Arte Sacro
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Datos de interés sobre la misa de toma de posesión de José Ángel Saiz Meneses como nuevo Arzobispo de Sevilla


Arte Sacro. Gracias al dossier facilitado por la oficina de prensa de la Archidiócesis de Sevilla, con Pablo Enriquez a la cabeza, les ofrecemos los siguientes datos de interés sobre la misa de toma de posesión como nuevo arzobispo de Sevilla de José Ángel Saiz Meneses, celebrada ayer sábado en la Catedral.

Letras apostólicas

El canciller, Isacio Siguero, desde el atril de dirección del canto lee la versión castellana de las Letras Apostólicas.

FRANCISCO OBISPO Siervo de los Siervos de Dios

Al Venerable Hermano José Ángel Saiz Meneses, hasta ahora Obispo de Tarrasa, constituido Arzobispo Metropolitano de Sevilla, salud y Bendición Apostólica.

«Obispo, como dijo un sabio, es un nombre referido al trabajo, no al honor. Se trata, pues, de un vocablo griego de donde procede, y se refiere a aquel que vigila desde arriba, teniendo ciertamente cuidado de los súbditos; velar es su finalidad. Por lo tanto, ‘episcopos’ puede decirse en latín ‘regente’, para que comprenda que no es obispo el que busca su propio interés, sino el que se preocupa de ayudar a los demás» (San Isidoro de Sevilla, Sobre los oficios eclesiásticos II, 5, 8).

Nos, sostenido por la divina gracia al apacentar a todos en la caridad de Cristo, ejerciendo el oficio del Apóstol Pedro, dirigimos Nuestra solicitud a la comunidad hispalense, que, después de la renuncia de su último Prelado, espera un nuevo Obispo.

Venerable Hermano, dado que has ejercido con celo el oficio episcopal en la comunidad eclesial de Tarrasa, a la que has gobernado con gran solicitud y te has entregado a las actividades pastorales tanto dirigidas a los laicos, de modo peculiar a los jóvenes, como dirigidas a los consagrados, consideramos que estás bien capacitado para llevar a cabo este oficio de mayor responsabilidad.

Por tanto, oído el parecer de la Congregación para los Obispos, con la plenitud de Nuestra Autoridad Apostólica, disuelto el anterior vínculo con la Sede de Tarrasa, te nombramos y constituimos Arzobispo Metropolitano de Sevilla, con todos los derechos pertinentes y las correspondientes obligaciones anexas a este oficio.

Conviene que estas Letras sean anunciadas al pueblo y al clero de tu archidiócesis, puesto que es necesario que conozcan al nuevo Pastor que se les ha dado, y le muestren su estima y su obediencia.

Por último, Venerable Hermano, por la intercesión de Nuestra Señora de los Reyes y de san Isidoro, te deseamos que ejerzas este ministerio con gran celo y que puedas robustecer al pueblo a ti encomendado en la inefable caridad de Cristo.

Dado en Roma, en el Laterano, el día diecisiete del mes de abril, del año del Señor dos mil veintiuno, noveno de Nuestro Pontificado

Francisco

Repertorio musical de la celebración

Entrada en la Catedral: Cante la tierra al Señor. Melodía anónima italiana, adaptación

de Herminio González Barrionuevo a 4v. m. y órgano.

Missa Prima pontificalis a 3v.m. y órgano (de Lorenzo Perosi):

1) Kyrie

2) Gloria

3) Santus

4) Agnus

Canto de entrada: Aleluya. Gloria a 4v. m. de J. Prichard, con texto y adaptación de Herminio González Barrionuevo.

Canto de accción de gracias después de la lectura de las Letras Apostólicas Aclamación Gloria y honor a ti, Señor Jesús (de Lucien DeissI). Lo canta el solista y repite el coro y la asamblea.

Salmo responsorial (después de la 1ª lectura): El Señor es mi pastor (Salmo 22). 

Aleluya (después de la 2ª lectura): a 4v. m. de Herminio González Barrionuevo sobre la melodía gregoriana del Sábado Santo.

Gran Amén (proclamación al final de Plegaria Eucarística) a 4v. m. y órgano de Herminio González Barrionuevo.

Comunión:

1) Proclamemos el reino de la vida. Himno del Congreso Eucarístico Internacional de Sevilla (1993) a 4v. m. y órgano, de Manuel Castillo.

