Crónica de la Vigilia de Espigas 2024 en la Archidiócesis Hispalense

Arte Sacro. Organizada por la Adoración Nocturna Española (ANE) y la adoración Nocturna Femenina Española (ANFE), se celebró, un año más, la conocida como “Vigilia de las Espigas”, en la que se reúnen todas las Secciones de ANE y ANFE de la Diócesis para estar en oración ante Jesús Sacramentado conforme al rito establecido para ello. En esta ocasión tuvo lugar la noche del sábado 29 al domingo 30 de junio.

Es esta la gran Fiesta Eucarística anual de la Archidiócesis de Sevilla, y así debe ser considerada y comprendida por todos, porque su carácter supralocal hace que puedan participar en la misma todas las Asociaciones, Hermandades y Cofradías Sacramentales, además, como es lógico, de las Secciones Adoradoras.

En esta ocasión, se celebró en Sevilla capital, en la iglesia de San Hermenegildo, rey y mártir de la Eucaristía, sede canónica de los Consejos Diocesanos de ANE y ANFE, así como de las Secciones Adoradoras de ANE y ANFE. Para publicitar tan magna fiesta, se había elaborado un cartel que contenía los elementos fundamentales de la celebración: la bendita imagen de San Hermenegildo de fondo, con el Santísimo Sacramento en la custodia en primer plano.

Conforme al rito establecido, se comenzó con la concentración e inscripción de los participantes, lo que tuvo lugar en la explanada junto a la puerta de la muralla conocida como Arco de la Macarena. Allí, las dieciocho Secciones asistentes se dieron cita para proceder a las 22:00 horas, como estaba previsto, con la llamada Procesión de Banderas, que, partiendo de dicho Arco, recorrió todo el amplio acerado paralelo a la antigua muralla hasta llegar a la iglesia de San Hermenegildo, situada en la Puerta de Córdoba. Durante el recorrido, que resultó muy vistoso, con todas las banderas de las Secciones, ordenadas por la antigüedad de fundación, acompañadas por los numerosos adoradores y adoradoras asistentes, y presidida por el Rvdo. D. Florentino Córcoles Calero, Consiliario Diocesano de ANE y ANFE, se fueron entonando bellos cánticos, que llamaban la atención de los muchos viandantes que, respetuosamente, presenciaron el cortejo.

Llegados al templo, las banderas fueron colocadas en las barandillas del presbiterio, quedando las de las Secciones ANE y ANFE de Sevilla en lugar preferente, como anfitrionas de las demás en la Vigilia. Tras la colocación de todos los participantes en los lugares asignados (Consejos Diocesanos de ANE y ANFE, Presidentes de las demás Secciones participantes, Hermandad de San Hermenegildo, abanderados, invitados, etc.) y con la nave del templo prácticamente completa, llegó el Ilmo Sr. D. Salvador Diánez Navarro, Vicario Episcopal de Pastoral Social, designado para presidir la celebración, estando acompañado por otros sacerdotes: Rvdo. D. Florentino Córcoles Calero, Rvdo. D. Francisco Reina Chía (de Écija) y Rvdo. D. Alfonso José Filiberto del Castillo (de Castilleja de la Cuesta).

Conforme estaba previsto, comenzó el rezo comunitario de Vísperas a las 22:30 horas, siendo el Monitor de toda la celebración el Presidente en funciones de la Sección ANE de Sevilla, continuando después de la Salmodia con la Santa Misa, en el momento del canto del Gloria. Tras las dos lecturas, que fueron leídas por los Presidentes Diocesanos de ANFE y ANE respectivamente, y el santo evangelio por el Consiliario Diocesano, el Sr. Vicario pronunció la Homilía, relacionando el relato evangélico con la Adoración Nocturna en una bella y acertada simbiosis.

Al llegar el momento cumbre de la Consagración, en el que Cristo, merced al milagro cotidiano de la Transubstanciación se hace presente en el Pan y en el Vino, las banderas de las Secciones anfitrionas, fueron rendidas conforme indica el ritual. Terminada la comunión, se procedió a exponer el Santísimo Sacramento en la custodia, entre el fervoroso canto del himno “Pange lingua”; a ello siguió el rezo comunitario del Magníficat por toda la asamblea, para concluir esta parte con el rezo de la Oración para el fomento de la Adoración Nocturna.

