El Consejo de Cofradías. Antonio Sánchez Carrasco
El pasado lunes fotografié el cartel que acompaña a estas letras en quizás el sitio menos cofrade de Sevilla, la parada del autobús 22 en el cruce de la Avenida de Andalucía con la SE30. El Consejo de Cofradías, quizás el blanco más usado en cualquier tertulia cofrade. Desde sus consejeros hasta sus delegados de día blanco que son de las iras de hermanos mayores, diputados mayores de gobierno,..., prensa y cofrades de a pie en general.
Pero a lo Gloria Serra (léanlo con voz de dicha periodista) pero en sevillano, analicemos si la crítica es justa o injusta, necesaria o innecesaria.
Organizan las sillas, el dinero correspondiente y su entrega a las hermandades en forma de subvenciones, los horarios, el cartel, el pregonero, el pregón,..., trabajazo durante el año y el español cuando trabaja suele querer una contraprestación a cambio, ¿o no?. Pues claro. Dirán es afán de notoriedad, se me ocurren infinidad de maneras de despertar tu ego en esta Ciudad trabajando la mitad. Luego pensad en sus decisiones si eligen un pregonero, porque no habrán elegido a otro, o como el caso de Juan Miguel Vega " han tardado mucho en dárselo", ya con el cartelista ni hablemos, en redes sociales y en las tabernas hay demasiados Rembrandt de botellín helado y crítica mordaz al Consejo por la elección.
Aunque lo mollar del caso y donde el Consejo se gana "el cariño" de los sevillanos de bien cada año, es en los horarios. Y es que estoy seguro que no consiguen cuadrar unos horarios que gusten a todas las hermandades, prensa, medios de comunicación, tuiteros..., pero ahí están ellos, los del Consejo, con sus reuniones, propuestas, cambios, conteos,..., pero hagan lo que hagan nunca estará bien. Y ahí seguirán, ejemplificado en dos sonrisas la de Javier Bonilla y Eduardo Carrera, sin desmerecer al resto, pero ahí están ellos agradables, trabajadores, buenas personas que le quitan tiempo a su vida para tratar de ayudar a las hermandades.
Está claro que no siempre acertarán, es imposible, pero a veces cuando no aciertan la crítica es feroz e inmerecida. Por eso quería dedicar estas letras a esos que llevan el cordón amarillo de San Gregorio para que sigan dando a las cofradías los que otros no damos, tratando de organizar la Fe en la calle a veces con más acierto o menos, pero eso es otra historia.
#LosLunesAlSol
Foto: Antonio Sánchez Carrasco.