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Antonio Burgos no defraudó a nadie (Actualizado)


 Daniel García Acevedo. El pregón de Semana Santa celebrado ayer, Domingo de Pasión, y realizado por Antonio Burgos no dejó indiferente a nadie. Fue el Burgos al que estamos acostumbrados a leer en sus columnas del ABC. Tuvo para todo y para todos.

El pregón duró 1 hora y 45 minutos, el más largo de los últimos tiempos y fue interrumpido por los aplausos en 28 ocasiones, sin contar la última y más larga ovación. Sin embargo, antes de empezar, salió perfectamente del envite que le endosó un indeseable a lo que el maestro Burgos, sacando a relucir todas sus tablas y veteranía, le espetó un “ese no es sevillano” con lo que se metió al público en el bolsillo.

Utilizó, en ocasiones, un vocabulario sevillanísimo con palabras como: rampla, dar jabón, Montensión, Tirolinea, arvellanas, arrebujada o alevanta.

Habló de calentitos, almendras garrapiñadas, torrijas, aguardiente, espinacas, garbanzos, tortillitas sin bacalao, pavías, barbos, avellanas verdes y sábalos en adobo con el hambre que hacía a esas horas.

Se acordó de los canis, de los grifotas y de los niñatos. También lo hizo de las emisoras de radio y televisión locales y de los medios de Internet que llegan a tantos hogares de personas que no pueden ver ni oír la Semana Santa en las calles.

 Hubo mención a la hermandad del Cerro del Águila, con recalco por parte del pregonero incluido, ya que esta hermandad hizo pública si decisión de no acudir al pregón.

Igualmente tuvo un párrafo contra la pena de muerte, la eutanasia y el aborto. También habló del fajín de Queipo de Llano del que dijo que no era del general sino de la Esperanza Macarena.

Como no podía ser de otra forma recordó a los que ya no están con nosotros en todos los ámbitos de las cofradías. Tanto capataces, costaleros, locutores, poetas, Silvio, Luis Rodríguez Caso, Juan Moya...

Si precioso fue el comienzo del pregón, preguntándole a todos las personas u objetos que hacen posible la Semana Santa si estaban puestos, como si de un buen capataz se tratase, no lo fue menos el final con unos versos en los que nos explicaba lo que quería decir el repique de la Giralda el Domingo de Resurrección.

Hizo reír al público en varias ocasiones con versos tan acertados como: En la ciudad de la gracia/ siempre el Mudo de Santa Ana/ va con las Siete Palabras./ Esto es Sevilla:/ ¡que discursos da el Mudo/ con la manguilla. O este otro que también hizo lo propio: La Burra se va a asombrar/ porque el incienso aquí huele/ a almendras garrapiñás.

Recordó con gracia como un sevillano explicaba a un forastero preguntón porque aquí no hay pena y sí alegría.

 Sin embargo, Antonio Burgos también tuvo una parte para los cofrades ausentes y la cofradía de los nazarenos muertos. Una parte que llegó a todos fue la titulada “las Penas del hospital” donde relató la Semana Santa de un enfermo que no podía salir del hospital y lo terminó diciendo: “que no hay en la vida nada... como no poder ir a ver las cofradías en Sevilla”.

Momentos destacados fueron los que habló del anuncio de la luz del gozo, Miércoles en coplas, el Ángelus loco, los óles de la Madrugada y la Bética vence a Roma dedicada a la Centuria Romana de la Macarena.

Las partes más emocionantes fueron las dedicadas a la Esperanza de Triana, a la Carretería y a la Macarena.

Terminó el pregón como lo hizo en Cádiz con el pregón de Carnaval diciendo “ustedes me dirán que se debe aquí”. Por cierto, y hablando de Cádiz, el pregón ha levantado tanta expectación en la tierra donde Antonio Burgos es hijo adoptivo que hasta un periodista del Diario de Cádiz, Pablo Durio, estuvo presente en el pregón.

Rosamar Prieto Castro, delegada de Fiestas Mayores, debutó en la presentación del pregonero y la banda municipal, a las órdenes de su director Fco. Javier Gutierrez Juan interpretó las marchas Pasan los Campanilleros y Amarguras y los himnos de Andalucía y España tras el pregón.

Por último, les quiero enviar un mensaje a la próxima junta general del consejo de cofradías que regente los destinos de la calle San Gregorio en relación a los medios de comunicación desplazados hasta el teatro de la Maestranza. Por favor, ubíquennos en otro lugar que sea dentro del teatro y no en un pasillo, viendo el acto desde un monitor con señal única y con audición pésima. Así es muy difícil trabajar.

Fotos: Miguel Ángel Osuna.

 

Y luego llegó la hora del almuerzo-homenaje al pregonero en el Palacio Gótico del Real Alcázar

Fotos: José Luis Martínez.










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