Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo Ordinario
  • sábado, 5 de octubre de 2024
  • faltan 190 días para el Domingo de Ramos

El Cristo de la Posada. Reyes Pro Jiménez


Vamos a ver hoy otro de esos “Detalles pequeños en una ciudad grande”, que evocan la Historia de nuestra Ciudad, detalles en los que no nos fijamos bien o que casi no se conocen. Y lo que no se conoce no se aprecia y menos aún se defiende.

La Capilla del Baratillo sí es muy conocida, se construyó a fines del siglo XVII (la obra se terminó en 1696 por Bernardo de Bustamante, pero tuvo ampliaciones y reformas posteriores) como sede de una Hermanad de gloria con Reglas datadas en 1693, que daba culto a la Cruz y que situó en el altar mayor de la capilla un cuadro de la Piedad y el Calvario. La Hermandad  cambió a un carácter penitencial con nuevas reglas en 1893 y salió por primera vez en 1905, aunque sus actuales imágenes están datadas entre 1931 y 1951.

Pero en esta popular capilla pasa bastante desapercibida la imagen de un Crucificado, que tiene la advocación de La Sangre o de la Sangre y Misericordia. Está situado en un altar en el lado del Evangelio, siendo una talla tardogótica del siglo XVI, de autor anónimo y de procedencia mexicana, pues al parecer en su interior contenía un documento firmado en La Puebla de los Ángeles por Diego Infantes Florentines, lo que era habitual en encargos de imágenes.

 fjmontiel_Cristo_de_la_Sangre_-_Capilla_del_Baratillo_2024_DSC_9953_DxO_1

Cristo de la Sangre, Capilla del Baratillo. Foto: Reyes Pro

Esta talla se llevó desde la Capilla del Baratillo a la plaza de San Francisco con motivo de las Misiones Generales de 1965, y formó parte en 1999 de la exposición sobre  devociones hispanoamericanas celebrada en el Archivo de Indias con motivo del Primer Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías. Además en 2022 presidió el Encuentro Diocesano de Jóvenes Cofrades.

Pero más interesante aún bajo el punto de vista histórico es que el Cristo de la Sangre parece ser el Crucificado que tuvo Hermandad en un retablo en la calle actualmente llamada Arfe (dedicada a la memoria de Juan de Arfe y Villafañe en 1859), y que fue llevado a la Capilla del Baratillo en el siglo XVIII gracias a las gestiones o donación de un presbítero llamado José Florencio.

Esta calle Arfe se llamaba desde el siglo XV de las Pescaderías y del Pescado desde el XVIII, por ser la que conducía a las Pescaderías de las antiguas Atarazanas. El retablo del Cristo de la Sangre se situaba en confluencia con la calle entonces llamada de La Posada del Cristo, hoy un tramo más de la calle San Diego.

 image002_7

Fragmento del plano de Sevilla, 1771 

Hasta fines del siglo XVIII y sobre todo hasta mediados del XIX era muy común la presencia en las calles de Sevilla de estos retablos o muy pequeñas capillas con imágenes de distintas advocaciones, muchas de las cuales tenían una hermandad que velaba por su culto.  En la zona del Arenal se sabe de la existencia de varias, algunas de ellas siguen actualmente (como por ejemplo La Pura y Limpia del Postigo), pero muchas se han extinguido: la Soledad de la Laguna, la Piedad de la calle La Mar (García de Vinuesa), Atocha en la plazuela de Los Leones (calle Gamazo), Pópulo de la calle Génova (Av. Constitución) y la que tratamos del Cristo de la Sangre.

En una ciudad de un trazado urbano deficiente en cuanto a condiciones de habitabilidad estos retablos o pequeñas capillas tenían otras funciones prácticas además de la devocional. Daban algo de luz gracias a la iluminación de sus altares y sacralizaban un lugar evitando problemas de basuras, aunque esto último era a veces difícil de lograr. 

Este fue el caso del retablo del Cristo de la Sangre, en la calle del Pescado pero «mediato al mezon que llaman del Christo».  No sólo el Cristo dio nombre al mesón o posada sino también a la calle en la que este se situaba, según vemos en el plano de Sevilla de 1771 mandado hacer por el Asistente Olavide. Pero la cercanía de mesón y retablo trajo problemas. En el año 1734 la hermandad que le daba culto y cuidaba del retablo callejero se quejó al Ayuntamiento de la época «… a causa de las muchas ymmundicias y cienos que con frecuencia corren de las casas que ay en la callejuela de junto y las que sales de…la possada que uniéndose todas delante (del) tavernaculo y remansadas en el sitio donde esta la capilla causan mal olor a que se agrega la indispensable concurrencia de los carros y carretas que debajo de dicho tavernaculo se ponen para cargar el estiércol que se hace en dicha possada…»

Como vemos la situación del retablo del Cristo de la Sangre no era la mejor ni la más adecuada a la imagen. Quizás por esta causa unida a otros factores, como el terremoto de 1755 o la decadencia de su hermandad en el siglo XVIII, la imagen del Cristo de la Sangre llegaría a la Capilla de Carretería.

image003_6

Calle San Diego, esquina con Arfe. Foto: Reyes Pro

Bibliografía:

Caballero, Gumersindo, Francisco Ollero y Reyes Pro. 250 años de la creación del Plano de Pablo Olavide en Sevilla. Universidad Pablo Olavide y Ayuntamiento de Sevilla, 2021

Plaza Orellana, Rocío. Los orígenes modernos de la Semana Santa de Sevilla, tomo I. El Paseo ed. 2018

Pro Jiménez, Reyes. El plano de Olavide de 1771 como control urbano de la ciudad. En: Olavide, la ciudad soñada. Fundación Pablo Olavide, 2021

Rodríguez Mateos, Joaquín. Las cofradías y las Luces. Ayuntamiento de Sevilla, 2006

VVAA. Diccionario histórico de las calles de Sevilla, Consejería Obras Públicas y Ayuntamiento de Sevilla, 1993

VVAA. Las cofradías en el siglo de las crisis. Universidad de Sevilla, 1991










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.