Arte Sacro
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Siguen las restauraciones en el Museo del Santo Ángel; San Francisco de Paula


IMG-20240621-WA0036Arte Sacro. El Museo del Santo Ángel continúa con la labor conservativa de sus imágenes. En este caso la talla que ha sido intervenida ha sido la de San Francisco de Paula. Su conservador, Carles Salafranca Porcar, explica el proceso al que ha sido sometido.

"La presenta talla se puede englobar dentro de las creaciones de la escuela granadina del siglo XVII-XVIII. Concretamente, entre las creaciones de la saga de los Mora. De una extraordinaria factura, contemplamos características morfológicas muy propias de la escuela barroca granadina y, en concreto, de estos artistas: rostros con facciones alargadas y marcados pómulos, ojos redondeados de grandes párpados, labios carnosos, manos rudas, bien torneadas… Destaca el trabajado tallado y policromía de las partes anatómicas (la cabeza especialmente es de una belleza y fuerza arrebatadora) con la sencillez e incluso rotundidad del hábito oscuro, de imitación a la sarga, del monje.

Se trata de la representación de San Francisco de Paula (1416-1507)eremita fundador de la Orden de los Mínimos y que, a diferencia de otros tantos santos y fundadores, nunca fue ordenado sacerdote.

La talla tenía un estado de conservación algo deficiente. Presentaba diversos faltantes de soporte, tales como gran parte de los dedos en la mano derecha. Había también perdido sus atributos iconográficos, sólo conservando parte del resplandor del Charitas que ostenta en la mano izquierda, contemplándolo.

IMG-20240621-WA0038Una densa capa de suciedad superficial acumulada y depositada cubría la policromía, además de observarse ectremadamente amarilleado y oxidado el barniz que cubría la efigie. Se observaban zonas craqueladas y con levantamientos de policromía con riesgo de desprendimiento.  Se observan numerosos agujeros por toda la superficie, de haber tenido ataque de insectos xilófagos que, ahora, se encuentran inactivos pero han dejado su rastro sobre la imagen.

El planteamiento del proceso de intervención fue intentar estabilizar la estabilidad estructural de la talla y recuperar, en la medida de lo posible, su visión original completa. Para ello, se realizó una limpieza mecánica que retirase todo el polvo acumulado. Posteriormente, se consolidaron y devolvieron al sitio las zonas descohesionadas realizando inyecciones y humectaciones de resina acrílica en dispersión acuosa. Afianzadas las partes con riesgo de pérdida, se procedió a la limpieza físico-química de la policromía. Se realizó utilizando un jabón tensioactivo de pH neutro disuelto en agua desionizada, a baja proporción, que retirase la suciedad adherida. Y una segunda fase que retirase la oxidación del barniz de cubría las carnaciones. Para ello se utilizó una mezcla a partes iguales de acetona y etanol.

Limpia la talla, se realizó un primer barnizado intermedio de protección para preservar el estrato original, aplicado a brocha. Tras éste, se recuperan los faltantes y volúmenes perdidos mediante resina epóxídica bi-componente para madera, con la que se moldearon y tallaron dedos, pliegues de ropajes y lagunas que faltaban. Se cerraron las grietas y fendas de la madera inyectando, primero, resina acrílica mediante jeringuilla y cerrando la grieta con la misma resina epoxídica. Para el resplandor del Charitas, que presentaba la falta de cinco rayos, se reprodujeron con resina epoxídica y, posteriormente, se integraron cromáticamente utilizando pan de plata aplicado al mixtión.

Se prosiguió con el estucado, utilizando una preparación sintética de sulfato de cal dispersa en agua que, aplicada a pincel sobre los faltantes repuestos, preparó el estrato para la reintegración. Tras la nivelación de las lagunas estucadas, se procedió a reintegrar cromáticamente los faltantes con colores al agua y, posteriormente, colores al barniz. Se terminó con un barnizado de protección satinado aplicado en spray.

IMG-20240621-WA0037Decidimos mantener las perforaciones creadas por los insectos xilógafos por varias razones: por su elevado número, por ser parte de la historia material de la obra, porque no han atacado partes importantes de la misma (cabeza y manos, al estar realizadas seguramente con madera de cedro más resistente al ataque de insectos) y porque la pieza tiene como destino la exposición en el museo, de modo que admite un tratamiento de conservación más museográfico y no tan intervencionista.

La peana presentaba faltantes en las patas y zona posterior, muy atacada por insectos xilófagos. Se reintegraron los volúmenes con resina epóxidica para madera y las patas faltantes con madera de pino y balsa. Se estucaron e integraron cromáticamente siguiendo la imitación de los marmorizados.

Se realizó una vara a modo de cayado, con madera de haya, parea reponerla en la mano derecha del santo y completar su visión iconográfica."










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