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Presentado el Proyecto de Palio para Ntra. Sra. del Carmen


Arte Sacro. En días pasados, en la primera sesión de las jornadas informativas dirigidas los hermanos del Carmen, ha tenido lugar en la casa hermandad la presentación del proyecto de palio para Nuestra Señora del Carmen en sus Misterios Dolorosos que ha realizado el diseñador y proyectista cordobés Rafael de Rueda y será sometido a la aprobación de los hermanos en el cabildo general extraordinario convocado a tal efecto para el próximo martes 19 de junio. 

El proyecto, que parte del primitivo proyecto realizado por el hermano Franscisco Reyes en 2008, responde al deseo de la junta de gobierno de la Hermandad de dotar al paso de palio de un marcado aire carmelita, ausente o no reconocible visualmente en el momento presente en su diseño y aspecto, dando así respuesta al sentir mayoritario de los hermanos.

Para lograr que el palio posea estas características propias e identificables con la identidad pretendida, el autor propone una reforma que afecta tanto al diseño como a su color, siguiendo las líneas premisas claramente señaladas por la comisión artística de la Hermandad. Estas premisas han consistido fundalmente en que el palio adquiera una identidad visual carmelita sin que ello implicara perder las características más básicas de su diseño pues, aun siendo una Hermandad joven, el tiempo ha hecho que se reconozcan como propios determinados aspectos del diseño de sus insignias y de la cofradía en la calle, incluido su paso de palio en la configuración actual. Ese “estilo” artístico empieza a ser reconocible y por ello no se desea que pierda totalmente en el palio tras la reforma. Otra premisa artística ha sido la de incluir malla en su diseño, para dotar al palio de mayor luz y un aire o efecto menos pesado visualmente.

En base a lo anterior, el autor ha seguido dos líneas de actuación:

La primera, ha consistido en rediseñar la bambalina delantera manteniendo casi todos los elementos de su diseño pero redibujándolos de nuevo para dotarlos de más volumen y definición para así hacerlos mas reconocibles en la distancia. Se persigue con ello que el diseño se perciba y reconozca desde que el palio asome en la distancia hasta que nos alcance y para ello es importante que la decoración esté bien definida en su dibujo y se reconozcan flores, hojas y arquitecturas.

Una vez redibujados todos los elementos, se han recolocado algunos de ellos para dotar a la bambalina de mayor proporcionalidad entre sus elementos y conseguir un aire más elegante y armonioso. Principalmente se le ha dado la vuelta a los grandes roleos que flanquean las jarras para conseguir un efecto de guirnalda, además de ensanchar ópticamente la bambalina, algo muy interesante en el proceso de reforma pues la bambalina es ligeramente estrecha para las medidas del paso. Este cambio no obedece solo a un criterio puramente decorativo. Se basa en los planteamientos decorativos inspirados en la naturaleza, que nacen en la decoración romana y griega, y que tienen su máxima expresión en el renacimiento. Así, la decoración vegetal “se mueve” de una manera natural al modo de la verdadera vegetación curvándose tallos y hojas en sus picos cuando nacen del suelo por el efecto de la gravedad, y al contrario, haciendo un efecto de guirnalda cuando se encuentran en la parte superior. Este efecto decorativo, al asimilarse con lo natural, nos hace todo más armónico pues lo reconocemos como movimientos decorativos lógicos inspirados en la naturaleza. La sabiduría popular hace que reconozcamos estos planteamientos estéticos de forma innata y, sin conocimientos de terminología histórico-artística, llamamos a las bambalinas las “caídas” del palio.

Este efecto de guirnalda se acrecienta al apoyarse la misma sobre la parte de malla de la bambalina y puede verse claramente en las caídas laterales, donde la continuidad de la misma es más evidente.

Todo esto se remata con una gran cartela central portadora del escudo de la hermandad, al modo de los clásicos palios sevillanos de otra época, que aporta mayor suntuosidad a la bambalina y ayuda a la sensación de que ésta es más grande. También se ha mantenido el perímetro decorativo inferior para que la bambalina mantenga lo más posible el recorte perimetral actual, haciendo que el aspecto final recuerde los más posible la línea de la actual.

La bambalina trasera posee, evidentemente, el mismo diseño de la frontal pero el escudo central es sustituido por un doble escudo orlado con los escudos de las dos órdenes carmelitas.

En función de todas estas características decorativas se ha diseñado un techo de palio acorde a las mismas, manteniendo la arquitectura de las bambalinas, con esa importante cenefa rectilínea superior que caracteriza las mismas y que aquí permite formar un marco decorativo idóneo para el techo, donde la protagonista principal es la gran cartela central portadora de una imagen icónica de la estética carmelita, que será realizada con la técnica de pintura, por el hermano Antonio Díaz Arnido. Esta cartela central se encuentra rodeada de un perímetro de malla que permite aislarla visualmente del resto del techo, aumentando así su protagonismo.

Respecto al color del palio, y si bien existe una tendencia a crear una estética carmelita sobre la base de colores claros o blanco, mayormente en palios, lo cierto es que no hay un color unitario para definir la estética carmelita. Existe un tono que parece predominante, en este caso, el marrón, hábito creado por la visión de la indumentaria carmelita. Pero lo cierto es que la indumentaria carmelita está compuesta de dos colores: blanco y marrón. El autor plantea en este caso una estética bicolor basada en los colores blanco y marrón de manera indisoluble, siendo este el planteamiento cromático del palio. Se ha creado un palio marrón y blanco que, de una manera equilibrada, no da protagonismo a ninguno de los dos sino a ambos a la vez; donde cada color se apoya en el otro para que, conjuntamente, se realcen creando un conjunto innovador cromáticamente hablando. Esta estética bicolor, en el que uno de los colores, el marrón, no ha sido usado casi nunca en un palio, aporta una estética única asociada a la Hermandad, aportando con ello singularidad y estilo propio. La singularidad del marrón queda compensada con la inclusión del blanco carmelita, que no ha de ser blanco puro, y de la malla que aligera en cierta medida el peso visual del marrón. Además, para tener una visión de conjunto en ese equilibrio cromático, el autor ha diseñado un faldón para el paso donde el blanco tiene más peso que el marrón, invirtiendo la tendencia del palio y consiguiendo finalmente ese equilibrio entre colores donde no se sepa exactamente cual de ellos predomina más y logrando así la deseada estética bicolor.

El resultado en su conjunto es un palio magnífico y regio, personalísimo y sobre todo carmelita, digno de la “domus aurea” que ha de portar a Nuestra Señora del Carmen.

Fotos y sitio relacionado: http://www.hermandaddelcarmen.es/










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