Candelarios sin fronteras. Antonio Sánchez Carrasco

Ya ha sido Martes Santo en el bar Candelaria. Para quien no pare allí, esta frase no supondría nada. Para los que solemos ir por allí es nada menos que un cumpleaños. Porque aunque los parroquianos la mayoría no sepamos que día y en que año abrió el bar, el Martes Santo es como saber que un año más estamos allí, pasar un rato por la mañana `para ver la camiseta nueva que este año estrenaran Santiago y Antonio, tomar un par de cervezas de pie, porque no cabe un alma y ver a la mayoria de los que allí moran a diario con una sonrisa de oreja a oreja, porque la mayoría sale en la Candelaria y el que no en San Esteban. Mientras Santiago se queda en la cocina, Antonio y algún refuerzo para el día despachan la barra con sus bromas habituales, sobre pasos y equipos de la ciudad.

Ese día el ambiente del bar es inabarcable al igual que al día siguiente mientras pasa San Bernardo. Hoy Miércoles aún sería más complicado llegar a la barra, aunque una vez pasado el barullo de San Bernardo por la puerta todo es más tranquilo.

Hoy el cartel sigue allí, y así seguirá hasta que acabe el confinamiento. Y hay ganas de llegar una mañana a desayunar y dar los buenos días como si nada hubiera pasado. Cuando reabran el bar lo haré lo más a menudo posible porque aunque sea tostada a tostada y cerveza a cerveza, tendríamos que intentar que los pequeños comercios sufran lo menos posible. Mientras tanto cuando me llegó anoche la foto que acompaña a estas letras, sonreí, nunca un letrero, un simple letrero de un bar tenía más esperanza en cada pixel que cualquier otra cosa. Gracias Santi por la foto.

#Undiamenos #Volveremosalosbares

Foto: Santi.

Donde la piedra y la ventana. Antonio Sánchez Carrasco