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Conventos y Hermandades: Relaciones. Octava parte (seguimos). Reyes Pro Jiménez


Como ya hemos escrito en otro de los artículos de esta serie sobre los antiguos conventos sevillanos y sus relaciones con las hermandades de penitencia, dichos conventos son numerosos y el espacio del que disponemos es breve, por lo que el objetivo que tenemos es dar algunas ideas básicas de la historia de los conventos, especialmente de los menos conocidos popularmente, pero no podremos detenernos en la descripción artística de cada uno de forma pormenorizada.

Existen en Sevilla un buen número de conventos y sedes de congregaciones u órdenes religiosas, fundados desde la conquista de la Ciudad, en el siglo XIII, hasta el siglo XVIII, y eso a pesar de las consecuencias de diversos hechos de la historia del siglo XIX que hemos ido repitiendo: principalmente la Invasión Francesa, de 1810 a 1812, las desamortizaciones de 1835 a 1837 y los episodios de una mal entendida y peor ejecutada política, como por ejemplo la Revolución de 1868, que tuvo nefastas consecuencias para la Cultura.

Repasaremos brevemente en este artículo algunos conventos y casas religiosas en Sevilla, fundados por órdenes con presencia centenaria en Sevilla, que actualmente tienen vida activa; en ellos han radicado hermandades de penitencia en años pasados pero hoy ya no son sedes de las mismas: San Jacinto, San Alberto y La Misericordia.

Además de un antiguo convento, San Francisco de Paula o los Mínimos, del que su superviviente iglesia mantiene el uso religioso actualmente, aunque hoy no residen ni comunidad religiosa ni hermandades.

Por último veremos dos antiguos conventos, San Acacio y los Trinitarios Descalzos, hoy desaparecidos; quedan pocos restos de sus edificios y en ellos no existe ninguna orden religiosa; su relación con hermandades se centra en que pudieron ser antiguamente, o pueden ser hoy, sedes de hermandades aunque fuese transitoriamente.

La iglesia de San Jacinto a comienzos del siglo XX

La iglesia trianera de San Jacinto es el templo de un convento dominico fundado en el siglo XVII con el título de “Convento de la Candelaria y San Jacinto”. En este templo del convento de San Jacinto han sido fundadas y han radicado varias hermandades de penitencia en años pasados, pero hoy ya no es sede de las mismas.

Tiene origen en el año 1603, cuando se funda por los dominicos un convento y colegio de gramática, artes y teología dedicado a San Jacinto, que se situaba cerca del hospital de San Lázaro y la Fuente del Arzobispo (un manantial de agua que surtía a la mayor parte de Sevilla). Este primitivo convento quedaba lejos de la ciudad y estaba en un paraje sin protección ante las frecuentes crecidas del rio Guadalquivir, por ello a mediados del siglo XVII los dominicos se trasladaron a Triana, a la ermita y hospital de una Hermandad que tenía como titular a la Virgen de la Candelaria, por lo que esta imagen presidiría el altar mayor y pasaría a ser cotitular del convento.

Se edificó una iglesia de mayores dimensiones que la ermita pero sufrió unos derrumbes y hubo que levantar otra cuyo diseño se atribuye a Matías José de Figueroa, que fue el arquitecto que consta trabajó en ella hasta 1740. A pesar de algunos problemas de desplomes, la iglesia se concluyó en 1774.

Iglesia de San Jacinto, altar mayor procedente del desaparecido
convento de La Victoria.

El convento de San Jacinto pasó en el siglo XIX por las consabidas consecuencias de la invasión francesa y la Desamortización de 1835. Se usó como hospital e incluso como establo y después de dicha Desamortización se derribaron dependencias conventuales, levantando oficinas del Ayuntamiento y escuelas. Además en 1844 se edificó un teatro, el llamado Teatro Guadalquivir, que fue el primer teatro de Triana; tenía una capacidad de seiscientos espectadores y estaba bien acondicionado pero que cerró en 1851. Los dominicos volverían en 1909 construyendo un nuevo convento anexo a la iglesia, que desde el año 1966 es Parroquia de San Jacinto, regida por Padres Dominicos.

