La Virgen de la O inundó de Esperanza al Barrio de Triana

Daniel García Acevedo. La Hermandad de la O puso fin a su 450 aniversario fundacional con la salida extraordinaria de la titular dolorosa y coronada por el arrabal trianero realizada ayer sábado, 29 de octubre.

Con un cortejo formado por hermanos con cirios y cerca de 30 representaciones de otras hermandades, separadas por las vinculadas con la hermandad de la O, las de las titulares con la advocación de Esperanza, las del Viernes Santo tarde, las de Triana y las de la feligresía, desde las 17 horas se fueron formando tanto en la parroquia como en la casa hermandad en el Paseo de la O.

A las 18 horas se abrieron las puertas de la parroquia y el cortejo comenzó a salir, encabezado por la Banda de cornetas y tambores Ntra. Sra. del Sol, que tantos años lleva acompañando todos los Viernes Santo a Ntro. P. Jesús Nazareno, el Jorobaito.

La Virgen lucía bellísima, perfectamente ataviada por su vestidor, en su maravilloso paso de palio. Para esta procesión se cambiaron los tradicionales claveles rosas por otras flores de tonalidades blancas. Los cirios de la candelería llevaron unos dibujos llenos de simbología. Por un lado las siete antífonas de la O, junto con el lema de la hermandad, Oh Santa Virgo Virginium. Por otro, la referencia a Santa Brígida, titular las primeras reglas de la hermandad hace 450 años. También figuraron los escudos papales de San Pío V y Francisco I, el logo del Año de la Misericordia, el del Proyecto Esperanza y Vida, obra social de la hermandad, el del 450 aniversario de la hermandad y, por último, el del 750 aniversario de Santa Ana. Como siempre, el sonido de este paso lo puso la música del Carmen de Salteras, cosa que, a día de hoy, sería difícil de comprender sino fuera así.

Esta procesión tuvo como fin primordial el de conmemorar el mencionado 450 aniversario fundacional de la hermandad de la calle Castilla, pero también se quiso recordar el 750 aniversario de la Real Parroquia de Santa Ana, la Catedral de Triana, templo al que esta hermandad realizó sus primeras estaciones de penitencia hasta que en 1830 lo cambió por la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, atravesando el viejo puente de barcas y convirtiéndose, de esta manera, en ser la primera hermandad trianera en hacer estación de penitencia en el otro lado del río.

Por ello, el acto principal de la procesión tuvo lugar en Señá Santa Ana, aunque son también reseñables las visitas, a la ida, a la capilla de los Marineros de la Esperanza de Triana, donde se produjo una gran petalada, y a la capilla de la Estrella a la vuelta.

En la Real Parroquia, donde las representaciones se salieron del cortejo, estaba esperando Eugenio Hernández, párroco y Manuel de Azcárate, vicario parroquial, junto con el director espiritual de la O, José Antonio Jiménez. Se celebró un acto litúrgico donde se rezaron las preces, se leyeron la Primera Lectura, el Salmo y el Evangelio, hubo una pequeña homilía a cargo de D. Eugenio, en la que agradeció la visita a la hermandad de la O y se terminó con la oración de los fieles y el Padrenuestro.

El hermano mayor de la O, Miguel Osuna, regaló un alfiler dorado con el escudo de la hermandad que será portado por Santa Ana.

A mi tío Domingo Acevedo, que allá donde esté habrá disfrutado de la salida de su Virgen y a mis primos, en especial a Miguel Ángel, que ha seguido la senda de su padre.

A Jesús Martín Cartaya, leyenda viva de la Hermandad de la O, gran fotógrafo y mejor persona.