¡Ya esta aquí! La capa de Emma. Alberto de Faria Serrano.

La niña de tus ojos ha vuelto a ver los colores de una nueva primavera. Es como es la ilusión recobrada de quien solo contempla las sombras de la nada y una milagrosa curación le devuelve la vista. Es como el eterno renacimiento de la vida.  El retorno de una semana. La semana de nuestra vida recobrada. A esta es.

Pero la ilusión de una niña hoy solo se puede medir a la altura de los ojos de su capirote. Esa sensación que desconoce le va a sorprender con un palermo en la mano. Imaginaré en la distancia y frente a un frió y desangelado ordenador, como se bañan sus mejillas y brotará en un instante, lo que tanto anhelado tantos años por sus ojos color esperanza. Se empapará el revés de su antifaz morado cuando el Cautivo de su barrio  aborde la plaza del Mercado.  

Ella es el sol de una corporación que nació en un Colegio y hoy estrena la enorme aventura y el firme compromiso cristiano de sus niños. Bajo el amor de su Madre y al amparo de su inconmensurable y tierno carisma, ha recorrido el duro camino de la penitencia de la consolidación; ha sobrellevado con un delicado pulso las incertidumbres de las dudas de la entonces Agrupación. Más todo ha merecido la pena. Mas que nadie sabe que el verdadero fruto se recoge con la siembra adecuada. Hoy los empieza a recolectar.

Como su otra gran devoción, comprende que todas las vicisitudes están encaminadas mucho más que al Buen Fin de un estreno gozoso, si no a una tarea vertebradora social bajo el impulso y el eje catequético de ponerse el capirote de la constancia y la perseverancia de todos los días. Jesús de Nazaret está atado a sus vidas como lo está cada uno de sus padres.

El amor de la Virgen permanece intacto en cada unos de sus gestos como lo está cada una de nuestras madres. La capa inmaculada de Emma hoy lucirá más que las joyas de la Virgen del Amor porque está puesta, Maestro Burgos, desde hace varios años; hoy solo se cumple el gran sueño. Su gran sueño. El futuro les pertenece. Como a los que les canta cada mañana y por los que reza cada noche. Tampoco hoy dejará de hacerlo bajo su antifaz. Un beso. ¡Ya esta aquí!

Foto: Juan Alberto García Acevedo.