Por la destrucción a mediados del XIX del cercano convento de la Victoria, su magnífico retablo mayor de estilo barroco, y puede que datado sobre 1690, se instala en la Iglesia de San Jacinto en Triana (a pesar de que hubo algunos intentos de llevarlo fuera de Sevilla), pues el original dieciochesco de la iglesia del convento dominico había sido destruido.

Precisamente en el citado Convento de la Victoria, donde en 1560 se había fundado la hermandad de Nuestra Señora de la Estrella, ésta se unió en 1675 a la hermandad del Cristo de las Penas (que provenía de la antigua ermita de la Candelaria). En 1835 esta hermandad se trasladó a la Iglesia de San Jacinto, donde mantuvo su sede hasta el año 1976, cuando pasó a una capilla propia.

En 1750 por iniciativa de un grupo de fieles, que organizaban rogativas en las largas sequías, se fundó la hermandad del Santísimo Cristo de las Aguas y Nuestra Señora del Mayor Dolor en este convento de San Jacinto.

Ambas corporaciones pasaron por una etapa de decaimiento en el siglo XIX de la que salen a final de dicho siglo. En el año 1942, la hermandad de las Aguas sufrió en su capilla un incendio y cambió de sede, marchando a la Iglesia de Santiago el Mayor, donde permanecieron hasta 1955, cuando pasan a la Parroquia de San Bartolomé que fue su sede hasta 1977, en ese año se fusiona con la Hermandad del Rosario, con capilla en la calle Dos de Mayo.

En el año 1868 la Capilla de los Marineros, sede de la hermandad de la Esperanza de Triana, fue incautada por la Junta Revolucionaria, por lo que esta hermandad terminó trasladándose a fines de 1872 o comienzos de 1873 a la iglesia de San Jacinto. Allí su altar sufrió un incendio en 1898; en 1939 la hermandad pudo comprar la antigua capilla de los Marineros en la calle Pureza, que había sido su sede pero cuyo penoso estado obligó a una gran restauración, por lo que la hermandad no pudo cambiar su residencia a la citada capilla hasta 1962.

 

Una zona de acceso al actual Oratorio de San Felipe Neri, antiguo convento de San Alberto. Fotografía Reyes Pro

 

La Iglesia de San Alberto fue parte del Convento de San Alberto de Sicilia, de la orden del Carmen Calzado, convento que además contaba con un colegio que impartía clases de Teología y Filosofía. Se fundó en 1602 gracias al patrocinio de  Bernardina de Salazar, lo que posibilitó la compra de varias casas en la zona de San Isidoro. Las obras de la iglesia no comenzaron hasta 1623 y a mediados del XVII, aún no estaban terminadas; en esta época, el convento y el colegio tenían una vida floreciente que decayó bastante en el siglo XVIII, incluso la orden carmelita calzada pensó cerrarlo, lo que al final no hicieron.

Después de la invasión francesa y la Desamortización de 1835, el convento fue cedido a la Academia Sevillana de Buenas Letras, que permaneció en él hasta 1842 cuando volvió al Alcázar donde había tenido su primera sede. Esta Academia residió durante el siglo XIX sucesivamente en varios conventos e instituciones desamortizadas (San Hermenegildo, el Hospital del Espíritu Santo, el Santo Ángel, San Gregorio o la Merced fueron algunas de sus sedes en dicha centuria). En 1840 la propiedad del convento fue subastada dedicándose una parte a fábrica de tejidos y cordonería y otra a colegio. La iglesia mantenía el culto porque después de la citada Desamortización se cedió como oratorio particular al Cardenal Luis de la Lastra y Cuesta, Arzobispo de Sevilla, quien encargó a los Filipenses (expulsados de su sede, que había sido derribada) la capellanía del templo. 

