Hermanos de tómbola. Antonio Sánchez Carrasco

Hacía calor, aunque al lado del río era otra cosa. Era un calor meteorológico y de cariño. 38 Tómbolas de amor a una Hermandad y a un barrio que serían 40 si en China no comieran pangolines.

Y es que se celebraba triduo tombolero en la O y al Señor que carga en su Cruz nuestras desdichas y a la Virgen de mi abuela Dolores no se le puede decir que no, aunque sea un día. Y encima con amigos, esa familia que te da la vida y que hay que darle gracias al Nazareno por haberlos cruzado en nuestro camino.

Para colmo en la O estaba  Javier, que está al mando del barco de la Esperanza de las antífonas y que me precio de ser su amigo. Un acto de hermandad que lleva 38 años de servicio a los más necesitados y además de nexo de  unión de unos hermanos y de un barrio que reivindica sus espacios aunque el auge del turismo y los precios de la vivienda los haya mandado a la periferia.

Para colmo nos trajimos variados regalos y muchas sonrisas algo que siempre engrandece a un evento y encima se ayuda a una obra social. Por tres días todos somos hermanos de la O, aunque yo siga todo el año conservando aquella estampa de la Virgen que tenía mi abuela Dolores porque era su madre y vecina cuando vino hasta Sevilla desde el Castillo de las Guardas en una Triana de riadas y en blanco y negro. Larga vida a la tómbola y a la Hermandad de cofrades y cofradas.

#LosLunesAlSol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.