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Conventos y Hermandades. Sexta parte (de varias). Reyes Pro Jiménez


Hoy seguiremos repasando algunos antiguos conventos, veremos aquellos que ya no albergan una comunidad monástica y cuyas dependencias conventuales desaparecieron total o parcialmente, aunque sus iglesias siguen existiendo completas y con culto. Todos padecieron las consecuencias nefastas de los hechos de la historia del siglo XIX que hemos ido repitiendo: principalmente la Invasión Francesa de 1810 a 1812, las desamortizaciones de 1835 a 1837 y episodios de mal entendida política liberal como por ejemplo la Revolución de 1868, no vamos a volver sobre ellos al hablar de cada convento.

Muchas de estas iglesias de antiguos conventos ya no son sedes canónicas de las hermandades que en ellas se fundaron o residieron antiguamente, pero hoy están establecidas otras que se trasladaron posteriormente. Los ejemplos son numerosos y el espacio del que disponemos para hablar de ellos es breve, pero trataremos de dar algunas ideas básicas de su historia, especialmente de lo menos conocido popularmente de cada uno de dichos conventos. En este artículo veremos los de San Antonio de Padua, San Antonio Abad (o San Antón), Los Terceros, Montesión y la Casa Profesa de los Jesuitas con su iglesia de la Anunciación, todos ellos en su día albergaron una comunidad religiosa masculina.

 

El Convento de San Antonio, Fundiciones metálicas. Fototeca Universidad de Sevilla

Comenzamos por el de San Antonio de Padua; sus orígenes datan de 1595 cuando se fundó un convento con hospital de la Orden de Hermanos Menores franciscanos en un lugar extramuros de la ciudad, cerca del Hospital de San Lázaro, aunque al año siguiente una riada les obligó a cambiar a una situación que aunque estaba en las afueras de la ciudad era más cercana a ella: entre el Hospital de las Cinco Llagas y unas huertas. Pero a mediados del XVII terminan por instalarse en el interior del recinto amurallado, y en un sitio cercano a las Puertas del mismo como tantos otros conventos, edificando el convento y hospital en la calle Ancha de San Vicente en las inmediaciones de la Puerta de San Juan.

El Convento pasará, como hemos citado, por las desastrosas y en tantos casos repetidas consecuencias de los acontecimientos del siglo XIX, teniendo sus dependencias varios usos a partir de esa época: cuartel, casa de vecinos y talleres mecánicos. En 1840 el convento fue adquirido por Narciso Bonaplata, que lo convirtió en una fundición de hierro (en ella se fabricaron piezas del Puente de Triana).

En 1935, los franciscanos volvieron a lo que quedaba del citado convento, pues ya se había demolido en buena parte para la creación de calles y manzanas de pisos. Las dependencias estaban muy maltratadas y en 1956 se derribaron para construir otro convento más reducido, solo respetando la iglesia y sacristía; en él permanecieron los franciscanos hasta el año 2012.

 

Derribo del convento antiguo de San Antonio, 1956

La iglesia del convento de San Antonio de Padua tiene relación con otro convento desaparecido: el de San Felipe Neri, pues proceden del mismo la sillería del coro y el retablo mayor de Jerónimo Balbás, datado en 1711, que hoy vemos en San Antonio.

La Hermandad del Santo Sudario, el Santísimo Cristo del Buen Fin y Nuestra Señora de la Palma, fundada por el gremio de curtidores en 1590 en la Iglesia de San Juan de la Palma, residió en el convento de San Antonio de Padua desde 1605. Tras haber desaparecido como consecuencia de la Desamortización del convento en 1835, se refundó ​en 1883 en la Iglesia de San Pedro y se trasladó a la Iglesia de San Antonio de Padua en 1908.

Tuvo también su sede en la iglesia de este convento la Hermandad de Jesús ante Anás, Santísimo Cristo del Mayor Dolor y María Santísima del Dulce Nombre desde 1924 a 1968, cuando se trasladó a la Parroquia de San Lorenzo.

 

Antigua iglesia del convento y hospital de San Antón,
hoy sede de la Hermandad del Silencio
 

Uno de los conventos cuya existencia histórica es menos desconocida popularmente es el antiguo convento y hospital de Orden hospitalaria de san Antón, o San Antonio Abad, pues incluso la propia orden conocida como los “Antoninos” ha desaparecido. El hospital, que se dedicaba a cuidar a contagiados de ergotismo (enfermedad conocida entonces como “fuego de San Antón”), se levantó en el siglo XIV junto con iglesia y convento en la antigua calle de las Armas (hoy Alfonso XII).