Efectivamente el Oratorio de San Felipe Neri se derribó a raíz de la revolución de 1868, y la Congregación del mismo se instaló en unas casas de la calle Toqueros (actual calle Conde de Ibarra). En 1877 esta Congregación de Padres Filipenses (sacerdotes seculares pero que compartían vida en comunidad) accedió a la cesión de la iglesia de San Alberto por parte del Arzobispado. Los padres filipenses se trasladaron a vivir a varias casas en la cercana calle Fabiola hasta que posteriormente compraron un edificio inmediato a la iglesia. Los filipenses mantuvieron un pleito con la orden carmelita descalza para acceder a esta cesión y a las propiedades, pleito que ganaron y por tanto en 1893 obtuvieron la propiedad de iglesia y convento. Los bienes artísticos de la comunidad filipense, que en 1868 se depositaron en la Parroquia de San Pedro, pasaron en buen número a la iglesia de San Alberto.

Por su parte el patrimonio artístico de la iglesia de San Alberto había tenido distintos destinos. Un ejemplo es un retablo de fines del XVIII que hoy se encuentra en la actual Basílica del Cachorro, presidido por la imagen gloriosa de la Virgen del Patrocinio. A la iglesia del Buen Suceso, actualmente de carmelitas calzados, se llevaron varias imágenes procedentes de San Alberto: las tallas de San Alberto de Sicilia y Santa Teresa de Jesús de Alonso Cano (realizadas en 1628), además el grupo de Santa Ana con la Virgen María esculpido por Martínez Montañés en 1632 (la Virgen seria destruida en 1931 y sustituida por una imagen contemporánea dentro de la misma estética). La mayoría de los cuadros se vendieron y se encuentran en museos y colecciones particulares, sobre todo fuera de nuestro país.

 

Retablo Virgen Patrocinio de Gloria, web Hermandad del Cachorro

 

San Alberto, hoy Oratorio de San Felipe Neri, no aloja en la actualidad ninguna hermandad, pero en tiempos anteriores cobijó varias pues antiguamente fue sede de algunas extinguidas, como las hermandades de Nuestra Señora de la Encarnación y de la Virgen del Carmen (que se había fundado en el convento en el siglo XVIII). También fue la sede de la hermandad de Caballeros Riojanos de Nuestra Señora de Valvanera, que se trasladó desde el antiguo convento de San Benito a la iglesia de San Alberto en 1855. Aquí residió hasta que en 1875 resurge en dicha iglesia de San Benito y se establece en ella, adquiriendo el carácter de “Congregación de Señoras” en 1884. En la Iglesia de San Alberto existe aún un retablo presidido por Nuestra Señora de Valvanera. 

La Hermandad de la Veracruz había sido fundada en el convento Casa Grande de San Francisco, como vimos en un artículo anterior. Tras el derribo de dicho convento en 1840, la hermandad se trasladó a la Iglesia de San Alberto. Por esa época era Hermano Mayor Isidro Ramos Calonge, quien había accedido a la propiedad de parte del antiguo convento de San Alberto donde había instalado manufacturas textiles y de cordonería. En 1853, en una época convulsa para todas las hermandades, la hermandad de Veracruz se trasladó al antiguo convento de monjas de Pasión junto a la calle Sierpes (donde hoy día se han abierto un restaurante japonés y apartamentos turísticos, integrando los restos arquitectónicos del convento de Pasión), pero volvió a San Alberto después de 1868. En San Alberto la hermandad mantuvo los cultos en la medida de las posibilidades del momento, hasta que en 1942 se trasladó a la iglesia del antiguo convento de agustinas del Dulce Nombre de Jesús, donde actualmente mantiene su sede y creciente vida de hermandad.

Como decimos, el siglo XIX fue una época convulsa para las hermandades de Sevilla, una muestra de ello fueron los frecuentes cambios de sede, como los que tuvo de realizar la hermandad de la Quinta Angustia, que aún estando establecida en el Convento del Carmen hubo de celebrar sus cultos en 1830 en la iglesia de San Alberto, comenzando por esas fechas una serie de traslados sucesivos de sede a distintas iglesias de la Ciudad.

