Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • sábado, 27 de abril de 2024
  • faltan 351 días para el Domingo de Ramos

En Semana Santa, forasteros o turistas. Mariano López Montes


“La utilización material del hecho religioso es una constante a lo largo de la historia que subsistirá, no importa bajo qué tipo de espiritualidad ni de qué sistema económico”

Rafael Esteve Secall

Muchos son los años que venimos observando, según los indicadores turísticos, la grandeza e importancia de nuestra Semana Santa dentro del turismo religioso, que de una u otra forma viene a engrosar el conjunto de atractivos que mantiene hacia el exterior la ciudad. Sin ir más lejos y repasando los datos ofrecidos por el Instituto de Turismo de España, sobre un estudio llevado a cabo y sus resultados sobre una encuesta de ocupación turística en la pasada Semana Santa, se puede apreciar que Sevilla acabó igualando a Canarias con un 85% de ocupación hotelera final y quedando tan solo detrás de ciudades como Granada, Málaga y Valencia, donde a igual tipo de turismo religioso y cultural, habría que sumarle el de “sol y nieve” [1].

Siendo el turismo un elemento importante para la generación de riqueza, empleo y desarrollo económico, los distintos gobiernos municipales han sabido potenciar el mismo, gracias a los atractivos específicos que poseen no solamente la Feria de Abril y la Taurina, sino también una Semana Santa reconocida mundialmente; añadiéndole esos otros atractivos adicionales diferenciadores, así como cooperando con aquellos otros destinos con los que generar sinergias de interés mutuo, para conseguir cierta ventaja para los turistas, frente a otros destinos con los que competir.

Pero, lógicamente, lo que a la actualidad llega es producto de una trayectoria que empieza en el mismo momento de la contrarreforma, allá por los años de mediados del siglo XVI, donde la necesidad del culto a las imágenes representando a Jesús y María, hacían sacar a éstas a la calle, para aquellos que habitualmente no entraban en la iglesia se pudieran encontrar con ellas en cualquier rincón de la ciudad. Este cambio provocó que la Semana Santa no fuese considerada únicamente como una fiesta explícitamente religiosa, sino destacadamente popular.

Siendo Sevilla, en aquellos momentos, una ciudad importante como puerta de entrada y salida para las tierras americanas y por esa población flotante de los barcos que hacían escala en el puerto, hizo que junto a las características propias de la ciudad, se tuviera la necesidad político-religiosa de reafirmarse en su catolicidad por encima de cualquiera de las otras creencias; enmarcando su Semana Santa como una festividad que paralizaba la vida cotidiana y donde a su alrededor se moviesen intereses comerciales que han llegado hasta nuestros días [2].

No tuvieron que ser sencillos aquellos principios, pero sí los que originaron una venida de forasteros alrededor de una fiesta religiosa muy particular y querida por la ciudad. Durante el siglo XVIII fueron muchos los viajeros que se acercaron a ver nuestros desfiles procesionales, pero no se podría hablar de turismo religioso en nuestra Semana Santa hasta no contar con la existencia de unos medios de transportes que hicieran factible el desplazamiento masivo de personas, con rapidez y seguridad. Aun cuando ya en la década de los 30 y 40 del XIX, se había iniciado un flujo de forasteros en Sevilla, colaborando  muy en especial la presencia de los Montpansier en la ciudad; fue la instalación de los primeros ferrocarriles, mediado el siglo, lo que provocó el despegue turístico de la Semana Santa sevillana, adquiriendo características de máxima atracción [3].

La venida de forasteros a la ciudad interesaba tanto para la economía de la ciudad que los dirigentes municipales no tuvieron más remedio que promocionar dicho evento, como se puede apreciar en los primeros carteles que el mismo editó y distribuyó por todos los rincones, donde a la incipiente Feria de Abril y la Feria Taurina sumó de forma especial las procesiones semanasanteras.

Al mismo tiempo, la Corporación Municipal, viendo la riqueza que entraba en la ciudad por este medio, se vio obligada a engrandecer los desfiles procesionales, ayudando con subvenciones a las distintas hermandades para que en unos casos pudiesen salir y en otros que contaban con medios para efectuar su estación de penitencia, fuesen adquiriendo y mejorando enseres con los que enriquecer la fiesta y mejorar ese atractivo hacia el turismo.

Dicha necesidad de conservar y potenciar esa entrada de riqueza, hizo que, forzado por el comercio sevillano, la alcaldía invirtiera en todo tipo de propaganda en favor de la misma. De esta forma se podrían enumerar numerosas acciones llevadas a cabo, publicándose reportajes de nuestra Semana Mayor en muchísimas revistas y publicaciones, y potenciando los medios de transportes terrestres existentes, sobre todo el ferrocarril que vino a mover grandes cantidades de personas entre los distintos puntos de la nación y del extranjero.

A la llegada de forasteros en carruajes y carretas, se unió de forma masiva la llegada de turistas en el ferrocarril, que también fue objeto de subvención, algunos años, por parte de la Casa Grande de nuestra ciudad. Podríamos traer a estas páginas algunas que otras, pero por lo que significaba y significó en su momento, nos fijaremos en la llevada a cabo en la Semana Santa de 1910. Se aventuraba un año difícil para la celebración de la Semana Santa, ya que en el anterior las cofradías sevillanas mostraron su negativa a hacer su estación a la Santa Iglesia Catedral, debido a la modificación que intentaron llevar a cabo los Capitulares con respecto a las subvenciones [4]. Todo se acabó resolviendo, pero sin lugar a dudas, esa inseguridad de que las cofradías saliesen a la calle, no tuvo más remedio que sentirse en el número de visitantes llegados desde fuera de la ciudad. Ante esta bajada, que con toda seguridad se produjo, el ayuntamiento consignó en el presupuesto del año siguiente una cantidad de 3.000 pesetas para la edición de un folleto con el que promocionar las fiestas de la ciudad en el exterior.