En el siglo XVI la Hermandad del Silencio se trasladó a una capilla anexa a la citada iglesia; esta hermandad se fundaría entre 1340 y 1356 en la parroquia de Omnium Sanctorum, y posteriormente radicaría en distintos hospitales, como el desaparecido de San Antón en la Macarena (1356-1546), el Hospital de las Cinco Llagas (1546-1571) y el hospital de la Santa Cruz de Jerusalén (1571-1579) en la calle del Ángel (hoy Rioja). Finalmente tuvo su sede también en otro hospital, el de San Antón, donde adquirió la capilla del Santo Crucifijo, anexa al mismo y una parte del huerto del hospital. Así inició en 1579 una larga relación con los antoninos.

Hay que aclarar que en esta época la palabra “hospital”, debe entenderse como la denominación de un centro asistencial social en un amplio sentido (acoger, asistir, alimentar), no estrictamente sanitario.

En 1793, cuando la orden de los Antoninos ya había sido extinguida por el Papa, sus bienes inmuebles pasaron a la administración civil y Carlos IV donó iglesia y convento-hospital a la hermandad, que reformó su capilla y la unió a la del convento. El hospital se cerró por falta de enfermos de ergotismo pero la Hermandad del Silencio se hizo cargo de todo el antiguo convento hasta la llegada de la comunidad franciscana de San Diego en 1819, que permanecería en él hasta 1835.

Dicha comunidad franciscana descalza había fundado el convento de San Diego de Alcalá en 1589, extramuros de la ciudad y cerca del Guadalquivir, por lo que sufrió numerosas riadas. Los franciscanos “dieguinos” dejan este convento en 1784 y pasan por diversas sedes hasta que en 1819 el Arzobispado les cede el antiguo de San Antón. Firman un acuerdo y convenio, con la Hermandad para el uso por ésta de la capilla anexa a la iglesia.

 

San Miguel Arcángel, hoy en la Hermandad del Silencio, procede de la antigua Parroquia de San Miguel.

En 1835 son exclaustrados los franciscanos y en 1868 el convento se convirtió en Parroquia, por el incomprensible y desgraciado derribo de la iglesia de San Miguel, desde la que se trasladaron algunas imágenes. Cuando desapareció administrativamente dicha parroquia, iglesia y capilla anexa y algunas dependencias quedaron como la sede de la Hermandad del Silencio.

 

Iglesia de Los Terceros, Fotografía Reyes Pro.

El convento e iglesia de Nuestra Señora de Consolación se levantó por la Orden Tercera franciscana, por lo que se le conoce por Los Terceros (pero es una coincidencia que sea el tercero de los que vemos en este artículo). Es un complejo religioso singular al levantarse adosado a una casa noble, el Palacio de los Ponce de León y además por el aire hispanoamericano que evoca su fachada. Tiene su origen en 1602 cuando la Orden Tercera se instala en Sevilla dejando su ubicación primitiva en Bollullos Par del Condado, aunque iglesia y otras dependencias, como la fantástica escalera, se datan ya en la segunda mitad del siglo XVII. En el solar elegido pudo existir anteriormente un hospital (llamado de San Cosme y San Damián, como otros en Sevilla) y algunas capillas como la del Conde de Mejorada.

Después de sufrir la invasión francesa y el robo descarado de las pinturas del claustro por parte del ladrón Mariscal Soult, además de los repetidos y desgraciados hechos del siglo XIX, el convento de Consolación fue destinado a cuartel desde 1847, aunque su iglesia siguió manteniendo el culto. Las dependencias fueron habilitadas como Clínica Militar y para tropas de Infantería, Zapadores y Minadores, más tarde denominados Ingenieros. Tropas de Ingenieros permanecieron en el cuartel (llamado del Tránsito y conocido como de Los Terceros o de calle Sol) incluso cuando en 1901 se inauguraron los nuevos edificios de acuartelamiento en la avenida de la Borbolla, de esta forma se mantuvieron efectivos militares en este cuartel hasta 1952.

