Última obra del escultor Luis Molano Mérida
Arte Sacro. La última obra del escultor imaginero Luis Molano Mérida se trata de una imagen de la Divina Pastora de las Almas para la Faustiniana Hermandad de la Santa Vera-Cruz del pueblo de Martos (Jaén).
La obra fue bendecida el pasado 18 de noviembre en la parroquia de San Juan de Dios, sede de esta hermandad, protagonizando un bonito acto de hermanamiento entre el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora y la Hermandad de la Vera Cruz.
La Divina Pastora es una obra que se completa de cuatro piezas independientes formando un grupo escultórico donde el centro de todo es el Niño Jesús como Divino Pastorcito, sentado sobre la pierna de la Virgen.
El Divino Infante bendice con su mano izquierda mientras que con la derecha la asciende y voltea hacia arriba en señal de presentar a su madre María Santísima. Tiene una actitud cercana, que conecta con el pueblo, queriendo abrazarte y que lo recojas en tus brazos. Ha sido tallado anatómicamente al completo, con idea de colocarlo semidesnudito en estas fechas navideñas.
La Virgen desde arriba, se nos presenta de forma mayestática, sosteniendo al Niño con su mano izquierda mientras que con la derecha sostiene el cayado (aún no ha sido confeccionado). En sus pies lleva sandalias de cuero natural sobre una peana rocosa.
Ambas imágenes del Niño y la Virgen han sido talladas en cedro dorado brasileño y policromados al óleo. Poseen pestañas de pelo natural y ojos de cristal de colores verdes y grisáceos, recordando los campos llenos de olivares de las tierras de Jaén. La Virgen lleva el pelo tallado bajo la peluca, recogido en una pequeña cola que deja las orejas al descubierto.
Las ovejitas son el complemento de la Divina Pastora y están compuestas de forma ascendente en un movimiento de zigzag para enmarcar la figura del Niño en el centro de toda la composición. La primera está tumbada en actitud de inclinarse y besar los pies de la Virgen. Le sigue en el lado contrario una oveja hembra que mira con devoción al Niño y le sube en su boca las oraciones del pueblo en forma de un ramillete de flores.
Por último el borrego macho, se yergue sobre sus patas traseras y gira su cabeza mirando y sonriendo con admiración a la Virgen María. Todas las ovejas han sido talladas en madera de tilo y policromadas al óleo y poseen pestañas de pelo natural.