Juan Carlos Gallardo ofreció en la Candelaria un Pregón más Cofrade que nunca

Juanma Labrador. La Iglesia de San Nicolás de Bari volvió a ser otro Jueves de Pasión un auténtico hervidero de emociones. El conocido cofrade Juan Carlos Gallardo Ruiz pronunció en la noche de este pasado 21 de marzo, coincidiendo con el germinar de una floreciente primavera que se estrena, el Pregón del Cofrade, uno de los más antológicos de nuestras cofradías y el último que se celebra antes de que veamos los primeros nazarenos, un acto que en esta ocasión alcanzaba la cuadragésima segunda edición. Ofreció Gallardo una disertación con hondura, sentida y emocionante, recordando a diversos cofrades que han dado y siguen dando sentido al mundo de nuestras cofradías. Musicalmente intervino la Banda de la Cruz Roja, interpretando «Pasa la Virgen de la Candelaria», de Cristóbal López Gándara, y «Candelaria», de Manuel Marvizón Carvallo, actuando el periodista Antonio Cattoni Vacas como presentador al haber sido el pregonero del pasado año.

Gallardo Ruiz inició su disertación contextualizando la fecha en la que nos hallamos, en esta recta final de la Cuaresma, en la que las convocatorias de culto ya han perdido actualidad salvo "la función principal de instituto del Valle y el besamanos de la Soledad de San Lorenzo", que tendrán lugar este Viernes de Dolores, y parafraseando al "ilustre candelario Carlos Herrera" en su Pregón de la Semana Santa de 2001, nos llamó a todos "¡a la gloria!". Dejó claro que este acto es el Pregón del Cofrade, y a esa figura iba a dedicar su intervención de principio a fin, de hecho, citó a varios antiguos pregoneros que pasaron por el atril de San Nicolás: Manuel Rodríguez Hidalgo, Irene Gallardo Flores, Joaquín de la Peña Fernández, Rafael González-Serna Bono, Óscar Gómez... Igualmente, recordó al grupo joven candelario de los años ochenta, con miembros como Antonio Rivera, Martín Carlos Palomo, Miguel Ángel Moreno, José María Cuadro... "Las hermandades crecen con los cofrades, y los cofrades crecen con las hermandades", afirmó con rotundidad el pregonero, sentenciando además que "la Candelaria ha sido muy buen semillero de grandes cofrades".

En su Esperanza de Triana ofreció su tributo a cofrades como José Manuel León, Francisco Lagares o José María Terrero", y no se olvidó del escultor Antonio Dubé de Luque cuando intervino a la dolorosa del Martes Santo, e hizo un repaso por distintos cofrades de la prensa y de las priostías, y precisó que en su juventud "sus HolyCards eran las postales de los escudos de oro de antaño". Homenajeó al fotógrafo Jesús Martín Cartaya, aún entre nosotros, y a Gabriel Solís con sus cámaras con carretes de diapositivas y negativos, criticando que es incomprensible que no haya dado el Pregón de las Glorias de Sevilla. Tuvo un guiño para el concurso de cultura cofrade de Filiberto Mira en Radio Sevilla, y aquellas antiguas tertulias cofradieras más espontáneas y naturales de la juventud. Elogió las bolsas de caridad, y criticó lo rápido que hoy un mayordomo da de baja a un hermano sin saber por qué no paga, y ahí recordó los veinte años que se van a cumplir de la muerte de Agustín Hepburn, comunicador que fue también pregonero en la Candelaria y al que nadie ayudó cuando más lo necesitaba, y al sentirse desamparado, sin poder aguantar más, puso fin a su peregrinación terrena.

