La Campana. Dos nuevas cofradías. José Joaquín León. Diario de Sevilla

LA Semana Santa de Sevilla no se hundirá por la incorporación de dos nuevas cofradías, aunque sea en 2008. Otra cosa será si en los años siguientes se le agregan 20 más. Parecerá una exageración, pero no lo es tanto si se cumple lo que ha dicho recientemente el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, y no se limita "ese derecho" a las hermandades de penitencia cuyas reglas se aprueben. Sumen las que salen actualmente en las vísperas por los barrios antes llamados periféricos, desde Bellavista a Palmete o Pino Montano, junto a otros no tan lejanos si aplicamos el actual medidor de distancias cofradieras, casos del Plantinar o Heliópolis. Y si se ha agregado una cofradía de Omnium Sanctorum, ¿por qué no otra de Triana, como Pasión y Muerte? También podría pasar que los del Nazareno de la Corona, de la parroquia del Sagrario, digan aquí estamos nosotros, tan cerca de la Catedral… Incluso que se animen a refundar algunas cofradías extinguidas, como la del Lavatorio, de Santa María la Blanca, pongamos por caso.

Con los criterios actuales, que son los contrarios a los que había desde que se incorporó El Cerro del Águila, pueden entrar 20 cofradías más en la Semana Santa de Sevilla. Pero no se podrían acoplar sin morir del éxito. Los días tienen 24 horas y ya están bien aprovechados. Además de un problema devocional, en el que no voy a entrar hoy, existe una grave dificultad técnica para ensanchar la nómina de la Semana Santa, aun haciéndolo sobre la base del orden de antigüedad, que inevitablemente condena a las nuevas cofradías a los horarios-basura de pasar a la hora de la siesta por la carrera oficial, sin apenas público en las sillas y palcos para contemplarlas. El sacrificio, no obstante, será compartido porque los retrasos repercutirán en las últimas de los días ampliados, que pasarán aún más tarde.

En el mundo de las cofradías faltan coherencia e ideas claras desde hace unos años. No entiendo que si se había limitado a 57 el número de cofradías sevillanas, en las normas, ahora se permita todo lo contrario sin que hayan cambiado las circunstancias, que son las mismas. Tampoco entiendo que sea el propio Consejo de Cofradías, que no tiene ningún interés objetivo en la ampliación de la Semana Santa, el que se vea forzado a promoverla, patrocinarla y defenderla; ni que sea apoyada por los hermanos mayores cuando va en contra de lo que conviene a sus hermandades. Parece que ya nadie se atreve a decir no.

Avanzaremos así por un camino peligroso, en el que ya no quedan motivos para frenar la expansión ilimitada de la nómina de la Semana Santa. Sólo nos queda el consuelo de que en Palacio estén expectantes para no permitir nuevas cofradías formadas por cuatro amiguetes que van al Rocío. Es un alivio, considerando que alguna de las que tiene las reglas aprobadas ha sido promovida no por cuatro, pero sí por una docena de amiguetes, algunos de ellos rebotados de otras cofradías.