2) Heme aquí a 4v. m. y órgano, de Marco Frisina, y con texto y estrofa a 4v m. y órgano de Herminio González Barrionuevo.

Final:

Salve regina, en canto Gregoriano con órgano.

Canta la Coral Polifónica de la Catedral Metropolitana de Sevilla. Esta coral fue el coro mixto primero que ha tenido la Catedral, porque anteriormente el coro era de voces graves (sólo de hombres). Fue fundada en 1985 por el maestro de Capilla actual, Herminio González Barrionuevo, y ha solemnizado la liturgia de esta Catedral Metropolitana de Sevilla desde su creación (1985).

Dirige el maestro de Capilla y canónigo de la Catedral, Herminio González Barrionuevo, que cumple 37 años como Maestro de Capilla en la Catedral.

Alocución de Mons. Asenjo Pelegrina en la toma de posesión de Mons. José Ángel Saiz Meneses

“Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Con estas palabras del salmo 118, querido señor Nuncio Apostólico, queridos señores cardenales, arzobispos y obispos, sacerdotes y diáconos, consagrados, seminaristas, autoridades y fieles, doy la bienvenida a nuestra archidiócesis y a nuestra catedral a todos ustedes y, muy especialmente, al nuevo arzobispo metropolitano, monseñor José Ángel Saiz Meneses, a su familia, amigos y fieles de Tarrasa que le acompañan.

Querido hermano José Ángel, te recibimos con espíritu sobrenatural, como recibiríamos al Señor, al que representas. Vienes a una diócesis de profundas raíces cristianas, tempranamente evangelizada y fecundada ya en el siglo III por la sangre de las mártires Justa y Rufina. Su episcopologio contiene una pléyade de figuras extraordinarias entre las que descuellan los grandes Padres de la Iglesia hispana, los santos Leandro e Isidoro. Heredas una Iglesia que a lo largo de los siglos ha dado abundantes frutos de santidad. Baste citar los nombres de santa Ángela de la Cruz, santa María de la Purísima, el beato cardenal Espínola, el obispo san Manuel González García, presbítero de esta Iglesia, la beata Victoria Díez y los mártires sevillanos del siglo XX, cuya causa está en su trámite final en Roma.

La archidiócesis de Sevilla ha generado innumerables obras e instituciones en el campo de la cultura y un patrimonio artístico exuberante y esplendoroso, fruto de la fe de este pueblo. Ha creado también fecundas instituciones socio-caritativas.

Destaca entre ellas la obra admirable del venerable Miguel Mañara, fundador de la hermandad y el hospital de la Santa Caridad, modelo hoy para las obras diocesanas que van surgiendo al servicio de cuantos van quedando en las cunetas de la sociedad como consecuencia de la pandemia que nos aflige y su consiguiente crisis económica. Recibes también un clero celoso, trabajador y muy consciente de su misión apostólica, unos seminarios florecientes y unas instituciones académicas, el Instituto Superior de Ciencias Religiosas y la Facultad de Teología, que superan juntas más de 500 alumnos. Pronto te sentirás orgulloso de la tarea y el compromiso de la Cáritas diocesana y de las Cáritas parroquiales.

Te vas a encontrar con la colaboración apreciable de la Vida Consagrada en la Pastoral diocesana y con muchos laicos de fe honda, formación excelente y corazón de apóstol. Con frecuencia te los encontrarás por las calles y te dirán con espontánea sinceridad que te quieren y que rezan por ti.

Te esperan cerca de 700 hermandades y cofradías, una auténtica riqueza en esta Iglesia particular. Quiérelas, valóralas y acompáñalas. Que sientan tu cercanía y tu calor. Son un dique formidable contra la secularización. Contribuyen de forma decisiva a mantener fresco el humus cristiano de esta tierra. Son para muchos sevillanos camino de vida cristiana, de formación, de impulso apostólico y de servicio a los pobres, como se está demostrando en estos momentos críticos. 

El pasado sábado, hacía balance de mis 12 años de servicio episcopal a Sevilla en la misa de acción de gracias celebrada en este mismo altar, y concluía citando estas palabras del salmo 15: “Me ha tocado un lote hermoso.

Me encanta mi heredad”. Puedes estar seguro, querido hermano José Ángel, de que a ti también te ha tocado un lote hermoso y una heredad por la que merece la pena dar la vida.

