo estén concluidas antes de la fecha en la que la Virgen de la Piedad del Baratillo sea trasladada a este lugar, con motivo de la celebración de los cultos en su honor, previos a su coronación canónica, que será el sábado 7 de septiembre.
La restauración está siendo sufragada en su integridad por la Parroquia, gracias al empeño de su párroco, Manuel Cotrino, que tras la intervención del inmueble ha querido terminar la única parte del templo que quedaba sin tocar.
La historia del retablo
La parroquia del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla es en sí un gran museo, por su situación, por su historia y, por supuesto, por la magna calidad de las obras de Arte que en ella se compone.
El valioso retablo barroco del siglo XVII, que preside la parroquia del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, conocido como de la Piedad, fue realizado para una Hermandad vizcaína establecida en Sevilla en el siglo XVI, a la que le fue concedida una capilla en la iglesia del Convento de San Francisco en el año 1540.
El retablo en sí es obra de Francisco Dionisio de Ribas de 1666, mientras que el mural escultórico y relieves de la Entrada en Jerusalén y de la Santa Mujer verónica, estos en el eje central, son obra de Pedro Roldán, mientras que el dorado de todo el retablo, además de los estofados de las figuras de José de Nicodemus y de la Magdalena, se contrataron en 1674 a Juan de Valdés Leal.
Cuando en 1840 es demolido el Convento de San Francisco, el retablo se trasladó a la Parroquia del Sagrario, añadiéndole en la parte superior la escultura de San Clemente, obra de Pedro Duque Cornejo y que procedía del retablo de esta misma parroquia realizado por Jerónimo Balbás y desmontado en 1824.
El traslado y colocación del retablo en su nueva ubicación, influyó en la estética original del mismo, al modificarse y eliminarse algunos elementos, caso de las columnas salomónicas de las calles laterales o el cambio de situación de los ángeles pasionarios, aparte de la inclusión de dos nuevos tondos representando a San Pedro y San Pablo, obra de Vicente Hernández Bouquet.
Desde sus orígenes y, sobre todo, desde su cambió al Sagrario ha sufrido intervenciones en 1866, 1968 y 2004, esta última a cargo del IAPH que tuvo una duración de 5 meses y un coste de 73.530 euros.
Agradedemos a D. Manuel Cotrino las facilidades para la realización del reportaje fotográfico.
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Fotos: Juan Alberto García Acevedo.