Provincia. 50 instantáneas de la celebración de un aniversario que protagonizó la Virgen del Pilar de Montequinto

Eduardo Fdez. López. Como si de un sueño se tratara, con el hándicap de no tener la experiencia suficiente en todo lo ideado y con las limitaciones que toda Hermandad joven tiene, la Hermandad del Pilar de Montequinto se enfrentaba a vivir un 5 de octubre en el que quería conmemorar dos aniversarios y de relevancia, la fundación del barrio que la acoge y el traslado al mismo del Colegio de los Escolapios.

50 años bien merecen una celebración por todo lo alto y así llegó, se planteó y se cumplió con la brillantez que últimamente esta Hermandad suele hacer las cosas y creciendo día a día. 12 horas permaneció Nuestra Señora del Pilar en su Mayor Dolor con su barrio, en la zona donde llegaron a vivir los primeros vecinos del que hoy ya es el distrito mayor de Dos Hermanas.

Rosario matutino al que siguió la celebración de la Eucaristía de Acción de Gracias, hermanos y sobre todo los vecinos de Plaza de Roma y alrededores no quisieron perderse esta visita que le rendía de nuevo la Virgen del Pilar, personas mayores que quizás poco puedan ir hasta la Parroquia pero que pudieron escuchar misa el sábado y es que han sido días de preparativos adornando balcones, viendo como adornaban la plaza y calles cercanas con ese ímpetu que les caracteriza los más jovenes de la Hermandad.

Y en ella el reconocimiento como no podía ser de otra manera al Colegio que en la década de los setenta se vio obligado por su crecimiento a abandonar su sede en pleno centro de la capital, confiando en este barrio que a su vez levantaba sus primeros edificios.

Y hasta las 6 de la tarde, la hora prevista para que la imagen regresara al templo en procesión evangelizadora, pasando por las calles más antiguas, calles que en sus 50 años nunca habían visto pasar por ella una imagen, visitando los Escolapios y teniendo como epicentro la ya popular y esparada Calle Virgilio, convertida por su entusiasmo ante las tradiciones del barrio en Carrera Oficial para toda procesión y donde hasta con fuegos artificiales se le rindió homenaje y devoción a la guapa virgen quinteña.

Dolorosa que quisieron presentar de una manera más gloriosa y celebrando también su primera década en Montequinto, la ocasión lo merecía y el barrio lo disfrutó y es que aunque digamos, protestemos o mejor dicho critiquemos de la proliferación de cultos externos ya por todos lados, esto no era una procesión extraordinaria como tal ni hacía falta paso para poder celebrar estos aniversarios.

Muchas veces sólo hay que pensar la manera y salirse un poco de lo habitual para poder evangelizar y como es lo más importante, llevar la Eucaristía, que no es otra cosa que el cuerpo de Cristo más allá de tu propio templo acercándolo así y junto a su Madre, a los que tienes lejos o no pueden llegar hacia ellos.

Fotos: Eduardo Fdez. López.