Provincia. Gerena conmemoró el aniversario de la Coronación de Nuestra Señora de la Soledad

Manuel Pinto Montero. El pasado sábado 31 de agosto la calle San Sebastián y la calle La Iglesia esperaban impaciente que el reloj marcara las ocho y media de la tarde para que las puertas de la Capilla de la Soledad se abrieran y se iniciara la gloriosa y extraordinaria procesión de Nuestra Señora de la Soledad Coronada. La popular Hermandad de arriba o de los zurraqueños ha conmemorado durante un año el Cincuentenario la imposición de la Corona a la Santísima Virgen de la Soledad, llevada a cabo el 1 de septiembre de 1974, así como el XXV aniversario del reconocimiento canónico de esta Coronación por decreto promulgado el 29 de junio de 1999.

Tras numerosos actos llegaba el momento más esperado por los devotos de la Soledad cuando pasaban unos minutos de las ocho y media y la Cruz alzada se abrían paso entre el numerosos gentío que se encontraba junto a su Capilla. A las nueve de la noche la Santísima Virgen de la Soledad abandonaba su Capilla por unas horas para sentir el fervor y el cariño de su pueblo de Gerena.

El cortejo estuvo compuesto por numerosas mujeres de mantilla, así como por las Hermandades cercanas a la Corporación de la Soledad. Los sones de la Banda Municipal de Gerena acompañaron a  la Santísima Virgen con un repertorio clásico cuando, con la luna como testigo, bajaba por la calle Iglesia buscando la Plaza de la Constitución. Minutos antes era recibida por una gran petalada entre vítores.

Se adentraba en la estreches de la calle La Plaza con paso lento arropada por muchos cofrades y devotos que la contemplaban alumbrada por una alta candelería. Antes de adentrase en la calle Hermanos Machado la Virgen de la Soledad recibió los primeros cantos y plegarias del Coro  que emocionados la miraban a los ojos para rezarle.

La Virgen de la Soledad paseaba por las calles Alcalde Juan Vega Tabares o Federico García Lorca antes de adentrarse en la engalanad Plaza de la Lonja donde de nuevo se rezó cantando. En esta emblemática plaza de Gerena fue recibida por un castillo de fuegos artificiales.

Nuestra Señora de la Soledad Coronada es una talla anónima de la segunda mitad del siglo XVII. Para esta ocasión lució el mismo tocado de encaje de plata que estrenó en 19174. En su pecho portó diversas joyas donadas por hermanos y devotos, así como un bello toisón de oro. Bajo su bello palio granate llevaba saya blanca bordada en oro y manto granate bordado.  En sus sienes portó la corona impuesta por Monseñor Montero Moreno en 1974 y que se ha enriquecido con diversas piezas engarzadas que han sido donadas por sus devotos. En la mano derecha estrenó un ramo de olivo dorado, regalo de una familia del pueblo.  

El bello paso palio granate bordado por Carrasquilla en 1972 cuenta con respiraderos de alpaca plateada de Manuel de los Ríos del año 2006 y que se completa con varias piezas de platas de los años setenta y noventa del siglo XX. El exorno floral estuvo compuesto por nardos, rosas, mini calas y verónicas.

La Virgen de la Soledad recibió grandes petaladas a la largo de su recorrido por Gerena como la que se puso vivir en la calle Blas Infante bajo los cantos del coro y marchas macarenas. Pasada la una de la madrugada llegaba  la popular Plaza de la Cantina, donde le fue impuesta la corona en 1974. Bajo el arco colocado en la Plaza se recordó aquel 1 de septiembre. Ya de madrugada la Soledad llenaba las calles de su pueblo que engalanado la esperaba.

A las cinco de la madrugada Nuestra Señora de la Soledad Coronada regresaba a su Capilla escribiendo una nueva página en la historia de esta corporación de Gerena. Su pueblo un año más como lo hace cada Sábado Santo o Domingo de Resurrección se ha postra a los pies de su Virgen, que es consuelo y amparo de todo aquel zurraqueño.

 

Fotos: Manuel Pinto Montero.