Tus Dolores, nuestras Penas

Francisco Santiago. Siempre que te miro, me vienen a la memoria esos recuerdos de quien está como ausente, sumido en el Dolor que supone perder a un ser querido. Y cuando sus ojos se pierden buscando en las alturas, sin fijar la vista en ningún sitio concreto, no puedo dejar de pensar en ese hermano que, a su vez fue hermano de todos nosotros y, también (lo más importante), un buen amigo.

Hoy no voy a dar nombres, quiero que lo que todos vivimos ayer sea un recuerdo entrañable para todos los que ya no están con nosotros, porque la festividad de Los Dolores de Ntra. Sra. se convierten en muchos casos en Penas, con la primera inicial en mayúsculas y sabor a un barrio añejo de Sevilla que llamamos San Vicente.

Fue quizás un “déjà vu“, algo que ya tenía visto pero no recordaba, hasta que, curiosamente, frente  a la Virgen de la Luz, surgió tu nombre… Gracias Madre por estar ahí, por dejarme que tus hijos me abrieran el cancel, con esa amabilidad que, a pesar de la sobriedad, siempre han mostrado conmigo.

Ayer, en tu festividad, hubo un momento de tremenda nostalgia, de silencio dentro de ese otro silencio que surge del alma y que, casi me invita a saborear las mismas lágrimas que tú ya llevas como parte de tu "Yo misma", el misticismo supera a la escéptica, el sentimiento supera a la emoción  y el placer del buen gusto de tu priostía culmina la sensación de terminar bien una tarde que, probablemente hubiera sido una tarde más de septiembre.

Hay olvidos que no tienen remedio, pero el tuyo ha sido casi providencial y un paseo desde San Esteban hasta tu barrio de San Vicente, ha sido más que nunca como sentir que ha valido la pena todo el esfuerzo acumulado en el intenso fin de semana.

Gracias Roberto por ser el despertador de ese recuerdo que parecía dormir en el subconsciente. Va por tí.

Fotos: Francisco Santiago