Desde que se hizo público tu nombramiento, desde todos los rincones de la archidiócesis hemos encomendado al Señor tu persona y ministerio, y le hemos pedido que encuentres en nosotros un pueblo bien dispuesto y que te conceda el corazón, las entrañas, los sentimientos y el estilo de Jesucristo Buen Pastor, que no vino a ser servido sino a servir y a entregar su vida en rescate por muchos. Es lo que el Señor espera de ti y lo que tus hermanos obispos, sacerdotes, consagrados y seminaristas, autoridades y fieles que te acompañamos pedimos al Señor para ti.

Que santa María de los Reyes, patrona de la archidiócesis, la buena Madre que preside nuestra asamblea, y que en esta mañana te mira con especial ternura, te proteja, sostenga y acompañe en el hermoso camino que hoy emprendes, y llene de fecundidad tu ministerio para gloria de Dios.

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Administrador apostólico de Sevilla

Homilia de Monseñor José Ángel Saiz Meneses en la misa estacional con motivo de la toma de posesión como Arzobispo de Sevilla

“No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure”. Estas palabras de Jesús a los Apóstoles que acabamos de escuchar en el Evangelio reflejan la elección eterna en Cristo y la primacía de la gracia en la misión apostólica. Hoy, ante la nueva misión que inicio entre vosotros os invito a dar gracias a Dios por su llamada, por su elección, por la misión de la cual somos partícipes.

Quiero expresar mi saludo agradecido a todos cuantos me acompañáis en esta celebración. En primer lugar, al Sr. Nuncio de Su Santidad en España, con el ruego de que haga llegar al Santo Padre Francisco mi agradecimiento por la confianza depositada, y el testimonio de mi cordial comunión y adhesión a su persona y a su magisterio.

Saludo al Señor Cardenal Presidente de la Conferencia Episcopal Española y a los demás Cardenales aquí presentes, de modo especial al Cardenal don Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo emérito de esta sede hispalense, tan querido y recordado. Igualmente saludo a los Arzobispos y Obispos presentes, signo visible de la comunión y colegialidad episcopal. Saludo con especial agradecimiento a Mons. Juan José Asenjo Pelegrina, predecesor inmediato en esta Archidiócesis, por su fraternal acogida, por sus amables palabras y sabios consejos, por su generosa tarea realizada a lo largo de más de 12 años, por haberse entregado hasta el final en su fecundo ministerio; saludo también a los obispos de la provincia Eclesiástica de Sevilla.

Un saludo a los miembros del Colegio de Consultores y del Cabildo metropolitano, a los vicarios episcopales, a los delegados episcopales y diocesanos, a todos los hermanos sacerdotes del clero secular y regular y a los diáconos; también a los seminaristas, a los miembros de Institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, al ordo virginum y a las comunidades de vida contemplativa. Saludo a todos los fieles laicos, a las familias, a los jóvenes, futuro de la Iglesia y de la sociedad; a los miembros de instituciones caritativas y sociales, de movimientos, asociaciones y diferentes realidades eclesiales; a los miembros de las hermandades y cofradías. Saludo a los aquí presentes y a los que participáis en la celebración a través de los medios de comunicación, a los ancianos, a los enfermos, a los que más sufren a causa de la pandemia y de la crisis económica.

También a los amigos que han venido de lejos, desde Terrassa y Barcelona, desde Sisante y Cuenca, o desde otros lugares de nuestra geografía. Saludo a mi querida familia, tan importante y tan presente a lo largo de mi vida. Un recuerdo desde lo más hondo de mi corazón para mis padres, Jesús y Concepción, que desde la casa del Padre se unen a nosotros.

Un saludo respetuoso y cordial a los Excelentísimos Señores: Sr. Alcalde de Sevilla y Corporación Municipal; Sr. Alcalde de Sisante; Sr. Teniente General Jefe de la Fuerza Terrestre; Sra. Consejera de Cultura y Patrimonio Histórico; Sr. Senador; Sr. Rector Magnífico de la Universidad de Sevilla; Sr. Delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía; Sr. Presidente de la Audiencia Provincial de Sevilla; Sr. General Director de Enseñanza del Ejército del Aire; Junta de Gobierno de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla; Sr. Presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Sevilla, y a los Hermanos Mayores de las Hermandades y Cofradías de la archidiócesis; a todas las demás autoridades civiles, militares, judiciales y académicas de la Comunidad Autónoma de Andalucía, de la provincia y de la ciudad de Sevilla. Os ofrezco mi colaboración leal en todo lo que se refiera al bien común y a la paz social de nuestro pueblo, especialmente a los más necesitados, a los más golpeados en estos momentos a causa de la pandemia.