Una vez retirados los ministros a la Sacristía, se procedió al rezo del Santo Rosario dirigido por la Presidenta de la Sección ANFE de Sevilla, en tanto que se elaboraba el cuadrante de turnos de vela equilibrando el número de adoradores y adoradoras en cada uno de ellos. Turnos que se anunciaron al acabar el Rosario, quedando, además, expuestos, como es costumbre, en los tablones de anuncios de las dependencias del templo para conocimiento de todos los asistentes, que juntos, comenzaron esta segunda parte de la Vigilia rezando la Oración de Presentación de Adoradores, y el Invitatorio, para después retirarse todos y quedar únicamente los adoradores y adoradoras que iban a realizar el primer turno de vela ante Jesús Sacramentado. Dichos turnos, que en principio estaban previstos a las horas en punto, hubieron de retrasarse un cuarto de hora, al haberse alargado un poco todo lo anterior.

La distribución de turnos fue la siguiente: 1ª hora: Écija y Castilleja de la Cuesta; 2ª hora: Valencina de la Concepción, Cantillana, y Alcalá de Guadaíra; 3ª hora: Estepa y Consejos Diocesanos de ANE y ANFE; 4ª hora: Coria del Río y Marchena; 5ª hora: Lora del Río y Mairena del Alcor; 6ª hora: Sevilla. Cada turno realizó su hora de vela ante el Señor, rezando el Oficio de Lectura, compuesto, como siempre, de Himno, Salmodia, Lectura bíblica y Lectura patrística, acabando con el Compromiso de Fidelidad, a modo de renovación del juramento de pertenencia a la Adoración Nocturna. Tras el canto “Salve Madre” a la Santísima Virgen, cada turno realizó su tiempo de meditación personal hasta completar su hora. Para el cambio de turno, se había preparado otra bella y conocida canción eucarística: “Alabado sea el Santísimo”, que cantaban tanto los que entraban como los que salían, haciendo este momento más ágil y piadoso.

En las amplias y confortables dependencias de la iglesia de San Hermenegildo, se había preparado un refrigerio nocturno para que, a modo de convivencia, todos los hermanos adoradores y adoradoras, pudieran hacer más llevaderas las horas de la noche; refrigerio y convivencia que resultó muy agradable, ya que se realizó con la aportación de todos los asistentes, que se esforzaron en mostrar a los demás las especialidades de repostería de sus respectivos lugares de procedencia.

Finalizados los turnos de vela, a las 6:15 de la mañana, todos los asistentes se reunieron de nuevo en el templo para rezar el himno Te Deum, y comenzar el rezo comunitario de Laudes, que estuvo presidido por el Rvdo. D. Rubén Pérez Navarro, finalizando esta oración de alabanza en la mañana con las preces, a cargo de adoradores de Alcalá de Guadaíra y de Coria del Río.

Seguidamente se organizó la Procesión Eucarística en la forma acostumbrada: cruz alzada, Secciones con sus banderas ordenadas por orden de antigüedad, y el palio que cubría la Majestad de Dios. El recorrido se realizó circunvalando la plaza que antecede al templo, para finalizar en la Puerta de Córdoba, que, abierta, cobijaba bajo su arco musulmán un sencillo pero bello altar en el que destacaba la valiosa imagen sedente de San Hermenegildo que posee la Hermandad, posándose la custodia en el manifestador colocado a sus plantas para las oraciones de la estación. Finalizadas las cuales, al alba, el sacerdote impartió la solemne bendición con Su Divina Majestad, a los campos, a la ciudad, a los trabajos de la Humanidad, a los participantes…

La vuelta a la iglesia se realizó de igual forma, finalizado todo con las Alabanzas de Desagravio antes de realizar la reserva. Y, como manda el ritual, el último recuerdo, fue para la santísima Virgen María, Madre de Dios y primer Sagrario, con el canto de una de las antífonas mayores marianas: “Salve Regina”, dirigida a la sagrada imagen colocada en el presbiterio.

Quedaba solo agradecer a los participantes su asistencia, cosa que hicieron encarecidamente los Presidentes Diocesanos, deseando, además, un buen regreso a aquellos que se habían desplazado desde otras localidades, y, como no, a la Hermandad de San Hermenegildo por la siempre cordial y fraterna acogida de la Adoración Nocturna en sus instalaciones. Una Vigilia, en fin, para recordar, no solo con la estampa que se había repartido en la Misa, sino en el imaginario de cada uno, sobre todo los que habían tenido la suerte de vivir por primera vez este acontecimiento tan fraterno y comunitario en honor de Cristo, vivo y realmente presente en la custodia.

Texto: Redacción Adoración Nocturna.

Fotos: Antonio Rosado, Emilio Orate y Juan Francisco Cañones.