 

Patio del antiguo hospital de la Misericordia, actualmente de la Orden de San Juan de Dios. Fotografía Reyes Pro.

 

La Iglesia de la Misericordia perteneció a un antiguo hospital de una hermandad de caridad, fundada a finales del siglo XV con la misión de dotar a doncellas pobres y desamparadas para contraer matrimonio. Este hospital tuvo su origen en la calle Beatos, cerca de Santa Marina y después de un traslado a San Andrés se estableció en la ubicación de la actual plaza de Zurbarán, cerca del Pozo Santo. Dicha plaza era entonces un simple ensanche de la calle llamada Misericordia, era más pequeña que en la actualidad y se conocía sobre todo por otras denominaciones ligadas a los Marqueses de Alcalá y la familia Portocarrero, pues en ella existía el palacio de los Marqueses de Alcalá de la Alameda, que se derribó en la década de 1960 ampliándose la antigua plazoleta y construyendo bloques de pisos y un pasaje comercial (Los Azahares).

El Hospital de la Misericordia funcionó como casa de caridad hasta 1837 cuando se instaló la sede de la Junta de Beneficencia. Actualmente alberga una institución regentada por los Hermanos de San Juan de Dios. 

 

Base de la Cruz del Pozo Santo. Fotografía Reyes Pro

 

Aun perviven elementos arquitectónicos del antiguo hospital, sobre todo del siglo XVI, como un patio con tres frentes con arcos sobre columnas de mármol. En uno de estos frentes existía hace unos años una pintura mural del XVI representando el Juicio Final. Desde 1907 se encuentra en este patio la Cruz que estuvo en la Plaza del Pozo Santo, y en cuya base se narra la historia del milagro del niño rescatado del pozo.

La iglesia, que se construyó en la segunda mitad del siglo XVII, tiene un magnífico retablo mayor, obra de Bernardo Simón de Pineda de 1668, y en el presbiterio pinturas del siglo XVIII atribuidas a Domingo Martínez.

 

Retablo Mayor y pinturas del presbiterio de la Iglesia de la Misericordia.
Fotografía Reyes Pro

 

Esta Iglesia de la Misericordia además de ser sede actual de hermandades de Gloria (Nuestra Señora de Guadalupe patrona de Úbeda y Nuestra Señora de Mar patrona de Almería), lo ha sido de varias hermandades de penitencia, normalmente de forma transitoria debido a distintas circunstancias (las más recientes por obras en sus sedes canónicas), como es por ejemplo el caso de las hermandades de la Cena desde 1958 a 1973, la Redención que en 1959 hizo su primera estación de penitencia desde la Misericordia, las Siete Palabras de 1995 a 2001 y Pasión del año 2003 al 2008.

 

Fachada de la iglesia del antiguo convento de San Francisco Paula

El convento y colegio de San Francisco Paula fue fundado por la Orden de los Mínimos, muy posteriormente radicaron en él los Jesuitas siendo dedicada su iglesia al Sagrado Corazón de Jesús. Hoy día se mantiene el uso religioso de esta iglesia y de las dependencias que fueron convento de los Mínimos y posteriormente Casa Jesuita, pues tras la reciente marcha de los Jesuitas han sido destinadas por el Arzobispado a albergar la Pastoral Juvenil de la Archidiócesis; hoy no hay comunidad religiosa ni hermandades en la citada iglesia

La orden de los Mínimos (así llamada por la humildad de sus miembros) fue fundada por San Francisco de Paula en el siglo XV. Su presencia en nuestro país data de finales del citado siglo, cuando los Reyes Católicos les ceden la ermita de la Victoria en Málaga. En Sevilla fundan el convento también llamado de la Victoria en Triana y en 1589 el convento y colegio de de San Francisco de Paula; con su puerta principal dando a la Alameda, también tenía entrada por la calle de las Palmas (actualmente llamada Jesús del Gran Poder) y además por la calle del Puerco (hoy nombrada Trajano). Las obras del convento e iglesia ocuparon el siglo XVII, terminándose dicha iglesia en 1646.

