Arte Sacro
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Todos los datos sobre la restauración del Templete de la Cruz del Campo


 Arte Sacro. Tras el acto de inauguración y bendición del Templete de la Cruz del Campo el pasado miércoles 26 de marzo les vamos a detallar todos los datos sobre la restauración de este monumento tan señalado de nuestra ciudad.

Referencia histórica

El templete de la Cruz del Campo fue construido a finales del S. XV, por encargo de Don Diego de Merlo, Adelantado Mayor de la ciudad. Esta zona era el camino de Alcalá, la vía de acceso más importante y transitada de la ciudad en esas fechas. Hay otros dos hechos que redundan en el interés e importancia del lugar: los Caños de Carmona, que discurren paralelos a dicho camino, y que suministraban agua a la ciudad, y la elevación sobre Sevilla, que convertía a este templete en un magnífico mirador sobre la misma. Al parecer existía en este lugar una cruz, cuyo origen puede remontarse a la época del Rey Santo, que acampó en estos lugares durante el sitio, dotados de agua y vistas sobre la ciudad, y que pudo agradecer así a Cristo la conquista lograda.

 En 1521, Don Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa, y alcalde mayor desde 1506, funda un Vía-Crucis, emulando el recorrido realizado por Jesucristo hasta el Calvario. Este Vía-Crucis ha permanecido vivo durante muchos siglos, y está siendo recuperada esta maravillosa tradición por la Pía Unión del Vía-Crucis, con sede canónica en la Casa de Pilatos y vinculada a la Fundación Casa Ducal de Medinaceli.

En el S. XX, el edificio se ha convertido en la imagen comercial de nuestra conocida marca de cerveza, Cruzcampo, con lo cual se ha convertido en el monumento más veces reproducido de la ciudad, superando a la Giralda.

Datos técnicos

El Consejo de Gobierno de la Gerencia de Urbanismo del 7 de julio de 2005 aprobó en el orden técnico, el proyecto de obras de restauración del Templete de la Cruz del Campo, redactado por Cristina Sánchez Mendoza, arquitecta.

El 15 de diciembre de 2006 se firmó el convenio entre el alcalde y el presidente de Heineken para la financiación de las obras.

 El acta se firmó el día 12 de septiembre de 2007, por parte de los técnicos de la Gerencia de Urbanismo directores de la misma, la arquitecta Cristina Sánchez Mendoza y el arquitecto técnico Carlos de la Herrán Lumbreras. Se adjudicó a la empresa Condisa, con un presupuesto de adjudicación de 308.268,19 euros. La obra ha sido recepcionada por dichos técnicos el pasado 12 de febrero.

La intervención sobre el monumento comenzó por parte de la Gerencia en el año 2002, encargándose una “Valoración Histórica” a un equipo de historiadores, para tener una visión clara del valor histórico, artístico y antropológico del monumento.

También se elaboró una propuesta de intervención arqueológica por parte del equipo de arqueólogos, dirigidos por Manuel Vera Reina. Dicha intervención se ha realizado previamente a la obra de rehabilitación, para que los datos que aportara sirvieran de base a la hora de tomar determinadas decisiones. El dato más significativo ha sido constatar que la cimentación es de origen romano, por lo que se apunta la hipótesis de que se construyó sobre un antiguo templete romano, destruido y sustituido por el actual. La hipótesis con la que se ha trabajado es la existencia de un templete dedicado a alguna divinidad romana, a modo de protección para el caminante o de la ciudad a la que se llegaba. El cristianismo pudo mantener el uso y el simbolismo del lugar, adaptándolo al nuevo credo.

La patología más importante hallada en el edificio ha sido la inestabilidad estructural, lo  que obligó a atirantar el conjunto con unas vigas metálicas. Esta patología parece, por los estudios documentales realizados, que se inició en menos de un siglo después de construirse el edificio.

 Por otro lado, los técnicos se han encontrado otros daños debido a la acción de la contaminación, palomas, elementos vegetales y actos vandálicos, todo ello agravado por las intervenciones humanas desafortunadas, en especial la decisión de picar todas las fachadas, dejando el ladrillo visto. Esta intervención hizo que las últimas generaciones perdieran la imagen autentica del monumento, y ha sido la causante de un deterioro mucho mayor del mismo.

Los trabajos se han centrado en dos aspectos concretos: la conservación del templete y seguidamente, la restauración del mismo. En primer lugar, se ha preservado la integridad del objeto original mejorando sus condiciones mediante limpiezas, consolidaciones e integraciones, para dar paso a una restauración del conjunto.

Tras la restauración ha recuperado su aspecto original. Así se ha enfoscado con mortero de cal los muros, con estuco el cupulín, y se han mantenido con ladrillo visto los arcos apuntados y cornisas, que son los únicos elementos que originalmente eran de ladrillo. Se ha prevenido el posamiento de palomas mediante la colocación de púas en los lugares donde pudieran posarse.

Los trabajos de restauración han sido realizados por expertos, y dirigidos por Carlos Núñez Guerrero. Se han centrado en la restauración de la cruz, y en la recuperación de la cara interior de la cúpula, donde se han hallado restos de una inscripción en caracteres humanísticos hasta ahora inédita, además de la recuperación de la filacteria gótica que resume quien lo construyó, en que fecha y demás detalles.

Así mismo, la verja que circunda el humilladero se ha restaurado entera y se ha abierto el cancel para hacer más accesible el monumento.

Una vez terminadas las obras, se ha procedido a poner en marcha un estudiado sistema de iluminación, por dentro y por fuera del templete, cuyo objetivo es realzar el edificio por la noche, y hacerlo destacar frente a los desafortunados edificios que lo ahogan.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo y Mariano Ruesga Osuna.










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