El convento de Los Terceros como cuartel de Ingenieros

Por otra parte, el colindante Palacio de los Ponce de León, de origen medieval y grandiosamente modificado en el siglo XVII, había sido vendido en 1882 por Mariano Téllez Girón, Duque de Osuna, y tras un breve periodo como Juzgado de Primera Instancia fue adquirido en 1887 por los Padres Escolapios para instalar un colegio, con las consiguientes modificaciones realizadas por el arquitecto Talavera. Además en 1955 los Escolapios adquirieron el antiguo convento (que después había sido cuartel) ampliando las dependencias del colegio. Este colegio funcionó hasta la década de 1970 cuando se derriba el Palacio y varias dependencias del antiguo convento, como tantos otros monumentos de Sevilla en esa época, y se construyen viviendas y oficinas. 

El hecho mencionado de ser colindantes los dos conjuntos de edificios del Palacio y del Convento propició el uso por una y otra institución, Ejército y Escolapios, de algunos elementos puntuales que en origen habían pertenecido al palacio o al convento. Esto se consolidó como unión total de ámbitos en el momento en que los Escolapios compraron el cuartel y sobre todo cuando después de los derribos se levanta la sede de Emasesa; así, conservándose sólo pocos restos palaciegos (una torre, parte de una galería y poco más) estos se unen a los del convento (como el Patio de la Fuente y la Escalera Imperial, lo más significativo y sobresaliente del edificio conventual) dentro de la actual sede de dicha empresa municipal Emasesa. Hoy estos elementos se visitan como conjunto monumental del Palacio de los Ponce de León y Convento de los Terceros. 

Escalera Imperial del Convento de los Terceros. Fotografía Reyes Pro

La Hermandad de la Sagrada Entrada en Jerusalén de Jesucristo, fundada por el gremio de medidores de la Alhóndiga en el siglo XVI había tenido sede en un hospital propio del gremio (existieron muchísimos hospitales gremiales en Sevilla desde la Edad Media), que probablemente estaba en la calle Sol, pero desde la construcción del convento de Nuestra Señora de la Consolación radicó en su iglesia. Por su parte en el año 1603 la Hermandad del Sagrado Amor de Cristo, Nuestra Señora del Socorro y Santiago Apóstol se trasladó desde la Iglesia de Santiago el Viejo hasta este convento de los Terceros, y en 1618 se unieron ambas hermandades: la de la Sagrada Entrada en Jerusalén y la del Amor y el Socorro.

Esta hermandad el Amor es de las que más ha tenido de cambiar de sede, desde el convento de los Terceros pasó sucesivamente a la iglesia de San Miguel (1810), San Vicente(1868); capilla del Dulce Nombre (aunque salía desde San Gregorio entre 1870 y 1905),  San Pedro (1906-14), Santa Catalina (1915-1922) hasta que se trasladó a la iglesia del Salvador donde reside desde 1922

La Hermandad del Cristo atado a la Columna (hoy conocida por Las Cigarreras) se fundó en 1563 en la prioral de Calatrava en la Alameda, donde se aprueban sus primeras reglas en 1569. Desde el año 1578 pasa por distintas sedes: primero se trasladó al convento de la Santísima Trinidad, en 1589 al de San Pablo (donde se une por unos años a la Hermandad de la Antigua, como vimos en otro artículo) En 1597 se instaló en el convento de San Francisco de Paula, de Padres Mínimos hasta al menos 1606. Posteriormente existen referencias documentales de que radicó en San Miguel y quizás en San Andrés. Comienza su relación con la antigua Fábrica de Tabacos (situada en la actual plaza del Cristo de Burgos) teniendo sede en San Pedro desde 1628 a 1674, cuando se traslada al Convento de Los Terceros adquiriendo la propiedad de una capilla en el lado de la Epístola. Allí permaneció desde 1674 hasta 1904, (aunque de 1810 a 1819 residió en la iglesia parroquial de Santiago por la invasión francesa y porque las monjas agustinas del destruido convento de la Encarnación se refugiaron en Los Terceros). Desde 1904 hasta 1965 tuvo su sede en la Fábrica de Tabacos del siglo XVIII (hoy Universidad de Sevilla) y posteriormente en Los Remedios, siempre siguiendo los traslados de la fabricación de las labores de tabacos. 

También la actual Hermandad de la Sagrada Cena, que hoy tiene su sede en Los Terceros, ha radicado en varias, por traslados y por su origen en la unión de tres Hermandades: la de la Sagrada Cena, la del Cristo Humillado y la de Nuestra Señora del Subterráneo. Las primeras reglas de la Hermandad de la Sagrada Cena, fueron aprobadas en 1580 teniendo su sede en la parroquia del Omnium Sanctorum. Por otra parte en San Nicolás de Bari se funda la Hermandad de Nuestra Señora del Subterráneo en 1587 que en 1613 se une a la del Cristo Humillado con origen en el Hospital de San Lázaro y en 1621 se traslada al convento de San Basilio, uniéndose a la Hermandad de la Sagrada Cena, que radicaba entonces en dicho convento. En los siglos XVIII y XIX la Hermandad pasa por un periodo de decadencia y de varios traslados de sede.