Tras la desamortización de 1835, el convento tuvo los usos tan repetidos en otros casos de cuartel y casa de vecinos. La iglesia fue adquirida en 1868 por la Sociedad Bíblica de Londres que la destinó a templo de la confesión evangélica, pero en 1887 Dolores Armero y Benjumea la compra y la dona a la Compañía de Jesús dedicándose al Sagrado Corazón y situando en ella imágenes y reliquias procedentes de la Casa profesa, hoy iglesia de la Anunciación. También tuvo su sede en esta iglesia la Tercera Orden Mínima de Sevilla que se mantuvo en ella hasta las primeras décadas del siglo XX.

Además, ya a principios del siglo XX se construyó la Capilla de los Luises para acoger la congregación de María Inmaculada y San Luis Gonzaga, diseñada por Aníbal González en estilo neogótico, con decoración de ladrillo. El antiguo convento también ha sido sede de las fundaciones Loyola y SAFA (que en 2020 se trasladaron a Portaceli) y en él funcionaron el Centro Vida y Radio Vida.

El antiguo convento de San Francisco de Paula, de los Mínimos y posteriormente de los Jesuitas, ha albergado a varias hermandades a lo largo de su historia. A los pocos años de la fundación, en 1592, llegó a él la hermandad de la Carretería y posteriormente la hermandad del Cristo Atado a la columna (las Cigarreras) y la de San Juan Bautista y Sangre, desaparecida en el siglo XVIII. La hermandad del Cristo Atado a la columna (Las Cigarreras) no permaneció muchos años y La Carretería se marchó en 1761, por lo que la iglesia del convento, durante el siglo XVIII, la iglesia fundamentalmente solo tuvo relación con hermandades al servirles de refugio de la lluvia (por ejemplo, la hermandad de la Macarena).

La hermandad de la Lanzada, procedente del convento de San Basilio y pasando por la iglesia de San Marcos, llegó a la iglesia del convento de San Francisco de Paula en 1818, donde permaneció hasta su vuelta en 1849 al convento de San Basilio de donde procedía. También en el siglo XIX salió de la iglesia del antiguo convento de San Francisco de Paula la Hermandad del Santo Entierro, lo hizo en un par de ocasiones una de ellas en 1854 como Santo Entierro Grande o Magno.

La Compañía de Jesús mantenía en el Sagrado Corazón dentro de su acción pastoral tres congregaciones: Los Luises (estudiantes adultos), Los Estanislaos (niños y adolescentes) y Los Javieres (trabajadores, sobre todo jóvenes). Dentro de ésta nace la idea de fundar una hermandad de penitencia en 1945, cuando se encargan las imágenes titulares; esta fundación desde 1946 se consideró un hecho consumado, aprobándose sus Reglas en 1955 y realizando su primera estación de penitencia dos años después desde la iglesia Jesuita de la calle Jesús del Gran Poder. La hermandad se trasladó en 1977 a la iglesia parroquial de Omnium Sanctorum, donde actualmente permanece. 

Otros antiguos conventos también han tenido relación con las hermandades de penitencia de Sevilla, hoy han desaparecido y quedan pocos restos de ellos

Patio central de San Acacio, de Leonardo de Figueroa 1690. Fotografía. Reyes Pro

 

Por ejemplo, el Convento Agustino de San Acacio, que fue fundado en 1593 en la zona de extramuros de la ciudad, en la zona de La Cruz del Campo. En 1633 se trasladó al centro de la misma en un proceso similar al de otros conventos que ya hemos repasado. Las obras del convento, que se situó en la calle Sierpes, concluyeron en 1660.