“No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure”. Inicio hoy mi ministerio episcopal con asombro y con profundo respeto. Como el profeta Jeremías, me siento pequeño e indigno. La confianza en el Señor, que da la gracia para llevar a cabo la misión encomendada, y la confianza en todos vosotros, en vuestra oración y colaboración, me dan la fuerza para iniciar este camino. Los caminos del Señor me han conducido hasta aquí para ser un eslabón más de la cadena apostólica, al servicio de esta querida Iglesia diocesana de Sevilla.

Llego a una diócesis con una historia fecunda y brillante, de profundas raíces cristianas, que ha dado inmensos frutos de fe y amor, de cultura, de arte, de solidaridad, a lo largo de los siglos. Esta catedral de Santa María de la Sede es una muestra de la belleza que eleva el espíritu y nos conduce al encuentro con Dios. Una Iglesia de grandes santos que han marcado la historia de la Iglesia y de la sociedad: las mártires santa Justa y santa Rufina, en el siglo III; los arzobispos san Leandro y san Isidoro, en el siglo VII; el rey Fernando III el Santo, en el siglo XIII; el beato Marcelo Spínola, en el siglo XIX; san Manuel González, la beata Victoria Díez, santa Ángela de la Cruz y santa María de la Purísima, en el siglo XX.

La misión de la Iglesia continúa a lo largo de la historia la misión misma de Cristo, que quiere conducir a todos los hombres a la fe, al amor y a la paz, de manera que descubran el camino para la plena participación en el misterio de Dios. La misión de los discípulos es colaboración con la de Cristo y no se fundamenta en las capacidades humanas sino en el poder del Señor resucitado presente en su Iglesia, y en la fuerza del Espíritu Santo.

La misión comienza en la Pascua de resurrección y Pentecostés, y está en continuidad con la misión de Cristo de proclamar e instaurar el Reino de Dios. Esta misión se realiza mediante las tres funciones de Cristo, que él transmite a la Iglesia: su profetismo, su sacerdocio y su realeza: Predicación de la palabra, celebración de los misterios y servicio a la comunidad.

“Os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.” Han transcurrido dos mil años, pero la tarea no está finalizada, y los miembros de la Iglesia somos enviados a continuar la misión para que todos los hombres lleguen a vivir plenamente como hijos de Dios.

Al iniciar el tercer milenio, san Juan Pablo II nos exhortó a “remar mar adentro” afrontando los desafíos del momento actual, recordando con gratitud el pasado, viviendo con pasión el presente y abriéndonos con confianza al futuro (cf. NMI 1). Unas palabras que conforman mi lema episcopal y con las que me siento plenamente identificado. El papa Benedicto XVI nos inculcó, a su vez, que no hay nada más bello que conocer a Cristo y comunicar a los demás la amistad con Él (cf. Homilía 24 de abril de 2005). Y el papa Francisco nos llama a ser Iglesia en salida, a una profunda transformación misionera de la Iglesia capaz de renovarlo todo (cf. EG 27).

No son pocos ni menores los desafíos del mundo actual. El desafío de una cultura dominante relativista en la que no caben valores absolutos ni juicios universales, ya que todo está en función de la percepción subjetiva de cada uno y de los intereses de los grandes grupos de poder. No es extraño que se acabe desembocando en una actitud egoísta, en comportamientos contrarios a los más débiles y a la vida misma, en la “cultura del descarte”; no es extraño que se llegue al empobrecimiento espiritual y a la pérdida de sentido.

El desafío de la crisis económica y del fenómeno migratorio. La crisis sanitaria de la COVID-19 ha desencadenado una crisis económica y social sin precedentes, que se suma a los flujos migratorios de naturaleza económica y también a causa de los conflictos bélicos. Situaciones gravísimas de pobreza material, y también nuevas pobrezas a causa de la soledad, la falta de afecto, de energías físicas, de sentido, la falta de fe, que es la pobreza más importante.

El desafío de la desvinculación y la liquidez, porque hemos pasado de una sociedad moderna que buscaba la solidez en los grandes principios, a una sociedad posmoderna líquida y voluble. Como consecuencia, la fragmentación de las vidas, la desconfianza, la precariedad de los vínculos humanos. También el nuevo desafío del enjambre digital, en que cada uno se construye su propio mundo, y acaba originándose una suma de individualidades aisladas que nunca llegan a ser un “nosotros”.

