Arte Sacro
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Restauración de una pintura de la Escuela de Murillo en el Museo del Santo Ángel


Arte Sacro. Aunque se realizó hace varios meses, presentamos ahora esta restauración llevada a cabo por Julio Alcaraz para el Museo del Santo Ángel de Sevilla. Se trata de una bellísima pintura que los diferentes especialistas ponen en relación con los discípulos directos de Murillo, como Juan Simón Gutiérrez, Esteban Márquez, Tovar o, incluso apuntan a Cornelis Schut. Indudablemente se trata de una bellísima pintura de la que existen varias versiones de medio cuerpo, y alguna parecida a ésta de cuerpo entero rodeada de ángeles.

Proceso de intervención de la pintura de la Virgen con el Niño 

El objeto del presente artículo sobre la intervención llevada a cabo sobre una pintura de la Virgen con el Niño (situ en el museo del Convento del Santo Ángel de Sevilla) es el de exponer los criterios y tratamientos de conservación y restauración a los que ha sido sometida por el conservador y restaurador Julio Alcaraz.

Dicha obra pictórica, realizada al óleo sobre lienzo, guarda similitud con algunas de las últimas obras salidas del taller de Bartolomé Esteban Murillo, posiblemente de Juan Simón Gutiérrez o alguno de los más cercanos al maestro, siglo XVII.

La obra se representa con dos escenas, en primer plano, en el centro de la obra, se encuentra a la Virgen sentada sobre un trono de nubes, sostenido por ángeles, con el Niño Jesús en su regazo, apoyando su cabeza sobre el pecho de la Virgen, creando una escena tierna y amorosa de madre e hijo. Miran juntos al espectador, con expresión solemne y sutil de devoción al objeto de su mirada. Mientras, en el segundo plano, la mirada se dirige a la esquina superior derecha, donde se encuentra a Dios Padre bendiciendo.

La Virgen se presenta ataviada con vestido en tonalidades burdeos, manto azul y velo en tonalidades ocres, el paño con el que cubre al Niño se ha representado en blanco. Los rostros de las imágenes principales se encuentran vivamente iluminadas ante un fondo ligeramente oscuro de estilo tenebrista. Dios Padre se presenta con túnica oscura y manto rojo, sosteniendo con su mano izquierda la bola del mundo y con su derecha bendice la tierna escena.   

Por otro lado, el estado de conservación de la obra era muy preocupante.

El soporte se encontraba en muy mal estado de conservación. El bastidor presentaba un preocupante ataque por insectos xilófagos, lo que impedía que pudiera cumplir su función correctamente. La obra había sufrido a lo largo de su historia, al menos, un cambio de bastidor, ya que, el que presentaba era de factura contemporánea, siendo sustituido, muy posiblemente, en el reentelado al que fue sometida la pintura en el pasado. Los bordes perimetrales del lienzo eran inexistentes, llegando a encontrase algunas zonas perimetrales sin sujeción al bastidor.   

Los estratos pictóricos se encontraban completamente levantados, en pequeñas cazoletas, crestas y craquelados muy pronunciados, que habían comenzado a desprenderse en zonas como las carnaciones de algunos ángeles o zonas del manto de la Virgen. En zonas puntuales, como el rostro del Niño, se encontraban pequeñas pérdidas pictóricas a causa de un accidente físico por roce. En el perímetro inferior y en el derecho de la pintura se había perdido casi la totalidad de los estratos pictóricos.

La intervención sobre la pintura se ha basado en la conservación/restauración científica, teniendo muy en cuenta su funcionalidad, la cual es de culto y expositiva, por lo que debía de transmitir unos ideales y unas sensaciones que en el estado en el que se encontraba no llegaba a ser del todo posible.

El restaurador, Julio Alcaraz, ha escogido para ello los tratamientos menos dañinos para la integridad de la obra, utilizando los materiales de mayor calidad en el mercado, con las características de reversibilidad, inocuidad y estabilidad con los materiales originales de la obra.  

La intervención de conservación y restauración ha ido documentándose fotográficamente antes, durante y tras la intervención realizada, para dejar constancia de su estado anterior, del proceso de intervención y de su estado final tras la misma, evitando en todo momento que se pueda incurrir en una falsificación.

Tras la documentación fotográfica, comenzaron los procesos de conservación y restauración. Se realizó un empapelado de protección y asentado de los estratos pictóricos, para poder trabajar con seguridad el reverso de la obra. Este se limpió de forma mecánica para la colocación de unas nuevas bandas perimetrales con las que se pudo tensar la obra pictórica de forma correcta en el nuevo bastidor, realizado a medida con dos travesaños, dándole mayor fuerza.

Una vez se llevaron a cabo los tratamientos curativos, se procedió a los tratamientos de restauración (más estéticos y visuales). Para ello se comenzó retirando el empapelado de protección que cubría la capa pictórica. Posteriormente se realizaron diferentes test de solubilidad para realizar la limpieza química y eliminación de barnices oxidados de la forma más segura para la obra. Quedando para el final el estucado de lagunas, reintegración y protección final de la pintura.










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