Arte Sacro
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Amnesia Histórica. José Cretario. ABC


Primer Golpe. Hace 70 años la Macarena se encontraba enterrada viva en una clinica de la calle Orfila. La Esperanza de Triana, escondida entre barros en la calle Alfarería, no se atrevía ni a respirar. Dicen que hasta le dispararon cuando la llevaban al tejar de «Canito». El busto de la Estrella yacía silencioso en el baúl de un domicilio cercano al antiguo hospital de la Macarena que cada tarde se abría para el rezo del rosario. La Amargura adelantó en unos años el pánico de los campos de concentración de Europa cuando, con un pañuelo anudado a la cabeza, se ocultó en un almacén de la calle Marqués de Paradas.

La Virgen del Subterraneo salió en una caja de Ornníum Sactormn para salvarse en la casa de un hermano. Mientras que aquel día solo la ocuridad les rendía culto, en más de una decena de puntos de la ciudad del 36, las gargantas de fuego del odio se tragaban Tempíos, Imágenes y Sagrarios en lo que resultó ser el mayor atentado contra el patrimonio de la milenaria historia de la ciudad de Sevilla, equiparable, solo en el resultado, a la destrucción de puertas y murallas del XIX. Ni las invasiones, ni la reconquista lograron destruir tanto. Ahora se está recordando el inicio de la guerra civil al cumplirse 70 años del golpe de estado, rara efemérides porque por lo general los recordatorios y las conmemoraciones se hacen a los 75. También hace 70 años el odio destruyó, además de las Iglesias, 8 imágenes de la Semana Santa y se ensañó en la calle Castilla con dos más. Ninguna de las cofradías afectadas por aquella barbarie ha querido recordar los hechos. «Mejor —me dijo un hermano mayor— dejar las cosas como están». Quizá hagan bien al no querer sumarse a una efemérides artificial, pero así puede dar la impresión de que el 18 de julio del 36 no pasó más que una parte del todo, que es la que ahora se recuerda.

El Ayuntamiento ha rendido homenaje, justo homenaje, a los operarios municipales que fueron asesinados por los sublevados. Soy de los que piensa que una vida humaña vale más que mil Imágenes, pero alguna vez sería también justo que al menos unos gramos de desagravio se ofrecieran a unas hermandades que también fueron víGtllnas de los exaltados republicanos. Recibieron en su día, porque interesaba, el reconocimiento de la dictadura. A estas alturas aún falta que reciban el de la democracia.










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