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Sevilla se hizo Belén, en la palabra de Juan Manuel Labrador


Fco Javier Montiel. Sevilla se hace Belén, es el título del XXXIX Pregón de la Navidad de Sevilla, que anualmente organiza la Asociación de Belenistas de Sevilla. Este año fue el periodista y escritor Juan Manuel Labrador Jiménez, presentador de Onda Luz y colaborador de la web Arte Sacro, quién lo pronunció en la mañana del 4 de diciembre.

Al acto acudieron Juan José Morillas, presidente de la Asociación de Belenistas de Sevilla, Ángela Balbuena, vicepresidenta del Círculo Mercantil e Industrial, presidiendo el acto y Manuel Vicente Durán, delegado del consejo general de Hermandades y Cofradías de la tarde del Viernes Santo, y Miriam Olga de Frutos y Miguel Ángel Martín, delegados de Glorias. José María Jiménez Pérez-Cerezal, cartelista de la Navidad del presente año y que también lo va a ser de la Semana Santa, César Ramírez, cartelista de la Semana Santa de 2015, Juan Manuel Piñas, hermano mayor de la Trinidad y Fernando Fabiani, pregonero de la Navidad de 2012.

El acto lo presentó el también periodista Jesús Devesa Molina, pregonero de la Semana Santa de Cádiz de 2016 y contó con las intervenciones musicales del coro de la Hermandad de la Esperanza de Triana, que interpretó "Tradición", "Las casas del nacimiento", "El belén de la Esperanza" y "La Nana de Santa Ana", y del barítono José Cárcamo Palomo que interpretó “Adeste Fideles” a capella.

Con una impactante y sorprendente puesta en escena, Juan Manuel Labrador inició su pregón con “El gozo de diciembre”, con unos versos desde el centro del escenario para adentrarnos en el invierno donde Sevilla se hace Belén …

Sevilla se hace Belén,
o Belén se hace Sevilla
al germinar la semilla
de la bondad y del bien
que multiplica por cien
la alegría en este mundo,
pues el sentir es rotundo
ante aquel Divino Infante
que infunde con su semblante
el cariño más fecundo.

Y llega “La espera …”, ya caen las hojas del almanaque y llega el invierno. Días nubosos y de posibles lloviznas donde los niños corretean por parques y jardines y chapotean con sus botas de agua en los charcos, mientras Sevilla se prepara para el gozo de esta época que muchos quisiéramos volver a vivir como ellos. Y serán Irene y Alejandro, de 8 y 5 años de edad los que escribirán su carta a los Reyes del lejano Oriente, para que no se olviden de aquellos niños cuyas familias atraviesan por penurias para que no les falte ni hoy ni nunca la felicidad.

Una vez finalizada la carta, Irene, irá a dejarla en el buzón en compañía de Alejandro, mientras Sevilla se encuentra bajo un cielo de auténtico espectáculo de luz y color, a jóvenes que con becas en el pecho, manteos, camisas blancas, pantalones abullonados al estilo cervantino y mallas van tocando instrumentos musicales tales como laúdes, guitarras, bandurrias y panderetas, mientras que cantan en honor a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. Acudirán las distintas tunas desde el arco del Postigo o bajarán por Mateos Gago cuando escaseen las horas para que sea 8 de diciembre, el día en el que la Señora Santa Ana concibe con San Joaquín a la que habría de ser la Madre de ese Verbo encarnado que está a punto de renacer en nosotros mismos…

Porque fuera concebida
sin pecado original,
junto a Ella no habrá mal
que atormente cualquier vida,
pues mantiene protegida
la concepción de un humano
que pronto será un cristiano
para a su lado vivir,
esperando así sentir
la caricia de su mano.

Irene y Alejandro, siguiendo las tradiciones, coleccionando globos que justifican su asistencia a todos estos puntos en los que nace Dios de sevillanas maneras…, van a visitar los belenes, prodigio que surge de las manos de belenistas anónimos que derrochan su arte y su cariño para enaltecer con sus belenes ese momento crucial en la historia de la humanidad como es el nacimiento de Jesús. Así mientras los habitantes de Belén acuden a adorarle, San José es el único que se mantiene pendiente de la Virgen. Y es que sin María nada de esto tendría sentido, porque por eso fue concebida Pura y Limpia de todo pecado, para poder darnos así toda la Esperanza que brotó en sus entrañas…

La Virgen da su Esperanza
a todo aquel que venera,
con un canto de alabanza,
al fruto de esa alianza
que quiebra toda frontera.

