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Día de la Iglesia Diocesana. Mons. Juan del Rio Martín, Obispo de Jerez de la Frontera.


noviembre de 2005

Queridos diocesanos:

La Iglesia Católica es una realidad visible e invisible, espiritual y humana, personal y social, santa y con miembros pecadores, que camina en el mundo anunciando la Buena Noticia de Cristo a todos los hombres para que estos tengan vida y consigan la felicidad eterna. Para realizar esta misión salvadora la Iglesia necesita de medios humanos y de recursos económicos como cualquier otra institución de la sociedad. Pasó a la historia la vieja creencia de que la Iglesia era inmensamente rica y mantenida por el Estado. No, señores, no. La Iglesia, como todos, paga el recibo de la luz, el agua, el mantenimiento de sus edificios, la creación de nuevos templos y complejos parroquiales, las retribuciones del personal, etc. Por ello, el desempeño de las labores pastorales y caritativas requiere tener los necesarios bienes económicos, de ahí, que pedir dinero para la Iglesia no vaya contra el Evangelio, sino que se trata de una exigencia de la misma fe.

Algunos datos importantes.

Cuando se habla de la Iglesia en España, se deben tener en cuenta a las 69 diócesis, las cuales, de una manera autónoma, atienden a los fieles que las conforman a través de parroquias, seminarios, comunidades, movimientos, etc. Sólo parroquias hay más de 23.000, con todo lo que suponen tanto los templos como el personal, en el cual no sólo entran los 19.300 sacerdotes sino también un gran número de religiosos y seglares dedicados a las distintas actividades pastorales.

Nuestra diócesis de Jerez comprende una superficie de 3.928 Km con aproximadamente medio millón de fieles, 150 sacerdotes, entre diocesanos y religiosos, 14 seminaristas, 59 religiosos legos, 468 religiosas, 83 parroquias con sus respectivos complejos parroquiales anejos, 38 colegios católicos, más de un centenar de instituciones benéficas y otros centros culturales, docentes y de promoción social, además de mantener abiertos 80 templos con más de un siglo. No sólo es esto, nuestra diócesis por ser joven está carente de infraestructuras diocesanas y parroquiales, se trata de la necesidad de nuevas parroquias, un Seminario y una Casa Sacerdotal para sacerdotes mayores e impedidos Es por lo que hago esta llamada apremiante a la generosidad económica de todos los católicos que, actuando siempre como dice San Pablo, “no de mala gana, ni forzado, porque Dios ama al que da con alegría”, sepáis dar con abundancia, porque el que da generosamente, copiosamente cosecha en su vida.

Ayudar para auxiliar a todos.

Como bien sabemos todo tiene un precio y no nos parece mal pagar el ocio, la academia del niño o la cantidad de cosas superfluas por las que hoy damos dinero. En cambio, cuando se trata de cumplir el quinto mandamiento de la Iglesia, a saber: “ayudarla en sus necesidades”, la cosa a veces cambia, y muchos cristianos viven como si la Iglesia se sostuviese del aire, o recibiera cientos de millones de euros en concepto de subvenciones. Además no faltan algunos medios de comunicación social que, buscando determinados intereses, no paran de intoxicar a la opinión pública con informaciones que carecen de fundamento. La realidad es bien distinta y conviene saberla, pues la Iglesia vive de la cariad de sus fieles, quienes contribuyen de diversos modos. No hay nada que ocultar y, al mismo tiempo, muchas realidades pastorales, sociales y culturales que mantener, las cuales están beneficiando a toda la sociedad. La Iglesia Católica presta un gran servicio a la ciudadanía través de sus miembros e instituciones. Los cristianos no somos una carga social sino unos ciudadanos que desde la fe cooperamos al bien común de la colectividad.

Aportación de la Iglesia a la sociedad.

Sin embargo, todas las estructuras sociales de la Iglesia están al servicio de la evangelización y del bien de las personas. Por eso, en un mundo donde todo tiene precio, la Iglesia propone un conjunto de valores que enriquecen a la humanidad en su conjunto (amor, ternura, bondad, generosidad, entrega, trabajo bien hecho, sinceridad de corazón, compromiso, austeridad, belleza, amistad, oración… entre otros). Ella está presente en los sitios donde nadie quiere estar, junto a los enfermos, desahuciados, presidarios, drogodependientes, enfermos del Sida, pueblos olvidados, etc., en fin, sembrando siempre esperanza y consuelo a todos sin distinción alguna. Pero ¿cómo transmite la Iglesia estos valores?

*Con la palabra: homilías, charlas, catequesis, docencia, publicaciones…
*Con el testimonio de vida de los creyentes que encuentran en Jesucristo el fundamento de los valores permanentes proclamados por el Señor con su vida y su obra redentora.
*Con obras e instituciones: tales como el trabajo realizado por los sacerdotes y religiosos, la labor de movimientos y asociaciones, la tarea educativa de nuestros colegios y universidades, la asistencia social y caritativa de las residencias de ancianos y de los centros para niños y jóvenes con problemas, la atención a los inmigrantes, el cuidado a los pobres mediante los albergues y comedores, etc. Todo esto no sólo beneficia a los católicos, sino a todos los que llaman a nuestras puertas.

La diócesis necesita de tu generosidad.

Para seguir realizando el bien de “Los valores permanentes de la Vida en tu Iglesia” como señala lema de este año del “Día de la Iglesia Diocesana” que celebraremos el próximo fin de semana 12 y 13 de noviembre, necesitamos la ayuda de todos, tanto de los cristianos como de la misma sociedad que se beneficia de la labor eclesial. ¿Cómo puedes colaborar económicamente con tu diócesis de Asidonia-Jerez?

* Mediante la cuota periódica, dando orden a tu banco para que anual, trimestral o mensualmente ingrese en la cuenta del Obispado la cantidad que libremente decidas.
* Siendo generoso en las colectas de tu parroquia, no olvidando el deber de todo cristiano de la limosna en favor de los necesitados, o bien entregando voluntariamente para las necesidades pastorales y caritativas ofrendas, legados, herencias…
* Poniendo la “X” en la casilla de la Iglesia Católica en tu declaración de la Renta. Eso no significa que vas a pagar más, sino que es un sistema que permite al contribuyente decidir qué se va hacer con su pequeña parte de los impuestos que ya ha pagado o que va a pagar. La asignación a la Iglesia en España no es un privilegio, sino que nace de un tratado internacional, es fruto de un lógico sistema de colaboración entre instituciones, y es una manera de compensar algo de todo el bien que la Iglesia siembra en la comunidad social.

El futuro de la sociedad depende de la educación en los valores, la Iglesia a lo largo de los siglos ha sabido insertar en el corazón humano los grandes valores que hacen que la vida se viva con sentido y plenitud. Para continuar esta misión tu aportación económica es imprescindible.

Con mi agradecimiento anticipado te imparto la bendición del Señor.

 

Mons. Juan del Rio Martín,
Obispo de Jerez de la Frontera










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