En 1876 se reorganizó en Omnium Sanctorum aprobando nuevas Reglas, y en 1936, tras la quema de esta parroquia la Hermandad se trasladó a la iglesia del antiguo convento de Los Terceros donde se mantuvo hasta 1958, cuando pasó a la iglesia de la Misericordia. En 1973 regresó a la iglesia de Los Terceros cuando, después del traslado del Colegio de los Escolapios a Montequinto, el Arzobispado cedió el uso del templo a la Hermandad de la Sagrada Cena.

La más reciente unión de hermandades hasta configurar la actual de la Sagrada Cena tuvo lugar en el año 1995, cuando se fusionó con la de la Esclavitud de Nuestra Señora de la Encarnación, fundada a comienzos del siglo XVII y que desde 1651 tenía capilla propia en la iglesia del convento de Los Terceros, capilla que ha sido recientemente restaurada.

Iglesia del antiguo convento de Montesión en la actualidad

El Convento dominico de Santa María del Monte Sión, llamado popularmente de Montesión, fue fundado en el siglo XVI gracias al patrocinio de Doña Mencía Manuel de Guzmán, cuyo confesor era dominico y que además tenía un hermano en la misma orden. En 1559 doña Mencía dejó en su testamento para esta fundación unas casas cerca de San Juan de la Palma. Las obras del convento y su iglesia de cruz griega (con planta de brazos de igual longitud) estaban terminadas en 1601. En las trazas de esta iglesia se han apreciado por algunos autores las características de la obra de Hernán Ruiz II.

Después de una floreciente vida en los siglos XVII y XVIII, el convento dominico de Montesión pasó por las consecuencias de los hechos ocurridos en el siglo XIX, siendo especialmente grave el saqueo al que lo sometieron las tropas francesas que robaron la gran cantidad de objetos de plata que el convento tenía para los cultos.

Crucero de la iglesia del antiguo convento de Montesión

Pasada la Desamortización de 1835 la iglesia siguió con culto durante unos años y las dependencias del convento se destinaron a fábrica de tejidos de lana, aunque pronto resultaría abandonado y usado por gremios de carpinteros y tejedores para sus reuniones: Incluso durante unos años, a fines del siglo XIX y comienzos del XX tuvieron su sede en este convento las monjas del cercano monasterio de las Dueñas, que había sido derribado por la revolución de 1868; estas religiosas acabaron por trasladarse a Toledo.

En el año 1927 el convento pasó a ser sede del Archivo de Protocolos Notariales, este archivo había pasado por otras dos sedes que también habían sido conventos: el de San José de mercedarios descalzos y el de San Laureano de los mercedarios calzados. Así, la iglesia como sala principal del mismo fue reformada por el arquitecto José Gómez Millán, autor de la portada que hoy vemos al lado de la taberna del Vizcaíno. El Archivo de Protocolos, tan fecundo en hallazgos documentales para la historia de Sevilla y sus hermandades, tuvo sus instalaciones en el antiguo convento de Montesión hasta el año 1990, cuando sus fondos se transfirieron al Archivo Histórico Provincial de Sevilla.

Portada de la capilla de Montesión y a la derecha la entrada al compás del antiguo convento. Comienzos del siglo XX.

En el año 1577 se construyó en el compás de acceso al convento la capilla para la Hermandad de la Oración en el Huerto y Virgen del Rosario, tan arraigada en esta sede que es conocida como Montesión, por el nombre del antiguo convento. Esta hermandad tenía sus orígenes en el Hospital de las Cinco Llagas, datando de 1560 la fusión entre las hermandades de la Oración de Jesucristo en el Huerto y de la Virgen del Rosario, esta una advocación muy querida y difundida por la orden de los dominicos. 

La capilla de la Hermandad de Montesión fue destruida por la barbarie del odio y la incultura en 1936, pero sus titulares se salvaron por haber sido escondidos pero no así numerosos enseres y las imágenes secundarias del paso de misterio que se perdieron. La Hermandad hasta que se restauró la capilla radicó provisionalmente en la iglesia de San Martin, volviendo en 1952. Con la excepción de ese breve paréntesis esta Hermandad de Montesión ha tenido su sede en la misma capilla del compás del antiguo convento por casi cuatrocientos cincuenta años.

