Provincia. Devoción y fervor del pueblo de Utrera a Santa María de la Mesa
Manuel Pinto Montero. Como manda la tradición a las nueve de la mañana Santa María de la Mesa atraviesa el bello dintel de la Puerta del Perdón de su Templo utrerano para que todo un pueblo la contemple como cada 15 de agosto. Utrera renueva así su devoción a la Santísima Virgen, una talla del siglo XIV de estilo gótico que se venera en la nave del Evangelio del Templo de Santa María.
Una vez finalizada la Solemne Eucaristía se inició la procesión con un cortejo compuesto por Hermandades Utreranas. Santa María de la Mesa fue portada en paso de madera tallada y dorada, exornada con nardos y claveles blancos que perfumaron el paso en esta mañana mariana.
En esta ocasión la Virgen de la Mesa lució saya y manto celeste bordado, que pertenece a la Virgen del Dulce Nombre de la Parroquia de Santa María. En su pecho y manos portó numerosas joyas. Sobre sus sienes lució corona de plata. Es característico de la imagen la ráfaga de plata, datada de finales del siglo XVII o principios del XVIII, y la media luna a sus plantas.
Utrera volvió a repicar sus campanas cuando la Virgen de la Mesa reviraba en cada punto de su itinerario. Los sones de la Asociación Musical Utrerana acompañaron a la venerada imagen que volvió su mirada ante los numerosos utreranos que la esperaron en las esquinas del Templo de Santa María y sus calles aledañas. Apenas una hora dura la gloriosa procesión que finalizaba con el canto de la salve ya en el interior del Templo Parroquial de Santa María de la Mesa.
La tradición volvió a cumplirse en Utrera y las peticiones y plegarias a aquella Virgen, que llegó al Templo Parroquial, en el siglo XIX, desde su cercano hospital de mujeres, volvieron a inundar las calles en la mañana del 15 de agosto.
Fotos: Manuel Pinto Montero.