Triana, Triana, Triana. Antonio Sánchez Carrasco

Era día de recuerdos y suspiros. Yo te prometí lo que tú sabes el año pasado antes de entrar en quirófano, pero era sólo para mi, no para todos los mortales. No tenías que traer una pandemia para obligarme a cumplir, lo hubiera hecho con el mismo gusto con el que tú me cuidaste cuando la operación. Así que el miércoles con mi Lola, Fernando y María decidimos irnos donde pasarían carretas. Al Monesterejo por donde Gines y la Macarena entre otras hermandades pasarían buscando su primera pará. Un sueño perdido de girasoles y amapolas.

De ahí nos fuimos al Vado del río Guadiamar en la finca de Quema, donde encontramos la soledad en un paraje. El agua se oía correr a los pies del templete, un grupo de caballos se acercó curioso. Fernando se agachó y entre el barro una pequeña medalla del Cristo de las Tres Caídas, su Cristo, que alguien había perdido para que Él encontrara.

De ahí nos fuimos hasta la antigua Mures, tarareando que bueno es Villamanrique, que bien recibe a Triana. Subimos los siete escalones que dan a la gloria de la más Antigua y las banderolas del señorío, que Villamanrique ha colgado de su Ayuntamiento para recordar a las hermandades que por allí pasan camino para y de ver a la Virgen universal.

Camino de Sevilla visitamos Gines, el pueblo que es Rocío. Vimos sus calles adornadas de verde y amarillo por y para Ella. La plaza llena de romero para el alma de Gines y un recuerdo para nuestra amiga Sonia que aunque tiempo hace que no nos vemos siempre que hablamos de su pueblo se viene a la memoria.

Y de ahí hasta Evangelista. La calle donde nació mi Padre. En la entrada Maika, nuestra amiga a la que no veíamos desde Marzo. Distancia, en una fiesta que es cercanía y abrazo. Sentados a media luz, alguien rezaba en voz alta, silencio, una sevillana, otro rezo, silencio, otra sevillana..., se caen las lágrimas sin pensar en ellas. La luz de la Virgen nos da esperanza. Seguimos viviendo un Rocío sin Roció. Rezamos por los fallecidos y por los enfermos. #Trianidad para la pandemia económica.

Volveremos a rezarte Chiquitita de mis sueños, protege a los que me quieren y a los que no.

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.