4. “Os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.” Qué podemos ofrecer nosotros, pobres y pequeños como somos. Nuestros contemporáneos necesitan llenar su vida de sentido, de paz, de amor, de Dios. A pesar de nuestra pequeñez, somos enviados por el Señor a anunciar la Buena Nueva, somos los testigos de Jesucristo en la sociedad del siglo XXI, llamados a dar una respuesta convencida y convincente ante esos desafíos.

Ante la cultura dominante relativista y subjetivista ofrecemos la centralidad de la Persona de Jesucristo. Porque la esencia del cristianismo es Cristo y la vida cristiana comienza a partir de un encuentro con Él, porque Cristo es el centro de la vida y de la misión de la Iglesia. También ofrecemos una moral firme y clara que se fundamenta en el amor a Dios y al prójimo, en el respeto absoluto a la persona y a la vida humana, especialmente cuando esa vida es más débil e indefensa.

Ante la pérdida de sentido y el empobrecimiento espiritual, ofrecemos el sentido de la trascendencia, la seguridad de que el ser humano es capaz de encontrarse con Dios. En un mundo secularizado hemos de ayudar a nuestros coetáneos a alzar la mirada al cielo y elevar el nivel de sus horizontes vitales; hemos de recordar la verdad más profunda del ser humano: que Dios nos ha creado, nos mantiene en la existencia y nos llama a la unión con Él.

Ante la crisis económica y el fenómeno migratorio, hemos de ser solidarios con el sufrimiento humano y testigos de la misericordia de Dios. La actividad de la Iglesia tiene que ser una expresión del amor de Dios. El papa Francisco nos pide que vivamos como una Iglesia que sale al encuentro del pobre, del más débil; una Iglesia que se conmueve, que se compadece y se acerca, que afronta las situaciones y aplica los remedios adecuados, que cura las heridas y ofrece calidez al corazón, como Jesús.

Ante la desvinculación, la desconfianza y la liquidez de la vida, del mundo y del ser humano, es preciso que demos testimonio del ideal de vida cristiana, con una espiritualidad recia y profunda; con una formación sólida, síntesis entre fe, cultura y vida; con una acción apostólica eficaz que fermenta evangélicamente los corazones, los ambientes y las estructuras. Ante el enjambre digital, ofreceremos la experiencia de la amistad vivida en la comunidad cristiana.

Ser comunidad significa haber dado el paso del yo y del tú hasta el nosotros; significa compartir, hacer propias las situaciones de los otros. Tal como hemos escuchado en la segunda lectura, de la carta de san Pablo a los Romanos, la imagen del cuerpo expresa la solidaridad entre los miembros, la necesidad de que cada uno cumpla su misión específica, la colaboración dentro de la unidad buscando el bien común; porque la diversidad de los miembros y la variedad de las funciones no van en perjuicio de la unidad, como tampoco la unidad anula la pluralidad de los miembros y de sus funciones.

Vamos a seguir caminando juntos en la vida y en la misión de la Iglesia, en sinodalidad, poniendo en práctica la espiritualidad de la comunión. Queridos sacerdotes, diáconos, seminaristas, miembros de la vida consagrada, fieles laicos; parroquias, instituciones de Iglesia, movimientos, asociaciones, realidades eclesiales, hermandades y cofradías, Iglesia que peregrina en Sevilla. El Señor nos ha elegido y nos envía para que demos un fruto abundante y duradero. A pesar de las dificultades del momento presente, a pesar de nuestra pobreza y pequeñez. Nos inspira el testimonio martirial de las santas Justa y Rufina, y de la beata Victoria; nos inspira la inmensa tarea evangelizadora y catequizadora de los santos obispos Leandro e Isidoro; nos inspira la trascendencia histórica de la vida de san Fernando; nos inspira la labor pastoral y el amor a los pobres del beato Marcelo Spínola, la centralidad de la Eucaristía de san Manuel González así como el ejemplo de las santas Ángela de la Cruz y María de la Purísima en su entrega a los más necesitados. Nos inspira el ejemplo de tantos hermanos nuestros que nos han precedido a lo largo de la historia de nuestra diócesis en el signo de la fe, la esperanza y el amor.