En este convento de San Acacio radicó la primera biblioteca de la ciudad de Sevilla que puede considerarse pública. La Biblioteca tenía entrada independiente del convento por la calle Triperas (actualmente Velázquez) y se inauguró en 1749 gracias a que en su testamento, el Cardenal Gaspar de Molina y Oviedo, había manifestado la “intención de donar la biblioteca para uso público de los sevillanos” y a que el Cabildo de la Ciudad decidió establecerla en el convento de San Acacio después de ganar un pleito por la propiedad. Siguió además subvencionándola, comprando más libros y dotándola de personal para que abriera todos los días, lo que se hizo sobre todo en la época de Pablo de Olavide como Asistente de la Sevilla (hoy diríamos Alcalde) y hasta 1791 cuando se retiró la ayuda económica. La Biblioteca seria incautada con la desamortización de 1835 y sus fondos pasaron a la Biblioteca Universitaria (entonces también Provincial) como las de otros conventos y también como en esos casos sufriendo pérdidas de valiosos libros.

En la iglesia del convento de San Acacio residió, de 1697 a 1703, la hermandad del Gran Poder, y desde ella salieron varias procesiones del rezo del Rosario, tanto masculinas como femeninas durante el siglo XVIII. Este convento Agustino finalizó su vida en el siglo XIX, como tantos otros, y el edificio muy reformado fue sede de la Academia de Nobles Artes de Santa Isabel de Hungría, de Correos y desde 1948 del Real Círculo de Labradores y Propietarios. Del convento sólo queda hoy visible el patio central que fue claustro barroco, obra de Leonardo de Figueroa de 1690.

 

Torre del antiguo convento de los Trinitarios Descalzos

 

El Convento de Nuestra Señora de Gracia de la orden de Trinitarios Descalzos también se fundó a extramuros de la ciudad, en el barrio de la Calzada en 1607, luego estuvo cerca de la Cruz del Campo, pero en 1610 se traslada a la collación de San Pedro: a la plaza llamada del Mesón o de la Vinatería (por la cantidad de estos establecimientos que existían en ella). En la iglesia de este Convento se veneraba una imagen de Cristo Cautivo, actualmente en San Ildefonso. Como en otros muchos casos el convento pasó después de la desamortización de 1835 por los usos de cuartel, fábrica y casas de vecinos aunque la iglesia siguió con culto. Posteriormente el convento albergó un café (de la sociedad del famoso Café de Emperadores), un taller de carruajes y una droguería. 

La iglesia de este convento se construyó durante el siglo XVII, pero la torre es de 1768 y está atribuida a Ambrosio de Figueroa. En sus caras tenía cuatro azulejos con las letras M, J, C y T, parece que respondiendo a los nombres de cuatro puertas de la muralla de Sevilla (Macarena, Jerez, Carmona y Triana) que representarían los cuatro puntos cardinales. Es actualmente el resto más visible de las edificaciones del antiguo convento.

En 1694 cuando la hermandad del Gran Poder tenía su sede en el convento del Valle se planteó trasladarse al de Trinitarios Descalzos, y llegaron a formalizar escritura con los frailes trinitarios con la idea de levantar capilla propia, pero por distintas circunstancias nunca llegaría a edificarse esta capilla ni a trasladarse allí la hermandad.

Se habían construido casas en el entorno que encajonaron los restos del convento, pero la hermandad del Cristo de Burgos compró lo que restaba del mismo en 1979, ese mismo año un incendio afectó a la arquitectura de la iglesia teniendo que comenzar una serie de largas restauraciones para poder disponer la casa de hermandad y una capilla, donde circunstancialmente se han alojado la hermandad e incluso la Parroquia de San Pedro por obras realizadas en dicha iglesia.

Titulares de las hermandades de la parroquia de San Pedro en la Capilla Casa-Hermandad del Cristo de Burgos, antigua capilla de los Trinitarios Descalzos.
Fotografía Fco Javier Montiel 

 

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(ya nos queda menos para terminar la serie)

 

 Reyes Pro Jiménez

 Historiadora y bibliotecaria

 










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