Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • sábado, 27 de abril de 2024
  • faltan 351 días para el Domingo de Ramos

Opinión. Nobleza Obliga. José Carlos Cutiño.


 Si algo de positivo, además de ejercer el derecho al pataleo, ha tenido mi artículo “¿Fe de Errores?”, ha sido el poder intercambiar pareceres con dos grandes señoras, Dª. Irene Gallardo y Dª. Maruja Vilches a las que he podido conocer con mayor detenimiento.

En tal sentido, me ha quedado meridianamente claro que:

1º. La pregunta de esa magnífica profesional de la información, y siempre amiga, que es Irene Gallardo, aludiendo al Varón de Dolores como a un “Resucitado,” no estaba en modo alguno influenciada por ningún elemento ni persona externa ni responde a un convencimiento propio al respecto. A partir de ahí, entiendo que respondía a un criterio puramente periodístico, cuya oportunidad puede ser opinable por mi parte pero que en modo alguno pretendía perjudicar a la Hermandad del Sol en sus aspiraciones, como demuestra la trayectoria de Irene en la que siempre ha atendido con disponibilidad y cariño a esta sufrida corporación.

2º. En ningún momento Maruja Vilches entiende ni ha mantenido que la Hermandad del Sol deba ser de gloria, pese a que pueda entender o haber manifestado puntualmente que el misterio alegórico del Varón de Dolores pueda responder a la representación de la Resurrección, cuestión que entiendo quedó clarificada con la exposición que de nuestras Reglas efectué en el mentado artículo. Por el contrario, y de forma consecuente con su convencimiento y apoyo por la causa de la Hermandad de la Resurrección, considera sin duda que ambas son plenamente penitenciales y tienen su sitio en la Semana Santa de Sevilla.

Hechas ambas matizaciones, que en parte me tranquilizan, aunque no desdicen el fondo de la cuestión ni alteran mi percepción de que pueda haber otros interesados en involucrarnos en conflictos ajenos planteada en el antedicho artículo, entiendo de justicia poner negro sobre blanco mi reconocimiento a la posición de ambas amigas y hermanas, y agradecerles que hayan dedicado parte de su valioso tiempo a hablar con quién suscribe (que a fin de cuentas no es más que un hermano de a pie sin más peso que sus argumentos ni más foro que el que le quieran prestar).

En definitiva, hoy he conocido mejor a dos grandes señoras, y de eso también doy fe.

José Carlos Cutiño
Solero de la Puerta Osario

Foto: Alberto García Acevedo










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.