Llega el momento “de sueños“, la venta de los talonarios de lotería de nuestras hermandades, mientras en las casas los más pequeños van temprano a la cama porque los pajes de sus majestades permanecen muy atentos a todo cuanto acontece para dar su informe de cómo se comportan los niños en esta recta final del año y comprobar que son buenos y obedientes.

Tal como nos recordó el pregonero, las palabras de Carlos Colón se nos harán más presentes que nunca: “¡Cuánto nos duraba entonces el tiempo que ahora se nos va de entre las manos!”, remarcando que “La Navidad, de niños de San Ildefonso a Reyes, era una vida”.

Juan Manuel Labrador nos hizo partícipes de que hay personas que pretenden celebrar una Navidad sin Jesús, y que tal vez por ello cobra más sentido el cuento de Antonio García Barbeito, porque últimamente sería hasta lógico que pudiésemos ser testigos de El día que Jesús no quería nacer. Es respetable no creer en Él, porque hasta ese extremo nos hizo libres el Todopoderoso, pero se sea creyente, ateo o agnóstico, todos podemos seguir sembrando el bien entre nuestros semejantes para alcanzar la complacencia y poder regalársela, incluso, a los demás, y al final Cristo estará presente, sin que se percaten de ello, en quienes no siguen su evangelio. Lo importante, pues, es que seamos buenas personas, pero no sólo en estas fechas, sino todos los días del año.

La Navidad ha de ser el mejor sueño de los niños, e incluso de aquellos que queremos seguir siéndolos por más que crezcan y envejezcan nuestros cuerpos. Y el mejor regalo que podemos recibir para estas fiestas no es ninguno que pueda comprarse porque no tiene precio: el amor, la amistad, el beso y el abrazo, porque todos tienen el mismo significado: la felicidad.

Otra vez es Navidad,
y la paz queda rendida
debajo de aquel portal
con la esperanza infinita
que bendice el sentimiento
de esta ciudad intimista
en la que el Hijo de Dios
va tocando sus palmitas
porque se siente andaluz
entre Triana y Sevilla.

El sentimiento belenista aflora en el cuento que Irene y Alejandro piden que se les cuente. Así, en ese cuento inventado, un hombre montaba su belén poco a poco … para acabar su relato en la voz de una voz femenina del coro de la Hermandad de la Esperanza de Triana:

“Los ángeles son de barro,
la Virgen y San José,
de barro las ovejitas,
la mula y el buey.
Y de madera ‘tallá’,
Melchor, Gaspar, Baltasar.
Pero el Niño que está en el Portal,
ese sí que es de veras,
ese sí es de verdad”.

Con este cuento, basado en la tradición oral, y que tuvo lugar en Italia, en una cueva próxima a la ermita de Greccio en la Nochebuena del año 1223, recordamos que el primer Belén fue obra de San Francisco de Asís.

Después de montar el Belén “Llega la Navidad”, y en el centro bullicioso de Sevilla, en el que casi es imposible andar, Irene escucha coros de campanilleros por Cuna, Cerrajería, Sierpes y Sagasta, y Alejandro se pregunta qué es lo que pasa hoy en Sevilla.

Se acerca la Navidad
con pasos agigantados,
mientras somos convocados
a descubrir la bondad
de esa hermosa claridad
que reduce nuestro frío,
por eso todo el gentío
acude hasta el Salvador
para sentir el calor
de la Virgen del Rocío.

Para acabar este pasaje, el barítono José Cárcamo Palomo interpretó “Adeste Fideles” a capella, dejándonos a todos los asistentes maravillados.

Otro momento importante vino de manos del pregonero, en primer lugar haciendo referencia a esa cabalgata que por mediación del Excelentísimo Ateneo, desde el año 1918, llega en parte desde Oriente y en parte desde el mundo de los sueños y la fantasía… y para finalizar recordando a los Reyes Magos, haciendo volar unos caramelos …

Cien años lleva Sevilla
viviendo la cabalgata,
por eso los Reyes Magos
toda su magia regalan
al volar sus caramelos
por la ciudad de la gracia.

Al finalizar, el numeroso público asistente, que llenaba la sala, agradeció con unos minutos de aplausos este pregón que sin duda ha calado en el corazón de los asistentes. 

Posteriormente Juan José Morillas, presidente de la Asociación de Belenistas de Sevilla, hizo entrega de una estatuilla que representa el símbolo de la asociación al pregonero.

El libro del pregón se editará con ilustraciones de Antonio Díaz Arnido y Silvia Ortego Jiménez y proximamente se emitirá en Onda Luz.

Fotos: Fco Javier Montiel.










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