Con tan grandes ejemplos, con la gracia de Dios, con la fuerza del Espíritu Santo, seguiremos remando mar adentro, seguiremos echando las redes, confiando en el Señor y en los hermanos con los que compartimos el camino. María Santísima nos guía como Madre y Maestra. San José nos enseña a vivir con valentía creativa. En manos de María, Nuestra Señora de los Reyes, pongo nuestra vida y ministerio. A sus plantas me postro, como Sevilla, y le rindo homenaje y loor. Que así sea.

RELACIÓN DE AUTORIDADES ECLESIÁSTICAS ASISTENTES

- Bernardito Auza, Nuncio Apostólico de España

- Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo emérito de Sevilla

- Carlos Amigo Vallejo, Cardenal Arzobispo emétido de Sevilla

- Juan José Omella, Cardenal Arzobispo de Barcelona y Pte. de la Conferencia Episcopal Española

- Antonio Cañizares Llovera, Cardenal Arzobispo de Valencia

- Antonio Mª Rouco Varela, Cardenal Arzobispo emérito de Madrid

- Fco. Javier Martínez Fernández, Arzobispo de Granada

- Celso Morga Iruzubieta, Arzobispo de Mérida-Badajoz

- Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo

- Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo

- Joan Enric Vives Sicilia, Arzobispo de Urgell

- José Domingo Ulloa Mendieta, Arzobispo de Panamá

- Fco. Javier Lozano Sebastián, Arzobispo Nuncio Apostólico emérito

- Adolfo González Montes, Obispo de Almería

- José María Gil Tamayo, Obispo de Ávila

- Rafael Zornoza Boy, Obispo de Cádiz y Ceuta

- José Mazuelos, Obispo de Canarias

- Demetrio Fernández González, Obispo de Córdoba

- Francesc Pardo Artigas, Obispo de Gerona

- Fco. Jesús Orozco Mengibar, Obispo de Guadix

- Santiago Gomez Sierra, Obispo de Huelva

- Jesús Catalá Ibañez, Obispo de Málaga

- Manuel Sánchez Monje, Obispo de Santander

- Xabier Gomell Gomá, Obispo de Solsona

- Agustín Cortés Soriano, Obispo de Sant Feliú de Llobregat

- Enrique Benavent Vidal, Obispo de Tortosa

- Román Casanova Casanova, Obispo de Vic

- Antonio Gomez Cantero, Obispo coadjutor de Almeria

- Sergi Gordo Rodríguez, Obispo auxiliar de Barcelona

- Javier Vilanova Pellisa, Obispo auxiliar de Barcelona

- Joseba Segura Echezarraga, Obispo auxiliar y administrador diocesano de Bilbao

- José Rico Pavés, Obispo auxiliar de Getafe

- Salvador Cristau Coll, Obispo auxiliar de Terrasa

- Luis Javier Argüello García, Obispo de Valladolid y secretario general de la CEE

- Francisco Cases Andreu, Obispo emérito de Canarias

- Ángel Rubio Castro, Obispo emérito de Segovia

-  Federico Mantarás Ruiz-Berdejo, administrador diocesano de Asidonia-Jerez

- Renato Kucic, segundo consejero de la nunciatura apostólica de España

Colegio de consultores

- Mariano Pizarro Luengo

- Teodoro León Muñoz (Vicario general)

- Francisco José Ortiz Bernal

- Isacio Siguero Muñoz (Secretario general y canciller)

- Gabriel Sánchez García

- Andrés Pablo Guija Rodríguez 

Consejo episcopal

- Jesús Maya Sánchez

- Rafael Muñoz Pérez

- Enrique Barrera Delgado

- Antonio Jesús Rodríguez Báez

- Diego Pérez Ojeda

- Antonio Vergara González

- Óscar Díaz Malaver

- Antonio José Mellet Márquez, Vicario Judicial

- Miguel Vázquez Lombo, delegado episcopal de Asuntos Jurídicos de Hermandades y Cofradías.

- José Ángel Martín Domínguez, Delegado Episcopal de Vida Consagrada.

RELACIÓN DE AUTORIDADES CIVILES ASISTENTES

- Alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas Cejas.

- General Jefe de la Fuerza Terrestre, José Rodríguez García.

- Consejera de Cultura y Patrimonio Hco. de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo Fernández.

- Magnífico Rector de la Universidad de Sevilla, Miguel A. Castro Arroyo.

- Delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Ricardo Sánchez Antúnez.

- Presidente de la Audiencia Provincial de Sevilla, Manuel Damián Álvarez García.

