Provincia. Nuestra Señora de Consolación regresó a su Ermita arropada por Carrión de los Céspedes
Manuel Pinto Montero. Este año el mes de septiembre ha sido aún más esperado por los devotos de la Virgen de Consolación de Carrión de los Céspedes ya que, como marcan las reglas, la Hermandad celebró sus cultos patronales con la tradicional novena a la Santísima Virgen en el Templo Parroquial de San Martin, hecho que solo ocurre cada cuatro años. En esta ocasión se ha tenido que esperar ocho años para volver a celebrar estos cultos en el Templo Parroquial ya que en 2020 tuvo que suspender por la pandemia.
Cerca de las diez de la noche Nuestra Señora de Consolación, obra anónima del siglo XVI, se asomaba a la Plaza recibiendo las ovaciones de su pueblo mientras las campanas de San Martin repicaban a gloria. La Virgen de Consolación en su triunfal regreso procesionó sobre su paso de plata, alumbrada por altos candelabros de guardabrisas y exornada con nardos que perfumaban las calles de su pueblo.
Para esta ocasión lució saya blanca bordada y manto de terciopelo rojo bordado y sobre sus sienes corona de oro. En su mano izquierda sostuvo al divino Infante que lució túnica bordada, mientras que en su mano derecha portó cetro y un barquito de oro. A sus pies media luna y el Bastón de Mando de la localidad.
La Santísima Virgen fue acompañada por los sones de la Banda de Música de Carrión y arropada por numerosos fieles que acompañaron a la Virgen de Consolación hasta su Ermita, en el lugar donde cuenta la tradición que nació esta Villa, y que guarda uno de los mayores tesoros que podemos encontrar en Carrión de los Céspedes.
Fotos: Manuel Pinto Montero.