Fachada de la antigua Casa Profesa de los Jesuitas, antes de la remodelación de la década de 1920. Fototeca Universidad de Sevilla

La Compañía de Jesús no tuvo el mismo carácter monástico que otras congregaciones religiosas, como por ejemplo franciscanos o dominicos, pero su Casa Profesa en Sevilla fue significativa en relación con hermandades de penitencia actuales de Sevilla. Esta Casa se funda en 1565 como Colegio de la Anunciación siendo un elemento fundamental para la Contrarreforma y para la propia expansión de los Jesuitas que estarán en esta Casa durante dos siglos, hasta la expulsión de la Orden de los reinos españoles firmada por Carlos III en 1767.

Las dependencias de este Colegio o Casa Profesa de la Anunciación serán ocupadas desde 1771 por la Universidad de Sevilla, siguiendo la iniciativa de Pablo de Olavide, Asistente de Sevilla (un cargo similar al actual de Alcalde). La iglesia se usó como capilla de la Universidad. En el siglo XIX, como Biblioteca Provincial y universitaria, las dependencias de la Casa acogerán los fondos de las bibliotecas conventuales desamortizadas, por supuesto los que no se perdieron en el proceso y por problemas posteriores. Dichas dependencias sufrirán remodelaciones en el siglo XIX y XX, siendo la más significativa la efectuada en la década de 1920 sobre su fachada a la calle Laraña, antiguamente llamada Compañía (hablaremos próximamente de esta calle y su denominación).

La Universidad de Sevilla permaneció en esta sede hasta la década de 1950, cuando se trasladó al magnífico edificio que había sido Fábrica de Tabacos, construido por el ingeniero Sebastián Van der Borcht, y que aun alberga Facultades y secciones representativas de la misma y es uno de los emblemas de la Cultura universitaria en Sevilla (esperemos que por muchos años).

La antigua Casa Profesa de los jesuitas se destinó a sede académica de Bellas Artes, pero lamentablemente fue demolida en los años 1970, salvándose sólo la iglesia, que responde a las características de la labor de Hernán Ruiz II y puede atribuirse al mismo, sobre todo la portada.

 

La iglesia de la Anunciación y la Universidad después de reformar la fachada en la década de 1920

En esta sede de la calle Laraña tuvo su origen la Hermandad de Los Estudiantes por iniciativa de distintos miembros de la comunidad universitaria (profesores, estudiantes, catedráticos, personal laboral universitario, etc.) reunidos en torno a la devoción al Cristo de la Buena Muerte (entonces aún se afirmaba que era obra de Martínez Montañés) que se encontraba en uno de los altares de la capilla universitaria, antigua iglesia jesuita de la Anunciación. La iniciativa se concretó en un grupo reunido en el Laboratorio de Arte de la Universidad y las Reglas de la nueva corporación se aprobaron en 1924. 

Decidido el traslado de la Universidad la Hermandad acordó también su cambio de sede, por lo que ya en 1954 el Cristo de la Buena Muerte presidió la inauguración de la nueva Universidad y a comienzos de los años sesenta del siglo pasado se iniciaron las gestiones para el traslado definitivo de la Hermandad, una vez que se hubiese trasladado la Hermandad de Las Cigarreras.

Actualmente la iglesia de la Anunciación es sede de la Hermandad del Valle, que es fruto de la fusión en 1590 de las hermandades de la Santa Faz (con origen sobre 1450 en el convento del Valle) y de la Coronación (fundada en 1540 en la iglesia de San Martín). Esta Hermandad después del cierre del convento del Valle por los hechos del siglo XIX se había trasladado a San Román, luego a San Andrés y posteriormente al convento del Santo Ángel, donde tuvo su sede desde 1892 a 1970, cuando llega a la iglesia de la Anunciación.

Otro hecho significativo para la historia de las hermandades sevillanas relacionado con este templo fue la llegada de la Esperanza Macarena en 1936, escondida en un cajón de madera como precaución ante los terribles acontecimientos del momento y obligada por el incendio de la parroquia de San Gil, sede de su Hermandad unos meses antes. La Macarena permanecería en la Anunciación hasta 1942, lo que motivó un estrecho vínculo y el hermanamiento de las hermandades de la Macarena y de los Estudiantes, que por entonces tenía su sede en el mismo templo de la Anunciación.

 

(Continuará… ya queda menos)


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Reyes Pro Jiménez

 Historiadora y bibliotecaria

 










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