Arte Sacro
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Cuaresma Aracelitana


 Arte Sacro. En la noche del lunes día 9 de febrero la imagen de Nuestra Señora de Araceli fue ataviada para el tiempo cuaresmal. Artífices de la vestimenta fueron el Prioste (Federico Carrasco) y las Camareras de la Santísima Virgen (Dña. Araceli Rodríguez y Dña. Carmen Jiménez). La imagen fue peinada por Alejandro Puelles Cervantes por segunda vez, siendo el encargado oficial de ejercer esta importante tarea en la corporación. Colaboraron con todos ellos los Auxiliares de Priostía y de Secretaría, José Cornelio Zambrano y Francisco Javier Segura, estando también presente Dña. Ana María Villalobos Madroñal, Hermana Mayor.

Tal acopio de esfuerzos tenía una razón justificada. Había que adaptar a la imagen la nueva peluca, realizada por Dña. María del Río en el establecimiento “Antigua Casa Rodríguez” de la calle Alcaicería, donada por varios hermanos y se pretendía presentar a la imagen con un atuendo basado en un lienzo que posee la parroquia de San Andrés en sus dependencias. En él se puede contemplar a una imagen con una saya muy abierta y un manto oscuro.

Esta representación mariana, de título y autor desconocido, viste con rostrillo y toca monjil. Todas estas prendas han sido colocadas a la imagen aracelitana resultando una iconografía a la manera barroca. El monjil se ha imitado con unos ricos paños de raso antiguos rematados con finos encajes que han sido adquiridos para esta ocasión en un anticuario. Estos paños se han prendido del rostrillo más moderno que posee la imagen, donado por Manuel Jesús Corral Zambrano con motivo del último besamanos a esta imagen titular.

 La saya escogida para la ocasión ha sido la de damasco real en color cereza, decorada a la grisalla por D. José Luis Asián Cano. Es una pieza que presenta una rica decoración asimétrica de tallos y hojas, con leves notas de color que dan vida al diseño, el cual esparce su desarrollo por la saya y el corpiño, yendo ceñido todo por un cíngulo de cordón de calabrote de oro con borlas del mismo metal, que fuera donado por una devota de la imagen llamada Araceli, residente en un barrio periférico de la ciudad. El manto que luce la imagen es el de terciopelo morado liso, de acuerdo con el color litúrgico de la cuaresma, donado por su vestidor.

El toque final a tan acertada indumentaria lo han puesto las selectas alhajas prendidas sobre los vestidos de la talla. Primeramente, como protagonistas del tiempo cuaresmal, el Crucificado y el Corazón de su Madre, representados con dos piezas venidas de Roma. El primero está representado por un pectoral regalado al vestidor de la imagen por D. Francisco Ortiz Gómez, Vicario General, tras su viaje acompañando a S. E. R. Cardenal Amigo Vallejo al último Cónclave Pontificio en 2005. Ha querido el vestidor de Nuestra Señora de Araceli donar esta pieza a la Virgen como signo de oración permanente por aquellas personas que velan por nuestra Archidiócesis. El corazón, estrenado en el Besamanos de Octubre, en recuerdo de aquellos padecimientos que Santa María soportó ante la muerte de Su Hijo. En ese corazón, en el interior de esta pieza argéntea, quedarán depositadas todas aquellas peticiones que hermanos y devotos hagan llegar a la Virgen. Ese pequeño papel quedará  prendido a la Virgen sobre su pecho. El Niño Jesús lleva al cuello una minúscula medalla de oro de Nuestra Señora del Rocío, signo también de agradecimiento por una promesa cumplida.

Varios broches y un collar de perlas completan el adorno. El altar de la imagen ha quedado vestido con un paño de altar confeccionado por la camarera de la Virgen, Doña Gloria Molina. De esta forma quedará la imagen hasta que llegue la fiesta gloriosa de la Resurrección del Señor, allá cuando comience el tiempo esperado de las hermandades letíficas.

Fotos: Fco. Javier Segura










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