Arte Sacro
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Homenaje y Ofrenda Floral del IES Beatriz de Suabia


 Arte Sacro. El IES Beatriz de Suabia de Sevilla, inició el pasado miércoles 7 de junio los actos conmemorativos de su XXV Aniversario Fundacional. Con tal motivo una representación de profesores, padres y alumnos se acercaron a la Capilla Real de la Catedral para hacer una ofrenda de flores a la Virgen de los Reyes y a Beatriz de Suabia, esposa de Fernando III el Santo y madre de Alfonso X el Sabio, allí enterrada y origen del nombre de este centro educativo.

En el Homenaje a Beatriz de Suabia. Juan Ignacio Vasco

El Instituto de Enseñanza Secundaria Beatriz de Suabia a Beatriz, reina de Castilla y de León, y perpetua morante yacente de esta Catedral de Sevilla.

Beatriz, nos llegaste de frías y lejanas tierras cuando apenas habías cumplido die­cinueve años; sorprendiste a todos con tus ojos azules, azules como el mar, el cabello dorado y una tez nórdica que no sabríamos si describir como púrpura nevada o como nieve rosa; y, sobre todo, portabas entre tus atributos anímicos la mejor de las herencias maternas, esa “rosa sin espinas” que hoy se funde con estas otras rosas de la crujiente primavera sevillana.

Optima, pulchra, sapiens et pudica. Tampoco ahorró elogios, como ves, el arzobis­po de Toledo, don Rodrigo Jiménez de Rada, cuando cubrió como cronista tu primer con­tacto con las cálidas tierras del Sur.

Ésa fue tu dote, grande como la de una princesa alemana, honda como la de una reina de España.

Dejabas el país que te vio nacer para conocer otro que iba a acogerte con orgullo y para siempre, y quien lo hizo en nombre de los demás fue un joven apuesto, de bellas facciones. Despierto, fuerte en el manejo de las armas, cazador, rey y santo.

La báscula se nivelaba en justicia recíproca.

A los que hoy queremos homenajearte nos es grato de un modo muy especial ese último adjetivo aplicado a tu marido, el rey Fernando III, ése que se ha convertido en su epíteto, el de santo. Y nosotros, que nos dedicamos a la educación y a la enseñanza, pensamos como Santa Teresa que la educación, vivida por amor de Dios, es sencillamen­te santidad.

Ya surgió nuestro primer lazo en común. Beatriz, nuestra primera razón para estar hoy junto a ti. Pero aún queda algo más. Aguarda.

La Historia ha sido mezquina contigo. Apenas si nos cuenta que tuviste diez hijos: Alfonso, Fadrique, Fernando, Felipe, Enrique, Sancho, Manuel, Leonor, María y Beren­guela. Sin duda, en su siglo todos fueron conocidos como “los de Beatriz”. Pues bien, quienes hoy te acompañan somos “los del Beatriz”, y el Instituto al que representamos es, como tú, el Beatriz. Diríase que la palabra y su referencia se han fundido, que somos un mismo ente, un poco a la manera juanramoniana cuando ansiaba que la “palabra” fuera “la cosa misma, creada por (su) alma nuevamente”

¡Mujer de un rey santol ¡Madre de un rey sabio!

De entre todas las cosas de este mundo, la más grande y hermosa, la más honda, aquélla que engloba y justifica a las demás, es sin duda la sabiduría, Ésa, la sabiduría, es nuestra divisa y nuestra meta, ésa nos liga a tu primogénito, el rey Alfonso X, y alumbra el quehacer diario de docentes y discentes, de padres, de profesores, de alumnos, de to­dos. En efecto, diez fueron los hijos de Beatriz, pero los del Beatriz, por mor del conoci­miento, somos ya legión. Tu prole ha crecido y ojalá que la Historia, espejo de la vida, pueda algún día contar y cantar hazañas de tu descendencia espiritual. Ése es el deseo de presentes y de ausentes, de los que ya se fueron y de los que aún están por llegar.

Si al final de nuestra singladura hubiéramos conseguido fundir sabiduría y santidad, tan ligadas a tu sangre ambas, nos sentiríamos muy contentos, y lo que es más, nos sen­tiríamos dignos y orgullosos de llevar, Beatriz, el sustantivo de tu nombre, sustantivo al que Fray Luis de León con tanto acierto había definido como “el nombre conseguido de los nombres”.

En la Capilla Real de la Catedral de Sevilla, ante la tumba de la reina Beatriz de Suabia, el día siete de junio de 2006.

Juan Ignacio Vasco,
Profesor de Literatura.










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