- General Director de Enseñanza, Enrique J. Biosca Vázquez.

- Delegado de Defensa en Andalucía, Carlos Ángel Echevarría Pérez.

- Comandante Naval de Sevilla, Javier Albert Pérez

- Vicepresidenta 1ª de la Diputación Provincial de Sevilla, Isabel Herrera Segura.

- Vicesecretario General de la Delegación del Gobierno en Andalucía, Antonio Ángel Fdez. Pérez.

- Jefe Acctal. de la IV Zona de la Guardia Civil de Andalucía Occidental, Antonio Ramírez Sánchez.

- Jefe de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Sevilla de la Policía de Andalucía Occidental, José Ruíz Gómez.

- Superintendente de la Policía Local, Gabriel Nevado.

- Vicerrector de Investigación de la Universidad Loyola Andalucía, Carlos García Alonso.

- Director del Secretariado de Relaciones Institucionales de la Universidad de Sevilla, Andrés Luque Teruel.

- Vicepresidente de la Fundación San Pablo Andalucía CEU, Juan Jurado Ballesta.

- Director Gral. de la Fundación San Pablo Andalucía CEU, Juan Carlos Hernández Buades.

- Delegado del Rector para el Plan Estratégico, José Luis Barbero Navarro.

- Secretaria General de Patrimonio Cultural de la Junta de Andalucía, Macarena O`Neill.

- Adjunto al Defensor del Pueblo, Jaime Raynaud.

- Cónsul Honorario de Francia en Sevilla, Christophe Sougey. 

- Cónsul Honorario del Reino Unido en Sevilla, Joe Cooper.

- Cónsul Honoraria de Suecia en Sevilla, Carlos Montesa Kaijser.

- Cónsul General Honorario de los Países Bajos en Sevilla, José Tobías Lerga Paz.

- Cónsul Honorario de Islandia en Sevilla, Victoria del Carmen Coronil Jonsson.

- Presidente de la Sección Sur de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Antonio Guillén Rodríguez.

- Representante de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y Malta, Isabel Gil-Delgado y Queralt.

- Delegado en Sevilla de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, Fernando de Artacho y Pérez-Blázquez.

- Presidente- Regidor de la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando, Antonio Mª Glez.-Pacheco y Vázquez.

- Presidente del Ateneo de Sevilla, Alberto Máximo Pérez Calero.

- Presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla, Francisco Herrero León.

- Ayuntamiento de Sevilla (Delegación de Fiestas Mayores y Gobernación): Diego Ramos, Carlos García Lara y Miguel Bazaga.

- Vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, Fernando Giménez Barriocanal.

- Delegados Diocesanos de Familia y Vida, Juan Manuel Granado Bellido y Mª Dolores Sánchez-Campa Durán.

- Delegado Diocesano de Pastoral Obrera, Diego Márquez Muñiz.

- Delegado del Apostolado Seglar, Enrique Belloso Pérez.

- Delegado Diocesano de Pastoral de la Enseñanza, Juan Manuel Rodríguez Muniz.

- Director de Cáritas Diocesana de Sevilla y Presidente de Cáritas Regional de Andalucía, Mariano Pérez de Ayala Conradi.

- Ecónomo Diocesano, Alberto Benito Peregrina.

- Secretaria de la CONFER, Hna. Lourdes Caminero.

- Hermanas de la Compañía de la Cruz 

- Teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería, Santiago de León y Domecq.

- Real Maestranza de Caballería de Sevilla

- Consejo diocesano de Asuntos Económicos 

- Presidente del Consejo Gral. de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez Luna.

- Presidenta Delegada de Manos Unidas, Mª del Carmen Albendea.

- Secretario de la Comisión Diocesana de Acción Católica Gral. de Sevilla, Carlos Ignacio Santos González.

- Presidenta de los Cursillos de Cristiandad, Mª Luisa Fernández-Cotta Jiménez.

- Presidente de la Comisión Fundación Cardenal Spínola contra el Paro, Manuel L. Góngora García.

- Presidente de la Archicofradía Sacramental del Sagrario, Guillermo Mira Abaurrea.

- Presidente de la Asociación de Fieles de Ntra. Sra. de los Reyes y San Fernando, Eutropio García Xarrié.

- Gerente de la Fundación diocesana de Enseñanza ‘Victoria Díez’ de Sevilla, José Luis del Río Ocaña.

- Representantes de los Centros de Orientación Familiar.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.










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