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La Trinidad inicia el camino hacia su coronación. N. Márquez. Diario de Sevilla.


La Virgen de la Trinidad comenzó ayer puntual, a las siete de la tarde, su camino hacia la Catedral arropada por centenares de hermanos y devotos que no dudaron en hacer frente al calor para acompañar a la imagen hasta la Catedral, donde el próximo sábado será coronada canónicamente por el cardenal Carlos Amigo Vallejo. Son más de diez los años que los hermanos de la Virgen de la Esperanza han esperado para celebrar esta cita histórica. "Es un sueño para todos", reseñó el hermano mayor, Manuel Toledo. En 1995 la hermandad comenzó los trámites para la coronación y cinco años después se presentó la solicitud para este reconocimiento. Una larga espera que culminó en enero del año pasado con la gracia que concedió Carlos Amigo Vallejo a la Virgen de la Trinidad. Al ritmo de las cornetas y tambores de la banda de la Oliva de Salteras y precedida por el estandarte de María Auxiliadora, el paso de palio salió de su santuario. En la calle le esperaban adornos de farolillos blancos y un buen número de sevillanos. La única nota discordante estuvo en los andamios del arco de María Auxiliadora que permanecen instalados desde hace ocho meses por las tareas de rehabilitación. Los hermanos trataron de evitar esta estampa para que la Trinidad no desluciera su salida. "Pero no importa", comentaron entre la multitud, "porque si su paso por el arco es melancólico su camino será glorioso", relataba ayer un hermano.

Las notas musicales de la marcha Estrella Sublime comenzaron a sonar cuando el paso de palio enfiló la avenida de María Auxiliadora, acompañada por más de 300 hermanos cuyo único requisito para procesionar junto a la Virgen era vestir de traje oscuro. Cirios en mano, antiguos hermanos mayores, devotos y miembros de la hermandad acompañaron al paso con miradas de entusiasmo.

Bajo la parihuela, el sudor y las lágrimas se confundían en los rostros de los 35 costaleros que portaban el paso. Entre ellos iba Francisco Falla, un costalero que ha cumplido una década bajo el paso. "Y que no falte ni el agua ni el Aquarius para los muchachos", se escuchaba entre el público aferrado a los faldones, porque la "calor no se puede aguantar". A las ocho de la tarde la Virgen de la Trinidad abandonó la avenida para encarar los últimos rayos de sol de la tarde en la esquina con Mateos, para continuar después por el Valle y lucir por la Encarnación hasta la catedral.

Llevar a la Virgen en Semana Santa es "una experiencia muy gratificante", aseveró otro costalero, Marco Alguacín, pero este camino "sólo se vive una vez en la vida". Son sentimientos compartidos por los responsables de que la Trinidad paseara por las céntricas calles de la ciudad y para algunos, como Francisco Palacio, "es lo más grande".

Para iniciar su camino hacia la coronación, la Virgen de la Esperanza lució un tocado del siglo XIX, el manto recién restaurado en los talleres de Santa Bárbara y la saya de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Una vez en la Catedral, hoy miércoles comenzará el triduo y la pontificial para la coronación se celebrará el sábado a las doce del mediodía. Durante la celebración de la coronación, un reo de 34 años, que cumple condena por robo en el centro penitenciario de Sevilla II recibirá el indulto, después de que la hermandad del Sábado Santo recibiera el permiso del Ministerio del Interior. Las celebraciones terminarán con el posterior regreso de la Virgen de la Trinidad a su templo.

www.diariodesevilla.com










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