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Pequeños detalles en una ciudad grande: un caso de efecto Droste en Sevilla. Reyes Pro Jiménez


No hay que preocuparse… tranquilos, que no se trata de una enfermedad ni de un problema social. El efecto Droste es simplemente un efecto visual en el que una imagen aparece dentro de sí misma, es una clase de imagen llamada recursiva o infinita en la que un objeto es representado dentro de sí mismo.

Paseando por las calles de Sevilla vamos sorteando algunos verdaderos obstáculos visuales: los rótulos que más que “modernos” son de un gusto atroz. No “de dudoso gusto” porque no hay duda alguna de que son horribles. Pero a veces nos encontramos con algún rótulo o reclamo publicitario que nos salva del paisaje urbano contaminado.

Uno de estos es un panel cerámico (¿cómo no? Pues la cerámica, el azulejo, nos reconcilia con nuestra vida ciudadana) situado en un céntrico y transitado lugar: la esquina entre las calles Córdoba y Lineros. Corresponde al rótulo publicitario de la tienda que se encontraba en ese lugar: "La Exposición Sevillana", establecimiento con muchos años de historia dedicado al comercio de telas. En él los niños de la década de 1960 nos desesperábamos esperando que madres o abuelas acabasen sus interminables compras, ya que el objetivo era que nos llevasen a la cercana “Casa de las Galletas” en la plaza del Pan, tienda que era para nosotros un anticipo del Paraíso. Padres o abuelos esperaban en bares cercanos, el “Europa” en la entrada de calle Alcaicería o “El Comercio” en la calle Lineros, en el número seis de última esta calle existía una maravillosa tienda, “Casa Marciano”, de chacinas, quesos, jamones… Es muy significativo el hecho de que muchas tiendas se llamaban “casa…” pues eran verdaderos hogares para los sevillanos.

La antigua tienda de la Exposición Sevillana cerró hace unos ocho o diez años y el local fue ocupado por un negocio de carcasas y arreglos de teléfonos móviles y posteriormente por una de tantas franquicias de venta de ropa. Pero por fortuna se conserva el antiguo panel cerámico.

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Efecto Droste en Sevilla, cerámica publicitaria de la desaparecida
tienda “La Exposición Sevillana”. Foto Reyes Pro

En este panel cerámico vemos un ejemplo de efecto Droste, ¿en qué consiste este? Una imagen con efecto Droste es la que incluye dentro de ella otra idéntica pero de tamaño más pequeño, que a su vez incluye otra en una versión aún más reducida y en un lugar similar.

Así podría seguir haciéndose de forma infinita, pero solo en teoría. En la práctica la repetición o inclusión está limitada por la resolución de las imágenes, pues cada una de las repeticiones va reduciendo el tamaño de ellas y por tanto su calidad o resolución y la capacidad de que nos sea visible.

El efecto Droste se ha visto como algo similar al recurso literario que introduce una narración en otra. Pero como elemento visual, se relaciona más con las estructuras geométricas llamadas fractales, que repiten infinitamente un dibujo o tema a distintas escalas respondiendo a un patrón repetitivo, por lo que las partes tienen la misma estructura que el todo. Así, de hecho, el efecto Droste sería una base de la geometría fractal.

Pero dejemos la geometría y vayamos al motivo de la denominación de este efecto o técnica gráfica. Aunque era una técnica usada desde hacía siglos, fue el escritor francés André Gide quien en 1893 la nombró por primera vez de esta forma. Porque se fijó en el envase de cacao en polvo de la marca holandesa Droste, desde entonces la denominación como efecto Droste se hizo popular.

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Lata y paquete de cacao en polvo Droste

La imagen del envase del cacao, con pocas variaciones a lo largo de los años, reproduce a una niñera, nana o enfermera, que lleva una bandeja con una taza de chocolate junto a un envase de cacao Droste. Sobre ese envase está impresa en pequeño la misma imagen de la mujer que se va repitiendo en tamaño más pequeño cada vez.

Las imágenes recurrentes se utilizaron con éxito como recurso publicitario a partir de los inicios del siglo XX, pero no era algo reciente y los ejemplos en la Historia del Arte son múltiples. Hay ejemplos de efecto Droste en pinturas, vidrieras y libros medievales. Además se usó en Heráldica cuando dentro de un escudo se dibujaba el escudo mismo,  llamándose entonces el empleo de este recurso “mise-en-abîme” (puesta en abismo, puesta en infinito).

En el año 1320 el pintor Giotto di Bondone  realizó el Tríptico Stefaneschi, en su panel central se ve al Cardenal Jacopo Caetani degli Stefaneschi, ofrendando el tríptico a San Pedro.

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Imagen tomada de Sofía Mele, https://proyectoidis.org/efecto-droste/
Tríptico Stefaneschi, Museos Vaticanos

El efecto Droste como recurso pictórico y fotográfico fue muy popular durante las décadas de 1960 y 1970, un ejemplo de esta época es la portada del álbum Ummagumma del grupo Pink Floyd en el que se ve en una pared una reproducción de la misma imagen.

Algunos productos muy populares también utilizan el recurso de este efecto en sus logos y etiquetas. El logotipo de La Vaca que Ríe (La vache qui rit) repite su imagen en los pendientes que lleva la vaca y la etiqueta de la levadura Royal repite una representación de la propia lata. Otro ejemplo se encuentra en la imagen de la botella de Aguas de Mondariz, que ha sufrido pocas variaciones desde 1929.

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“La Vache qui rit”, web Ebay

 











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