No se olvidó de la irrupción de la información cofradiera en internet, donde su principal precursor fue el añorado e inolvidable Paco Santiago, director y creador que fue de este portal de Arte Sacro. Así mismo, fue muy simpática la anécdota de cómo cada año quedan Fernando Salazar, Alejandro Ollero y el propio Gallardo para intercambiarse sus revistas "Cuaresma de Sevilla", "Sevilla nuestra" y "Sevilla cofradiera", y fue especial el guiño hacia aquel Boletín de las Cofradías de Sevilla cuando en su portada figuraba el nazareno de Guillermo Bonilla alzando su cruz de guía, ensalzando la gran labor actual de sus actuales responsables con Rafael Jiménez Sampedro a la cabeza como director. Y no faltó tampoco su exaltación al significado de la túnica nazarena, aquella que Juan Carlos Gallardo viste en color morado en la Esperanza de Triana y con hábito trinitario en la Esperanza de la Trinidad, emocionándose al recordar a su madre cuando ésta le preparaba y le planchaba la túnica. "¡Benditas las manos de las madres  cofrades!", proclamó. También fue muy hermoso e intenso el pasaje donde recordó distintas dinastías y sagas familiares hondamente ligadas a distintas hermandades hispalenses.

Miró al cielo el pregonero, exaltando a tantos artistas que nos legaron nuestras principales devociones a través de las imágenes titulares de nuestras cofradías, o con las obras que bordaron o labraron para enriquecer sus ajuares, o aquellos cofrades de antaño que tanto lucharon en sus hermandades, que pertenecieron al Consejo, que fueron pregoneros en el teatro San Fernando o en el Lope de Vega, y viejos capataces, o costaleros como José Portal y Juan Carlos Montes que murieron bajo las trabajaderas de San Bernardo y las Aguas, sin olvidarse tampoco del periodista Fernando Carrasco, o de Pascual González, o del cardenal Amigo Vallejo, todos aquellos que en la gloria forman la hermandad de los cofrades eternos. Y tras ese homenaje, reflexionó sobre cómo cambia la vida en las cofradías, cómo el pescaíto frito se ha cambiado por las pizzas, esperando que los quebabs no lleguen nunca a las casas de hermandad, y con elegancia criticó la relevancia que se le está dando al conteo y a la sincronización de los horarios, y cómo todo lo telemático está haciendo que los hermanos estén al tanto de la vida corporativa pero sin ir por ella, sacándose incluso las papeletas de sitio por internet sin que haya colas, lo que constituía una esencia que estamos perdiendo.

Gallardo Ruiz afirmó sin temor que "el cartel de Salustiano no nos ha gustado a los cofrades", y que no lo vemos colgado en ningún sitio, salvo en Wallapop porque lo venden a buen precio. Ahí recordó cuando en 1995 tampoco gustó el cartel de Maireles, el del ojo de la Macarena, y con los años, hoy nadie se atreve a decir que no es una gran obra, como tampoco gustó en los años sesenta el diseño innovador de Juan Miguel Sánchez del actual palio de la Virgen de los Ángeles de los Negritos, considerado en la actualidad como una obra clave y referente. También dio su sitio a las primeras mujeres pregoneras de la ciudad: Maruja Vilches Trujillo, Irene Gallardo Flores y Amparo Castilla Candón, o aquellos cofrades peculiares y entrañables como Angelito "el aguaor" o el desaparecido Antoñito Caravaca con su naveta en la Vera+Cruz. Después de cien minutos, quiso rematar su canto el pregonero con los orígenes de la Candelaria, con aquellos cofrades que fueron el fundador José Ruiz Escamilla, "Pepe el Planeta" o Manuel Galiano como autor de la Virgen, Aquella que es la luz de la hermandad, "la Candelaria de San Nicolás", que en este 2024 cumple los cien años de su hechura y de su bendición el 9 de febrero de 1924, si bien en 2021 se cumplió el siglo de la hermandad, cerrando con su extraordinaria decembrina, entre luces navideñas, la dura pesadilla de la pandemia aunque aún hubiese mascarillas en los rostros, porque Ella "es la más guapa de la Alfalfa" y "flor eterna en los Jardines de Murillo" bajo un palio "que ni quiere ser azul ni quiere ser verde" en cada Martes Santo.

Galería del acto

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.