Desde que se supo de este acuerdo, la Compañía de ferrocarriles de Orleans se interesó por esta colaboración, enviando carta solicitando la adjudicación del folleto, manifestando que “la Compañía de ferrocarriles de Orleans, deseando de dar gran impulso al turismo extranjero en España, proyecta con motivo de las próximas fiestas de Semana Santa y Resurrección, y de los billetes especiales valederos durante varias semanas, que para entonces expenderá, publicar un folleto de propaganda, como suelen hacerlo de acuerdo con las Compañías españolas; pero el de este año quiere editarlo con especialísimo esmero para llamar la atención del público, contrarrestando así los prejuicios originados en el extranjero por recientes acontecimiento”. El folleto ofrecido contaba de 32 páginas, en papel inmejorable, con portada a color, 16 páginas a todo color con vistas de monumentos, paisajes, y escenas pintorescas, cuyos originales, para que resultara de la mayor exactitud se le iban a pedir a los más distinguidos artistas españoles; y otras 16 páginas de texto, a un color, con numerosos dibujos en otro color, intercalados y encomendados también a pintores españoles.

En la propuesta también se explicaba que tanto Madrid como Sevilla ocuparían lugar preferente en el folleto, ya que sus fiestas coincidían con la expedición de los billetes especiales de primavera, pero que al mismo tiempo se lo darían a Granada con sus fiestas del Corpus. Además, se dedicarían varias páginas a Toledo, Córdoba, Cádiz, Málaga, acabando con Gibraltar y Tánger.

Con respecto a su difusión, se ofrecía una tirada de 50.000 ejemplares del folleto, 25.000 en francés y 25.000 en inglés, para distribuirlo en Francia, Inglaterra, Bélgica y hasta en los Estados Unidos, entregándoselos a todas las compañías de ferrocarriles y de navegación, agencias de viajes, grandes hoteles, etc., incluyéndolos en las publicaciones más leídas de cada país, por cuenta de la compañía francesa [5].

No resultaron fáciles las negociaciones entre ambas partes, pero gracias a un final acuerdo, la publicación salió a la calle con textos de J. Causse e ilustraciones originales sobre Sevilla, de los ilustradores de “Blanco y Negro” y de “La Ilustración Española y Americana”, Sres. Mota, Huertas, Medina Vera, García Rodríguez, Carlos Vázquez y Martínez Bringa [6]. Al mismo tiempo y como complemento de este álbum de propaganda, la compañía francesa distribuyó un prospecto especial, con una tirada de 100.000 ejemplares en los dos idiomas, publicitando sus tarifas especiales para la Semana Santa, Feria y Corpus, apareciendo en su portada una magnífica ilustración a color del Convento de Santa Paula, de Sevilla [7].

Gracias a esta colaboración con los ferrocarriles franceses se consiguió la publicación de artículos dedicados a la ciudad, entre otros, en “La vie de Chemin de Fer”, “Temps” o en el “Fígaro de París”.

Aquella acción llevada a cabo con los ferrocarriles franceses, resultó interesantísima para la llegada a nuestra ciudad de aquellos primeros turistas que se han perpetuado en el tiempo, y que nos hicieron abandonar el término de “forasteros” para todos los visitantes que nos acompañan en una fiesta tan grandiosa como es nuestra Semana Santa.

Con estas primeras pinceladas y siendo un primer esbozo de un estudio de mayor profundidad, nos hace ser conscientes de que nuestra Semana Mayor entra de lleno en un turismo que debe de tratarse como una industria relevante y donde la publicidad tiene una vital importancia en esa fuente de riqueza.

 

José María Lobo Almazán. Investigador

Mariano López Montes. Doctor en Medicina y Licenciado en Antropología Social

 

 


[1] INSTITUTO DE TURISMO DE ESPAÑA. “Encuestas puntual de Ocupaciones Turísticas. Datos relativos a la Semana Santa 2018”, en Encuesta de Ocupación Turística. Madrid 2018, p. 1.

 

[2]  MORENO NAVARRO, Isidoro. “Estructura y Simbolismo: Hermandades y Semana Santa”, en Sevilla y su provincia. Tomo 4. Sevilla 1984, p. 164.

[3] ESTEVE SECALL, Rafael. “Orígenes del aprovechamiento turístico de la Semana Santa Andaluza”, en Filosofía, política y economía en el Laberinto, Nº 6. Málaga 2001, pp. 93-103.

[4] ARCHIVO MUNICIPAL DE SEVILLA (AMS). Sec. Colección Alfabética. Semana Santa, caja 637, exp. de 1909, “Certificado del Acta de la Sesión de fecha 22 de enero de 1909 celebrado por el Excmo. Ayuntamiento”.

[5] AMS. Sec. Colección Alfabética. Ferias y Festejos, caja 1403, exp. 4, de fecha 4 de diciembre de 1909, “Carta de subvención edición folleto de propaganda”.

[6] AMS. Sec. Colección Alfabética. Ferias y Festejos, caja 1403, exp. 4, folleto “Voyages en Espagne – La Semaine Sainte - Les fêtes de Madrid, Seville et Grenade”. París 1910.

[7] AMS. Sec. Colección Alfabética. Ferias y Festejos, caja 1403, exp. 4, díptico de tarifas “Voyages en Espagne”










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.