Esperame en el cielo.... A la memoria de Antonio Feria Toribio. Mariano López Montes

!ya doblan las campanas! Como cantara aquel cubano, negro o de color, que actualmente es social y políticamente más correcto,  en su famoso Bolero, allá por esa Sevilla de una postguerra de fotos sepias y recuerdos de carencias. Hoy cuando la primavera parece aflorar tímidamente por esta Sevilla que tanto quisiste, las campanas de la torre de San Isidoro han de doblar por ti.

A Antonio Feria lo conocí desde muy niño en nuestro barrio del Retiro Obrero y en aquella escuela parroquial donde nuestra maestra, una ecléctica anciana que llamábamos Doña Carmen, estimulaba esa inteligencia que después desarrollamos con esos coscorrones y pellizcos monjiles en premio a todo cuanto se nos ocurría y poníamos en práctica en nuestras mentes infantiles; así queda bien dicho y mejor no profundizar en más detalles.

Después con el discurrir del tiempo nos distanciamos, jubilación u óbito de nuestra querida Doña Carmen, cambio de barrio, nos íbamos haciendo grandes, etc.

La suerte o el destino nos llegó a juntar una vez más a mediados de los setenta, cuando unos jóvenes  sin experiencia y unos maduros y no tan maduros ilusionados ambos y con todas las ganas del mundo, nos planteábamos por primera vez ser cirineos de aquel Señor caído que reside en la Costanilla. Anécdotas y vivencias de aquel año 1976 amistad, sentimientos y recuerdos ya forman parte del libro de nuestras vidas, de esta que hoy ya has puesto tu punto y final.

Antonio Feria y Mariano Lopez , o ·"el Feria" y "el Mariano", como nos llamaban nuestros amigos, hemos sido dos personajes como por aquí se estila denominarnos, que nunca nos hemos adaptados a los convencionalismos y formas de comportamientos tan encorsetadas y a la vez irreales que algunos cofrades fundamentalistas consideran como paradigmas. La verdad que los dos hemos vivido esta vida como creo que hay que vivirla, como somos sin dobleces y sin miedo al que dirán.

Desde nuestras antípodas ideológicas y de pensamiento, siempre en nuestros encuentros hemos buscado lo que nos unía y nunca lo que nos separaba, nuestro culto a un sentido del humor y a una guasa a veces surrealista y un tanto recalcitrante que no es muy abundante en la actualidad, marcaba nuestra propia manera de ver la vida.

Isidoriano o "muy isidoriano de pro" y devoto de Nuestro Padre Jesus como lo denominabas continuamente, fue desde siempre alguien muy importante en tu vida.

Aun recuerdo aquella época universitaria tu en Derecho, y yo en Medicina, y nuestros encuentros en el Rectorado cuando la conversación de cofradías, anécdotas y cosas nuestras que no voy a matizar por sensibilidad del lector, prevalecían como puntos de acercamiento ante otras realidades de una época, que veíamos desde diferentes ópticas.

Maestro de los más variados estilismos y look en el vestir, apasionado de la fantasías de colores en su versión caballero. Entendido y especialista en el mundo del calzado y de los relojes, y todo ello siempre visto desde la especial óptica de esas gafas de escaparate con las que veías este mundo, o mejor dicho tu mundo, y siempre fueron un referente de tu identidad.

Y hoy que te has encontrado al volver cualquier esquina a esa dama de San Gregorio que se pasea cada Sábado Santo, de la cual creo que eras hasta hermano, y a la que por cierto nunca queremos encontrárnosla y mucho menos echar con Ella un ratito; quiero transformar la pena de tu ausencia en la belleza de los recuerdos en el que seguirás vivo, la evocación y el sentimiento de haberte conocido, nunca nos abandonaran. Para mi desde esa infancia, desde el propio día a día en que coincidimos, pero sobre todo desde aquel Viernes Santo de 1976 en que Jesus de las Tres Caídas nos concedió la gran dicha de ser sus costaleros.

Y como cantaba Machín en su Bolero "Espérame en el Cielo, para que pronto estemos, juntitos allí los dos".

Bueno, amigo Feria, esa prisa por estar "juntitos allí los dos", no tiene ningún sentido para mi, tu coge una silla cómoda a ser posible cerca de un escaparate de zapatos y confección de caballeros y ve mirando las ofertas, sin prisas que yo me voy para la guardia y aún me quedan algunos años para jubilarme. (Bueno eso espero).

Descanse en la Paz que te mereces, la Misa será hoy a las 11 horas en la Parroquia de San Isidoro.